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Calentado al máximo y aspirado profundamente, el vapor que contiene nicotina en los cigarrillos electrónicos puede formar formaldehído, una sustancia que lo hace entre cinco y 15 veces más cancerígeno que el tabaco común, según un estudio publicado este miércoles.
"Hemos constatado que el formaldehído puede formarse durante el proceso de vaporización de los cigarrillos electrónicos", indican los investigadores de la Universidad de Portland (Oregon, noroeste) en el diario de medicina New England Journal of Medicine (NEJM).
Los científicos usaron una máquina para "inhalar" el vapor de los cigarrillos electrónicos de baja y alta tensión para determinar cómo se forma el formaldehído, una conocida sustancia cancerígena, a partir del líquido que usan estos dispositivos.
Con el experimento, los investigadores constataron que cuando el cigarrillo electrónico calienta el líquido a alta tensión (5 voltios), se produce una tasa de formaldehído más elevada que la de los cigarrillos convencionales.
De esta manera, un usuario de cigarrillos electrónicos que inhala a diario un equivalente a tres mililitros de este líquido vaporizado y calentado al máximo, absorbe unos 14 miligramos de formaldehído. Mientras una persona que fuma un paquete de cigarrillos comunes al día, absorbe cerca de tres miligramos de esta sustancia cancerígena.
A largo plazo, la inhalación de 14 miligramos (más o menos 3 miligramos) de esta sustancia nociva a diario podría multiplicar por 5 a 15 veces el riesgo de contraer cáncer, según el estudio.
Pero el director de la división de tabaquismo en la facultad de medicina de Londres, Peter Hajek, afirmó que este estudio no refleja la realidad, ya que "cuando los fumadores de cigarrillos electrónicos sobrecalientan el líquido se produce un sabor acre desagradable y evitan hacerlo"