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Exoesqueleto para volver a caminar

El 12 de junio, durante la inauguración del Mundial de Fútbol, un parapléjico usará un sistema robótico que interpretará sus ondas cerebrales y le ayudará a caminar.

Pablo Correa
05 de abril de 2014 - 03:00 a. m.
El exoesqueleto se acopla al cuerpo del paciente y convierte sus ondas cerebrales en órdenes para el robot. / Walk Again Proyect
El exoesqueleto se acopla al cuerpo del paciente y convierte sus ondas cerebrales en órdenes para el robot. / Walk Again Proyect

Qué mejor ocasión que la inauguración de un Mundial de Fútbol, que atraerá la atención de millones y millones de personas en todo el mundo, para presentar un gran avance de la robótica: un exoesqueleto que les permite a los parapléjicos pararse de sus sillas de ruedas y caminar como si nunca hubieran perdido el movimiento de sus piernas.

El próximo 12 de junio, en el estadio Arena Corinthians de São Paulo, uno de los nueves parapléjicos brasileños que están siendo entrenados para manipular esta sorprendente máquina tendrá la oportunidad de demostrarle al mundo entero que es posible lograr una mejor interacción entre la mente humana y los circuitos electrónicos.

El hombre detrás de esta creación se llama Miguel Nicolelis, neurofisiólogo de la Universidad de Duke, en Estados Unidos. Junto a un equipo internacional de colaboradores, Nicolelis creó el Walk Again Proyect, con el propósito de encontrar mejores alternativas para las personas que por distintas razones han perdido el movimiento de la parte inferior del cuerpo.

Mientras la ciencia encuentra un mejor método para reconectar los nervios de la médula espinal de los pacientes con parálisis, el exoesqueleto parece por ahora una gran promesa para que las personas con estas lesiones logren una mayor autonomía de movimiento. “Los movimientos que se logran con el exoesqueleto son muy suaves. Son movimientos de humanos, no de robots”, le dijo Nicolelis al periódico The Guardian.

El exoesqueleto, cuya parte robótica fue diseñada por Gordon Cheng y su grupo en la Universidad Técnica de Munich (Alemania) y construido por un equipo en Francia, se ajusta al cuerpo de un paciente, al que se le coloca un casco con 32 electrodos. Estos electrodos captan las ondas cerebrales asociadas al movimiento y las traducen en impulsos eléctricos que generan un movimiento coordinado del exoesqueleto.

El exoesqueleto cuenta con una batería que suministra energía por dos horas. Y como sistema de seguridad cuenta con dispositivos que giran y le permiten mantener el balance durante una caminata. En caso de venirse abajo, unas bolsas de aire, similares a las de los vehículos, se inflan al instante para evitar lesiones y golpes al usuario.

Esta semana, Nicolelis y su grupo abrieron una página en Facebook a través de la que compartirán fotos e información relacionada con todos los preparativos del exoesqueleto para su debut durante el Mundial de Fútbol. De los nueve brasileños que están siendo entrenados para manipularlo, tres serán elegidos para vestir el exoesqueleto durante la ceremonia inaugural, pero sólo uno de ellos irá al centro de la cancha para la demostración.

Nicolelis ha dicho que la evolución de estos exoesqueletos terminará convirtiendo a las sillas de rueda en piezas de museo.

pcorrea@elespectador.com

@pcorrea78

 

Por Pablo Correa

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