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Se trata de un problema global. Las césareas, indicadas sólo en ciertas circunstancias, se han convertido en la principal elección durante la última etapa del embarazo.
Desde 1985, los profesionales de la salud de todo el mundo han considerado que la tasa ideal de cesárea debe oscilar entre el 10% y el 15%. Una cifra que respalda la Organización Mundial de la Salud. Pero la advertencia no ha hecho mella en muchos sistemas de salud y muchos médicos y ginecólogos siguen llevando a las mujeres embarazadas a un procedimiento quirúrgico sin ninguna indicación.
“El aumento de la tasa de cesárea, particularmente desde mediados de la década anterior, ha sido notable. La tasa de cesáreas en Colombia pasó a ser una de las mayores del mundo”, anotó en su blog personal el ministro de Salud Alejandro Gaviria.
El problema se concentra en algunas regiones más que en otras. Mientras en el departamento de Caldas la tasa no supera el 30%; en el departamento del Atlántico hasta el 70% de las madres gestantes son llevadas al quirófano. “Estas diferencias regionales poco tienen que ver con diferencias demográficas o epidemiológicas y obedecen, por el contrario, a diferencias en los protocolos médicos y en las expectativas y preferencias de la gente”, explicó Gaviria.
“Existen muchos factores que determinan esta tendencia: conveniencia profesional, deseo de las madres de tener cierta predictibilidad en el parto, temor a complicaciones sobrevenidas, sobre-medicalización del nacimiento, evidenciar cierta posición social o lo que en inglés se conoce como ser “too posh to push”, que en español se traduciría como ser “muy pija para empujar”, explicó Ricardo Pérez, médico y especialista en salud del Banco Interamericano de Desarrollo en un artículo publicado en el diario El País sobre este mismo tema.
En España el 25% de los nacimientos se producen por cesárea mientras en Finlandia esa tasa apenas llega al 15%. En Italia el 35% de los partos se realizan con esta técnica. América Latina, como lo recordó Pérez, tiene uno de los porcentajes de cesáreas más altos del mundo y destacan los casos de República Dominicana (60,6%) o Argentina (43,1%)”.
Para Alejandro Gaviria se trata de “una epidemia” que podría explicarse por un cambio en las expectativas y preferencias de las mujeres pero también por un cambio en los protocolos medicos. En todo caso, se trata de un patrón que está impactando las finanzas del sistema de salud y con serias consecuencias para las madres sometidas a un procedimiento innecesario.