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¿Catástrofe?

Cartas de los lectores
06 de febrero de 2015 - 02:28 a. m.
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Como profesores de economía y ciudadanos europeos estamos bastante incómodos con la entrevista con Stathis Kalyvas (El Espectador, “Salir del euro sería catastrófico”, feb. 3/15). Es o es falso.

El efecto en términos de inflación (sobre todo en países desarrollados donde la transmisión, pass-through, es débil) sería bastante contenido; lo mismo en términos de empleo. El único impacto dramático sería financiero, puesto que, pos-Trojka, ahora el 80% de la deuda griega está bajo legislación nacional y no podría ser denominada en moneda nacional (implicando un default). Frente a eso, el país podría recuperar la política fiscal (el control que en este momento no puede manejar). ¿Reformas estructurales? La élite griega es bastante indefendible, sin embargo, es un hecho que el promedio pre-crisis del gasto público en razón del PIB es inferior a la Eurozona (y al dato alemán, según la razón de los empleados públicos sobre el total [1999-2007]). La crisis del euro es una crisis de balanza de pago, de lo cual el público latinoamericano sabe bastante por experiencia. La deuda pública griega era estable antes de la crisis, la italiana estaba bajando, la española y la irlandesa eran menores que la alemana. La expansión brutal de la deuda privada fue el origen, que tiene que ver con ese fracaso brutal de la evaluación del riesgo que ocurrió en la última década. Un fracaso de mercado, que tiene mucho que ver con ese “crédito barato” que se cita en el artículo. Si luego la deuda pública estalla (ahora al 175%) es por tener que salvar los bancos. Y por supuesto con la reducción del PIB de 25 puntos, efecto de la austeridad.

La insistencia sobre la competitividad es otro error: la zona euro es actualmente un exportador neto. Y este énfasis sobre la competitividad (para los más pequeños: recortar derechos de los trabajadores) implica una destrucción de demanda interna, o sea destruir la supuesta ventaja de un mercado común.

La Trojka no ha fracasado: ha logrado perfectamente su cruel objetivo de restablecer el equilibrio externo a punta de destrucción de demanda interna. (Que gente hizo operaciones ideológicas como la de la austeridad expansiva, es un capítulo de la propaganda). Grecia vivió en dosis mayor lo que pasó en toda la periferia. Por eso, la negociación sobre la deuda es necesaria pero no suficiente: Grecia no puede hacer políticas expansivas so pena de ir en déficit de balanza de pago. O Alemania empieza a hacer políticas expansivas y subir los sueldos o el fin del euro será un hecho, nos guste o no. El líder de Amanecer Dorado dijo “Tsipras fracasará y luego nos tocará a nosotros”. Hollande no logró convencer a Alemania y ahora las elecciones serán una contienda entre Le Pen y Sarkozy. En este momento Syriza tiene que ser apoyada, no tachada de populismo o de visiones arcaicas. Que personajes declaradamente fascistas lleguen a controlar países es algo que debe movernos a bajar un poquito el aristocrático desprecio y entender cuáles son las consecuencias reales de masacrar económicamente pueblos.

Marco Missaglia y Francesco Bogliacino.
Profesores de economía.

 

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