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Adicciones y divorcio

Piedad Bonnett
24 de diciembre de 2023 - 02:00 a. m.

El escándalo nacional por la derogación del decreto que permitía a la policía confiscar drogas, con el argumento de que atenta contra la moral de la niñez y la familia, y el fracaso en el Congreso del proyecto de legalizar el consumo recreativo de marihuana, muestran la profunda hipocresía de una sociedad conservadora que insiste en criminalizar el consumo de marihuana, pero que minimiza los daños causados por el alcohol y admite sin reato, por ejemplo, que padres y cuidadores se emborrachen frente a los niños e, incluso, los induzcan a beber desde la adolescencia.

El ministro de Justicia, Néstor Osuna, aclaró lo obvio sobre la derogación del decreto, explicando que lo único que hace es ajustar las normas sobre lo establecido desde hace 30 años por la jurisprudencia, que declaró lícito el porte de la dosis mínima y su consumo en espacios públicos. Una enorme conquista a favor de los derechos fundamentales. Por su parte, Luis Fernando Velasco, ministro del Interior, puso el dedo en la llaga cuando dijo: “Qué dolor que no hayamos entendido lo que quería un grupo de congresistas cuando plantearon la regularización del negocio de la marihuana. El debate no era si la marihuana era buena o mala. Todo vicio genera problemas. El tabaco genera problemas. El juego genera problemas. El juego está legalizado a pesar de que genera unas tragedias familiares gigantescas. El alcohol está legalizado, a pesar de que en el mundo dos millones y medio de seres humanos mueren al año a causa del alcohol; el tabaco está legalizado y son siete millones de seres humanos los que mueren al año por causa del tabaco. Pero la marihuana no está regularizada aquí. Está regularizada en 21 estados de Estados Unidos y allá le da plata al Estado para hacer programas de prevención de la drogadicción, en Colombia le dan plata a las Bacrim para que maten a nuestros campesinos y policías”.

El problema está claro. El consumo de estupefacientes de un individuo debe ser tratado como un problema de salud y no como un tema policivo. Su derecho a una dosis mínima –aprobada por la Corte con ponencia de Carlos Gaviria– obedece al compromiso constitucional con las libertades individuales y con la libre autodeterminación. Criminalizar el consumo no va a disminuirlo, y en cambio sí sirve para potenciar la ilegalidad de los narcotraficantes.

Aclarado todo esto, quisiera referirme a un hecho polémico: hace unos meses, un ciudadano pidió ante la Corte Constitucional la derogación del artículo 154 del Código Civil que dice que “el uso habitual de sustancias alucinógenas o estupefacientes, salvo prescripción médica” es causal de divorcio. La procuradora, en su concepto, ratificó que lo es. Pero la cartera de Justicia envió el suyo el 2 de octubre, según el cual, “y en coherencia con la nueva política de drogas”, esa causal contribuye a crear “una narrativa estigmatizante”. Opino que el individuo que tiene un problema de adicción tiene derecho a recibir ayuda médica. Pero que su cónyuge no tiene por qué ser víctima de todo lo que el consumo de drogas o alcohol acarrea en el que no es adicto: ansiedad, impotencia y, sobre todo, riesgo de ser víctima de violencia. Espinoso problema que está por dirimirse, ojalá sensatamente.

 

Belcebú(10227)27 de diciembre de 2023 - 03:52 p. m.
Además de hacer un lucrativo negocio con el vicio, la idea parece ser legalizar una dosis mínima en lugares públicos de marihuana, bazuco, cocaina, fentanilo, heroina, etc. Con los males del alcohol no es suficiente.
Giana(dy9ie)26 de diciembre de 2023 - 09:37 p. m.
Piedad muy de acuerdo en lo fundamental, ahora le dejaré mis consideraciones en lo particular, porque como bien sabemos 'el diablo está en los detalles'. Tres estudios comparátivos realizados en Reino Unido y Paises Bajos en 2007 y 2010, demuestran con contundencia que el alcohol tiene mayor potencial de daño que muchas sustancias incluso ilegales, así que su columna tiene una dimensión incuestionable en señalar al alcohol. No obstante, el cannabis no se queda muy atrás.
  • Giana(dy9ie)26 de diciembre de 2023 - 09:52 p. m.
    Sí apoyamos, y me refiero a una comunidad de la que hago parte, que trabaja por el control del tabaco, pero no omitamos, que avanzar en legalización del uso de sustancias como cannabis, e incluso otras, no puede echar al traste, las decadas de avance en control del tabaco. Adenda, legalizar cannabis como un cigarrillo, le da legitimidad pública y la dimensión del riesgo que tiene, porque no es una aromática de manzanilla.
  • Giana(dy9ie)26 de diciembre de 2023 - 09:48 p. m.
    Al utilizar la expresión 'de uso adulto' se crea el mayor atractor de niños y jovenes, puesto que ¿cuál niño o joven no anhela "ser" adulto? El diablo está en los detalles. Este es 'cigarrillo de cannabis', simplemente, llamemos por su nombre a este objeto creado por el ser humano para su disfrute. En este sentido, como cigarrillo de cannabis ¿cómo debe ser legitimamente regulado? El diablo y sus detalles. Claramente, como un cigarrillo, regulado por el Convenio Marco para el Control del Tabaco
  • Giana(dy9ie)26 de diciembre de 2023 - 09:43 p. m.
    Entonces, listo, muy de acuerdo, legalizemos el cannabis fumado (recreativo) pero no confundamos la percepción del riesgo poblacional porque esta es una cuestión de los 'detalles' que pasa de agache. El cannabis fumado, finalmente es un cigarrillo de cannabis. Ni más, ni menos, cuya combustión introduce humo al arbol bronquial, tal como hace el cigarrillo convencional. Entonces, ¿porque esto se omite en este debate? El cannabis fumado, no es 'cannabis de uso adulto', eso no existe.
  • Giana(dy9ie)26 de diciembre de 2023 - 09:40 p. m.
    El cannabis fumado es el punto de quiebre hacia el incremento del daño físico, mental y social, en esta escala lograda mediante una interesante metodología, el cannabis fumado ocupa una posición relevante dentro de las 8 sustancias más dañinas. Ahora bien, esto se traduce en que una cosa es el cannabis fumado (recreativo) y otra el cannabis bebido (medicinal).
Pelagato(41805)26 de diciembre de 2023 - 02:53 p. m.
Personalmente, no entiendo porque se tienen que argumentar las causas de un divorcio. Si alguien no quiere estar más con su cónyuge, no debería ante la ley, presentar ninguna causal. Es una decisión libre de cada persona.
Concha(99107)25 de diciembre de 2023 - 09:25 p. m.
Por qué es tan difícil que los congresistas entiendan que el alcohol y el tabaco son más dañinos para la sociedad en todos los sentidos que la pobre marihuana? Por qué tanto rechazo a la marihuana y aceptación total a los primeros?
jose(33220)25 de diciembre de 2023 - 08:39 p. m.
y quién es capaz de decirnos la verdad acerca de : cuánta plata pusieron las bacrim en manos de los congresistas que votaron negativamente? 2 que personaje hizo el lobby y a nombre de quién? estuvo lorena la lobista de la madrina en esta negociación ? se paseo esta lobista por .los pasillos del congreso 3 algunos congresistas son socioas agazapados de esta marimba al escondido ? recuerdan la lista de otoniel ?
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