Publicidad

Miedos que matan

Si la tasa de vacunación sigue en el 5%, eso significará que cerca de 80.000 mujeres morirán por no haber recibido la vacuna. Gravísimo y frustrante que se pierdan vidas innecesariamente.

El Espectador
23 de enero de 2016 - 02:00 a. m.
El miedo infundado que produce la vacuna contra el virus del papiloma humano amenaza con causar muertes innecesarias. Debe volverse a las altas tasas de vacunación para garantizar la salud de las mujeres del país. / Semana
El miedo infundado que produce la vacuna contra el virus del papiloma humano amenaza con causar muertes innecesarias. Debe volverse a las altas tasas de vacunación para garantizar la salud de las mujeres del país. / Semana
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

La desinformación y el misticismo han terminado por sabotear una de las políticas de salud pública más exitosas de los últimos años: la vacunación en contra del virus del papiloma humano (VPH). Los miedos infundados siguen reduciendo las tasas de aplicación de la vacuna y prometen traer muertes innecesarias en el futuro. Es momento de que la tendencia se revierta antes de que sea demasiado tarde.

Hace un año se reportó que la tasa de vacunación contra el VPH, que había llegado a un impresionante 90%, se encontraba en 20%. La semana pasada, en una entrevista con Todelar, Juan Carlos Vargas, gerente de investigaciones de Profamilia, presentó un panorama mucho más sombrío: la tasa se encuentra en 5%. Increíble y preocupante.

El Estado colombiano estaba invirtiendo alrededor de US$100 millones al año para proteger a las niñas colombianas contra los tipos más mortales y frecuentes del VPH, con la esperanza de que las niñas vacunadas quedaran protegidas y se convirtieran en la primera generación blindada contra el virus. Ese esfuerzo parece condenado. ¿Qué sucedió?

El país entero supo sobre el caso de 629 niñas de El Carmen de Bolívar que sufrieron desmayos días después de haber sido vacunadas. En un principio, y sin ninguna prueba que lo verificara, los pobladores hicieron el nexo entre la vacuna y los sucesos.

Ese enlace, sin embargo, no existió. Después de realizar estudios serios, el Instituto Nacional de Salud presentó un informe en el que se evaluaron las historias clínicas de estas niñas y la principal conclusión es que se trató de “episodios de causa psicogénica”, provocados “por la percepción de miedo entre las niñas ante la posibilidad de que algo tóxico hubiera ingresado en su cuerpo, la mediatización de los episodios y la falta de respuesta clínica ante los eventos que iban en aumento”. Queda claro.

Pese a las voces escépticas que desconfían de todo lo que provenga de fuentes oficiales, no hay motivos para poner en duda la conclusión del Instituto, y en el resto del mundo sólo se han presentado casos aislados que deben mirarse con lupa antes de hacer generalizaciones temerarias.

En síntesis, no hay motivos para huir de las vacunas. Lo dijo el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, en su momento: “Esta política no era capricho de un gobernante. Es una política pública pensada para la próxima generación, lejos del oportunismo político, con instancias de decisión independiente, con evaluación precisa. Una política seria que terminó siendo la política mas vilipendiada”.

El tema no es de importancia menor. Según los cálculos de Profamilia, si la tasa sigue en el 5% eso significará que cerca de 80.000 mujeres morirán por no haber recibido la vacuna entre sus 9 y 17 años. Gravísimo y frustrante que se pierdan vidas innecesariamente.

El 80% de la población que tiene vida sexual activa tendrá contacto con alguno de los 100 tipos de VPH, de los cuales 13 son considerados de alto riesgo y dos de ellos son responsables del 90% de los cánceres de cuello uterino. No contar con una vacuna es tentar las probabilidades.

Es momento de recuperar el debate público sobre el VPH y reencaminar la política de vacunación. El miedo no puede condicionar el futuro de las mujeres colombianas.

¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a yosoyespectador@gmail.com.

Por El Espectador

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar