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Sin respuestas no podemos pasar la página

16 de mayo de 2021 - 03:00 a. m.
El país no puede descuidar el esclarecimiento de los hechos trágicos de estas semanas. / Foto: El Espectador
El país no puede descuidar el esclarecimiento de los hechos trágicos de estas semanas. / Foto: El Espectador
Foto: Mauricio Alvarado

Mientras la atención del país empieza a centrarse en las negociaciones por el paro nacional, los acuerdos y el levantamiento de los bloqueos, no podemos pasar la página sin que se aclaren los homicidios reportados en las protestas, los desaparecidos, las múltiples denuncias de violencia sexual y la aparición de civiles armados disparando contra las personas. No es casualidad que este país sea una herida abierta. La ausencia de resultados, la insistencia en que se trata de noticias falsas y los procesos que se alargan sin llegar a sentencias no permiten que el país sane.

Cuando un policía le dispara por la espalda a un joven de 17 años, y este fallece, estamos ante una traición a las promesas que el Estado les hace a sus ciudadanos. Cuando hay más de una decena de denuncias de agresiones sexuales por parte de la Fuerza Pública en el marco de las protestas, hay un tejido social que se rompe y no puede solucionarse con discursos de “manzanas podridas”. Cuando, como denunció Pascual Gaviria en columna de El Espectador, la Policía y la Fiscalía buscan imputar a jóvenes por supuestas agresiones contra los uniformados que no ocurrieron y estos solo se salvan por la existencia de videos que demuestran su inocencia, se hace evidente que la pregunta por la confianza en las instituciones no es un discurso vacío. Cuando civiles armados en Cali salen a disparar contra la minga, hay fundados temores de complacencia con el paramilitarismo. Cuando cientos de personas son reportadas como desaparecidas, Colombia no puede descansar hasta que se sepa su paradero.

La atención de las autoridades y del Estado se ha centrado en el vandalismo. Cada tanto la Fiscalía, la Policía y Presidencia anuncian hallazgos sobre la intervención de grupos ilegales, incluyendo a las disidencias de las Farc y del Eln, en la destrucción de los bienes, en los bloqueos y en los ataques a uniformados. Eso es necesario. También es fundamental esclarecer los hechos de agresiones a la Fuerza Pública. Ahí no hay discusión. El rechazo del país debe ser vehemente a quienes buscan delinquir en medio del caos.

Sin embargo, las autoridades tienen que explicar lo ocurrido con todos los otros homicidios, desapariciones y agresiones. La Fiscalía ya imputó cargos al policía que le disparó al joven Marcelo Agredo, de 17 años. Esta semana, el presidente Iván Duque dijo que “se han adoptado 65 acciones disciplinarias, 27 por abuso de autoridad, 11 por agresión física, 8 por homicidio y 19 por otras conductas”, en relación con las actuaciones de la Fuerza Pública. Son avances para celebrar, pero se necesitan más resultados.

No todos los hechos, además, involucran a la Fuerza Pública. Estamos pendientes de resultados en los disparos contra la minga por parte de civiles armados. También hay que entender qué ocurrió con los desaparecidos y cómo sucedieron los asesinatos reportados. La prevalencia del Estado de derecho tiene como requisito esencial que en tiempos de crisis el sistema judicial no se abrume por la impunidad. Es momento de bajar la tensión, estamos de acuerdo. También, como dijo a El Espectador el brigadier general Eliécer Camacho Jiménez, designado como nuevo comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, “tenemos que trabajar mucho en que se fortalezcan esos lazos entre policía y comunidad”. Pero esas conversaciones tienen que ser paralelas al esclarecimiento de la verdad. Si todo queda en el limbo y el misterio, si no se da con los responsables, la necesaria confianza de la ciudadanía con su Fuerza Pública es imposible de reconstruir.

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JuanR(72920)17 de mayo de 2021 - 02:08 a. m.
Oiga editorialista, y porqué cree que la comunidad de Ciudad Jardin en Cali salió a dispararle a los vagos y mantenidos indignas? La respuesta es muy clara: No hay AUTORIDAD, le tocó a la misma ciudadania salir a defender sus derechos, defender sus propiedades. Vaya al Cauca, converse con la gente en las ciudades y pueblos para que se entere quienes son en realidad los indigenas caucanos.
  • JuanR(72920)17 de mayo de 2021 - 02:17 a. m.
    Cuesta creer que un gran diario, como lo fué El Espectador, esté ahora al servicio de las ordas salvajes, que andan desesperadas porque no lograron tomarse el poder ni con las armas ni con los votos. Y no lo lograran jamas. Toda Colombia unida votara en el 2022 en contra del candidato socialista, sea quien sea. Jamas seremos otra Venezuela!
  • JuanR(72920)17 de mayo de 2021 - 02:14 a. m.
    Del presidente para abajo juraron cumplir y hacer respetar la Constitución y la ley y estamos viendo todo lo contrario. Hay alcaldes que estan mas del lado de los vandalos, que de la ciudadania que SI trabaja y que SI paga impuestos. Lo que vemos es una cantidad de delincuentes y tontos utiles arriesgando sus vidas mientras los "honorables" senadores que los enviaron estan comodamente en sus casas
Lorenzo(2045)17 de mayo de 2021 - 01:58 a. m.
De acuerdo con la mayoría de los foristas: Editorial sin dorar la píldora. Sin embargo, lo asiste un grado de anacronismo inteligible en medio de la corrección política de sus requirimientos. Me explico: millones de palabras expresadas por intelectuales y pensadores desde el período de la entreguerra (1918-1939) advirtieron hasta la saciedad el carácter sistemático de las democracias devenidas...
  • Lorenzo(2045)17 de mayo de 2021 - 02:16 a. m.
    ...Estados narcisos consolidados a partir de métodos fascistas. El nuestro se abre hoy en su esplendor autoritario, no sin haber llevado "pruebas piloto" que corraborasen la factibilidad de un nuevo orden social apuntalado en presupuestos totalitarios. Eso fue la Operación Orión-2002= aplicación de la "Doctrina del Schock", exitosa en Chile 1973. EE reclama en el umbral de un stalinismo tropical.
Manuel(24574)17 de mayo de 2021 - 01:02 a. m.
Buen editorial. Felicitaciones. Este es mi El Espectador. Es un periódico, que trata siempre de hablar claro, de buscar la verdad, de aportar a las soluciones. Solamente con la verdad como fiel y real argumento, se encontrarán las soluciones. Adelante mi El Espectador. Gracias por su labor.
Mar(60274)17 de mayo de 2021 - 12:14 a. m.
¡Excelente editorial!
Nohora(11182)16 de mayo de 2021 - 11:48 p. m.
En un país donde dominan los eufemismos, por lo menos este editorial es frentero.
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