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Es lamentable que el Gobierno y los medios de comunicación pasen desapercibidos el fallecimiento de Monseñor José Luís Serna Álzate, quién fue el primer Alto Comisionado de Paz en lograr firmar el primer Acuerdo con las Farc, en el Gobierno de Belisario Betancourt, que finalmente se rompió dados los incumplimientos del grupo subversivo.
Monseñor José Luís Serna Álzate vivió para la posteridad, su misión sacerdotal y pastoral deja hondas huellas en el Clero y un constante semillero que se convierte en frutos para alimentar espiritualmente a quienes con constancia y perseverancia siguen sus dictados y buenos ejemplos recibidos desde su orientación espiritual, y que ahora desde el Reino Celestial los continuará cultivando y alimentando para gloria de presentes y futuras generaciones, que tanta orientación pastoral requieren para poderlas encausar por los caminos de paz y de concordia.
El pueblo de Aranzazu, llamado ciudad levítica de Colombia, se enorgullece de ser la cuna de nacimiento de tan ilustre jerarca de la Iglesia Católica,- fallecido al amanecer del 28 de septiembre a la edad de 78 años-, como coterráneo llevaba en su corazón uno a uno los peldaños de su ciudad nativa, la cual amó entrañablemente, las mejores tertulias entre sus paisanos se ivan en las divagaciones de los bellos recuerdos de su infancia, adolescencia y juventud vividos en su Pueblo.
Cuando Aranzazu, celebró los 130 años, por iniciativa propia invitó al presidente de República, quién desde luego concurrió con una nutrida comitiva presidencial, lamentablemente esta oportunidad fue desaprovechada para presentar obras y proyectos de desarrollo, puesto que los politiqueros del Pueblo de la época, manipularon tan importante efemérides.
Quienes tuvimos el privilegio de cursar algunos años en el seminario de los Consolatos en San Félix – Caldas, recordamos cómo nuestros superiores se referían al aventajado seminarista José Luis Serna Álzate, por su inteligencia, liderazgo, don de mando y sobre todo un magnífico orador sagrado e intérprete de los Santos Evangelios para actualizarlos con el mundo real.
Fue el primer misionero de la Comunidad Consolata ordenado en Colombia; el primer obispo de la Diócesis del Florencia Caquetá y adalid del proceso de paz en el gobierno de Belisario Betancourt en el rango de Alto Comisionado, incansable labor que desarrolló como verdadero apóstol por la Paz, aunque finalmente el acuerdo se rompió, dejó huella imborrable de constancia y perseverancia, modelos que han servido para que los gobiernos posteriores utilicen la experiencias, que no obstante llevar varias décadas, aún los resultados continúan siendo inciertos en los actuales momentos.
Es justo reconocer que gracias a su labor pastoral, logró sellar el Acuerdo de Paz en el Gobierno de Belisario Betancourt, finalmente su rompimientos se dio debido a los incumplimientos persistentes de lo inicialmente pactado, lo mismo que sucede ahora en la antesala de la firma del acuerdo: las Farc continúan extorsionando, quemando vehículos, destruyendo las infraestructuras de nuestros País, y masacrando a la población civil.
Fue durante diez años obispo de Florencia Caquetá, le correspondió en este período tender los primeros cimientos administrativos para que la naciente diócesis bajo su responsabilidad empezara a dar sus frutos, lo que efectivamente ha ocurrido desde su creación, proyecto que fue presentado por su propia iniciativa a la Santa Sede, que lo aprobó sin mayores objeciones.
A través de la emisora: Armonías del Caquetá, adelantó muchas labores comunitarias especialmente en Favor de las personas desplazadas por los grupos de la subversión, fue tanta su sintonía en los territorios nacionales que sus malquerientes llegaron a endilgarle vinculación directa con grupos al margen de la Ley, sin embargo, sus explicaciones fueron tan claras y contundentes que los mismos medios de comunicación salieron en su defensa.
La ciudad de Florencia Caquetá, en señal de agradecimiento a su incansable labor Pastoral y evangelizadora, ha construido en su memoria el Auditorio: Monseñor José Luis Serna Álzate, que fue inaugurado en enero del 2013 con asistencia de Autoridades Nacionales e internacionales, destacados representantes de la Iglesia Católica y de la Comunidad Consolata acreditada en Colombia, prueba de esto, es que los Caqueteños lo recuerdan como persona de grandes valores intelectuales y espirituales, que siempre daba la razón con justicia social y se solidarizaba con el prójimo en las más extremas dificultades, aun exponiendo su vida como ocurrió cuando lideró el proceso de Paz con las Farc.
Con la muerte de tan ilustre prelado el Pueblo de Aranzazu, pierde a quién fuera uno de sus más preciados tesoros de la intelectualidad y de la jerarquía de la Iglesia Católica, deja un enorme vacío lleno de luto y de nostalgia entre sus coterráneos; la Comunidad Consolata a su primer legado, con quién descolló por todos los ámbitos de Colombia en las misiones, muy especialmente por los Territorios Nacionales, en cada uno de ellos, indudablemente hay una huella de tan ilustre jerarca de la Iglesia Católica; la Conferencia Episcopal a uno de sus más acertados consejeros, especialmente en asuntos internacionales; y el proceso de Paz, a un experimentado luchador que aunque llevaba varios años retirado de los oficios religiosos por su delicado estado de salud, finalmente como obispo emérito de Líbano – Tolima, siempre tuvo el sueño de Paz para Colombia. ¡Paz en su tumba!
urielos@telmex.net.co
urielos@hotmail.es