Llegar a la Corte con las cartas marcadas

Cecilia Orozco Tascón
24 de mayo de 2017 - 02:00 a. m.
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El primer acto del nuevo magistrado de la Corte Constitucional —adonde se supone que llegan los abogados más doctos, cierto, pero también seres humanos ejemplares—, fue botar a la gente del despacho que asumió. Hasta el conductor tuvo que renunciar. El eminentísimo doctor Carlos Bernal no tuvo piedad, ni siquiera con un par de funcionarios que están al borde de pensionarse y que, muy asustados, andan caminando en puntillas por los pasillos del Palacio de “Justicia” para evitar molestarlo. Tal es el ambiente que creó, de entrada, el recién elegido, un jurista con dos doctorados y mucha academia ejercida, además del Externado, en varias universidades europeas, especialmente en la Maquarie, de Sidney, Australia, su sitio de residencia hasta estos días en que le tocó sacrificarse y regresar a esta tierra salvaje.

Debería alegrarnos que un profesional de su talla integre nuestro máximo tribunal. Lastimosamente, no todo se aprende en las aulas. Aunque el sentido común indicaría que a mayor sabiduría, mayor humildad, parece que al menos en el caso del doctor Bernal estas dos cualidades no casan siempre. Tal vez por eso llegó, juzgó y condenó en un solo día a los funcionarios que encontró a su paso. Pero me equivoco: no los juzgó. Los prejuzgó, cosa distinta. Y, esto mismo, su prejuicio, pudo haber determinado su voto contra el sistema de fast track (expedición rápida de leyes) para implementar el acuerdo de paz, a escasas horas de su posesión. Él no necesita estudiar esos temas. Ya lo hizo. El video de una conferencia que el magistrado Bernal dio en Girona, España, hace un año, y algunos de cuyos apartes revelamos el fin de semana (ver), indica que el entonces profesor tenía formado, desde ya, su concepto sobre el acuerdo. Frases suyas: “(La justicia transicional) es un proceso rarísimo porque (se hizo con la vigencia de la actual Carta Política y en cambio) ha debido crearse una Constitución interina o transicional”. “Como se ha pactado… es un ‘paréntesis’ (constitucional)”. “Es una especie de esquizofrenia la que se crea porque por una parte queremos que la Constitución se perpetúe pero a la vez… auspicia ciertos cambios… radicales”.

El magistrado Bernal, que votó con el bloque guerrerista de la Corte —y no lo digo peyorativamente, sino según el apellido del presidente de la Corporación, tal como lo denominó el columnista Bejarano (ver)—, compuesto por Guerrero, la sobrina política de este, Ortiz, su magistrado auxiliar Cepeda y su coterráneo nariñense Escrucería, no solo calificó el todo, sino también las partes, en particular, las presuntas ventajas que tendría la guerrilla en ese pacto sin informarle a sus estudiantes que era consultor de las fuerzas militares colombianas desde el año 2014 y hasta hace pocas semanas con el fin de “diseñar un modelo constitucional de justicia transicional para el Ejército Nacional” (ver). Este factor, por supuesto, era y sigue siendo relevante para poder entender, entre líneas, su discurso y ahora, sus votos. Lean sus afirmaciones en este campo: “En todo el acuerdo se ha dicho que lo que importa son las víctimas, las víctimas, las víctimas. Y después sale y… de víctimas es lo que hay que ver…”; “un máximo guerrillero que se ha lucrado personalmente de actividades como el secuestro, el narcotráfico… eso está acreditado porque hay pruebas… le van a dar un beneficio penal inmenso”; “el mensaje que se envía a los demás es… siga delinquiendo… lo mandan a descansar… y cuando salga… todo bien”. Uno puede compartir o no estas frases, pero pronunciadas por un magistrado no se ven tan imparciales como las de un juez que participa en votaciones de constitucionalidad. Sus conferencias y no solo la de Girona, demuestran que Bernal ya tiene una posición ideológica tomada sobre el asunto de paz nacional. Ni más ni menos. La “esquizofrenia” de la que habla el profesor-magistrado se le contagió hace años: charla suya en Oviedo, España, diciembre de 2016, “Constitucionalismo transicional y proceso de paz en Colombia”. acápite VII, punto 3: “El fast track y el menoscabo de la democracia participativa” (ver); Periódico El Comercio de esa ciudad, dos días antes: “(Carlos Bernal) se ha mostrado conforme con la decisión de la Corte Constitucional de Colombia que avaló ayer el denominado fast track” (ver). Ya que no consideró hacerlo por motivos jurídicos, el magistrado ha debido declararse impedido por razones éticas. Pero probablemente su inteligencia emocional no se ha desarrollado tanto como la intelectual.

 

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