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Vía

Columnistas elespectador.com
24 de junio de 2014 - 02:58 a. m.

Ganó la tercera vía, para algunos un punto óptimo y reformista.

Santos ganó las elecciones porque convenció a un número importante de votantes de centro y de izquierda, mientras Zuluaga, gracias a su estrategia, quedó posicionado como un candidato de derecha. A la campaña de Zuluaga le faltó espacio y en algunos momentos asumió posiciones extremas, como cuando dijo que de llegar a la presidencia, suspendería el proceso de paz. Todo extremo puede ser perjudicial y en este caso, estando a las puertas del triunfo, los votantes optaron por darle una oportunidad a una salida política al conflicto armado.

El Centro Democrático atacó el proceso de paz desde que éste empezó. Al comenzar la campaña de Zuluaga, su posición sobre el proceso de La Habana era de total oposición y luego, cuando la paz se convirtió en el centro de la campaña, muy hábilmente Zuluaga empezó a hablar de paz con condiciones, intentando cambiar el debate: ya no se trataba de escoger entre la paz o la guerra, sino de definir cómo hacer la paz.

Casi le quita la agenda a Santos. Pero la mayoría de los electores del centro, que definían la elección, no acogió esa idea y ante el riesgo de acabar con el proceso de paz, votó por el presidente.

Los votos que recibió Santos, no son todos suyos. Algunos electores votaron por él, otros, por la paz a pesar de no estar satifechos con su gobierno y otros votaron contra Uribe.

A diferencia de Zuluaga, Santos en cambio, construyó coaliciones efectivas. Lo apoyaron una parte del partido Conservador, los Liberales, Cambio Radical, el Polo y los Progresistas. Cuando recibió el apoyo de Clara López y de Petro, algunos pensaron que perdería el centro, pero ganó mas votos de los que perdió, los cálculos no le fallaron y obtuvo en Bogotá una mayoría de 52.48% con 1’337.349 votos.

¿Cómo y con quién gobernará Santos ? Esa es la pregunta que muchos nos hacemos en estos días.
La primera decisión que debe tomar es si quiere tener una coalición para el proceso de paz y otra para su agenda de gobierno, o la misma para ambos temas.
Si continúa con la línea de su primer mandato, en el cual incluyó a sus opositores, es de esperar que intente ampliar la coalición actual de alguna manera, con miras a una eventual refrendación del acuerdo de paz y que impulse su visión de “La Tercera Vía”, la cual busca una línea óptima entre estado y mercado y es reformista.

En ese tema no se puede decir que Santos está improvisando, pues lleva muchos años afirmando que ese es el camino. A nivel internacional, esta visión la apoyan la socialdemocracia y el liberalismo progresista y para quienes la promueven, constituye un punto medio que recoge lo mejor de los extremos, reconociendo que es necesaria una complementariedad entre el estado y el sector privado.

Para ganar se requiere de mayorías y Zuluaga definió una estrategia que le impedía crecer. Tal vez pueda ser candidato en cuatro años y se enfrentaría a German Vargas y a Gustavo Petro, entre otros. Si Zuluaga quiere tener una mejor opción en el 2018, tendrá que distanciarse de las posiciones de Uribe en algunos temas. Petro seguirá insistiendo en que el camino es la izquierda.

Es muy probable que en el 2018, quien triunfe sea un candidato que crea y comunique la tercera vía, como decía Humberto de La Calle en su campaña a la presidencia, “Por todo el centro De La Calle.”

 

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