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El reclamo de los científicos al gobierno Santos

Académicos y líderes del sector lanzaron una alarma tras conocer que en 2016 el presupuesto para ciencia y tecnología puede reducirse en $67.000 millones.

Sergio Silva Numa
03 de agosto de 2015 - 12:47 a. m.
Los científicos dicen que convocarán una asamblea para iniciar un diálogo con las autoridades en busca de evitar el recorte del presupuesto de Colciencias. / iStock
Los científicos dicen que convocarán una asamblea para iniciar un diálogo con las autoridades en busca de evitar el recorte del presupuesto de Colciencias. / iStock
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“Hacemos un llamado para que en el proyecto de ley de Presupuesto de la Nación 2016 se haga un ajuste y no se recorte el presupuesto de Colciencias, pues las consecuencias sobre el avance de la ciencia nacional y la formación de recurso humano a nivel doctoral serían irreparables para el desarrollo del país”.

El segundo párrafo del comunicado que la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia (ACAC) publicó el viernes en horas de la noche resume la alarma que generó entre los científicos el proyecto de ley que el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, radicó en el Congreso el 29 de julio. Bajo el título de Responsabilidad fiscal y social en un nuevo entorno económico, el documento muestra cuál será el presupuesto que destinará el Gobierno en 2016 para 29 sectores. A ciencia y tecnología, que en la tabla está en el puesto 27 con una suma equivalente al 0,2% del total, le corresponden $270.000 millones, es decir 20% menos que en 2015, cuando la inversión fue de $337.000 millones.

En otras palabras, es probable que para el próximo año a Colciencias le toque arreglárselas con $67.000 millones menos. Y es ese gran bajonazo el que tiene alarmada a la comunidad científica que no se explica cómo un gobierno quiere apuntarle al desarrollo y a la vez hace un recorte en un sector vital para el crecimiento.

“Es dramático”, dice el texto de la ACAC firmado por, entre otras personas, María Piedad Villaveces, su directora; Eduardo Posada, presidente; Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt, y Moisés Wasserman, exrector de la Universidad Nacional. “Ante la gravedad del trato a la ciencia convocaremos una asamblea de investigadores, docentes universitarios y gestores para iniciar un diálogo con las autoridades y evitar el recorte del presupuesto, especialmente ahora que se requiere del conocimiento para el posconflicto”.

A los ojos de Posada, doctor en física, resulta absurdo que le quiten recursos al sector que justamente puede impulsar la economía. “La única manera de hacer competitivos otros gremios como el industrial, el manufacturero o el agrícola es con buena ciencia y con investigación. Si eso no se logra, es imposible que un país avance”, dice.

Para explicar por qué ante la caída del precio del petróleo es erróneo recortar el presupuesto de ciencia y tecnología, recuerda el ejemplo de Corea del sur . “Tras la crisis económica del año 2000, lo que hizo el país asiático fue inyectarle más recursos a la ciencia, porque sabían que esa es la clave para el desarrollo. Hoy tienen una economía fortalecida”.

De hecho, hace tan sólo una semana Posada publicó, junto con académicos como Eduardo Aldana, Carlos Vasco y Ángela Restrepo, un nuevo informe en el que establecía una serie de recomendaciones para mejorar la educación con miras a 2034. En su elaboración participaron varios de aquellos sabios que, como él, habían trazado una hoja de ruta en 1994 para mejorar nuestra educación. El grupo entonces lo encabezó Gabriel García Márquez. “El balance, 20 años después, es que hemos mejorado. Tenemos más universitarios, más doctorados y más publicaciones. Pero todo ese esfuerzo se puede perder con recortes como este”.

Su reclamo lo comparten científicos como Gonzalo Andrade, profesor del Instituto de Ciencias Naturales de la U. Nacional y miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas Físicas y Naturales: “Quieren ubicar al país entre los mejores de Latinoamérica en 2018, pero la respuesta es disminuir el presupuesto. Es claro que no les interesan más que sus cuatro años, cuando deberían crear una política a largo plazo. Hoy no la vemos con claridad ni en ciencia, ni en tecnología ni en medio ambiente”.

Para Andrade, una disminución de tal tamaño para Colciencias es aún más grave si se tiene en cuenta que buena parte de los recursos de la entidad se destinan a becas para maestrías y doctorados. “Pero se les olvida que necesitamos financiación para proyectos de investigación. ¿Cómo vamos a graduar doctores si no tenemos cómo respaldar económicamente sus proyectos de tesis? Cada vez nos piden más publicaciones, pero ¿cómo lograrlas si no hay plata para financiarlas?”, se pregunta.

Tanto a Posada como a Andrade este episodio les recuerda lo que sucedió el año pasado cuando Paula Arias, entonces directora de Colciencias, tuvo que dejar su cargo después de revelar que iban a disminuir el presupuesto de la entidad. Y aunque es cierto, como aquella vez, que la discusión en el Congreso sobre los recursos para 2016 apenas empieza, el tiempo de acción no es tan amplio. Los científicos tienen alrededor de dos meses (que es lo que por lo general toma la aprobación de la ley del presupuesto) para convencer al Gobierno de sus razones. En Twitter ya han dado algunas. En uno de sus trinos, Wasserman replicó las palabras de Rolf Heuer, director del CERN: “El modelo europeo no es viable sin inversión en ciencia”. En otro resumió lo que a su parecer está sucediendo: “A Colciencias le pusieron un respirador, lo sedaron y están esperando a que se muera”.

Por Sergio Silva Numa

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