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El 31 de marzo de 2017 fue la fecha límite para que el sector turístico del país, en virtud del artículo 5º de la Ley 1558 de 2012, implementara las Normas de las Unidades Técnicas Sectoriales de Turismo Sostenible y aventura (NTS-TS 002), que son de carácter obligatorio, según lo reglamentado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.
Esta normativa, que responde a la necesidad de promover un turismo responsable, fue diseñada, entre otras cosas, con el fin de mejorar e incentivar los servicios que se ofrecen a los viajeros que visitan el país pensando no solo en la calidad y atención al detalle, sino en el ambiente y las comunidades que se ven impactadas.
Los establecimientos de alojamiento y hospedaje tuvieron un plazo de 18 meses para ajustarse a las normativas dictadas por la Ley 1558 de 2012 y la Resolución 2804 de 2014. Gustavo Adolfo Toro, presidente de Cotelco, explica que “se hicieron talleres de sensibilización para que la comunidad empresarial y los establecimientos cumplieran con el requisito en el plazo fijado”.
Y aclara que desde que se conoció la ley, el sector ha estado de acuerdo e, incluso, ha participado en el diseño de las regulaciones. “En un contexto internacional, cada vez se valora más a los hoteles que están comprometidos con todo lo que tenga que ver con sostenibilidad y ecorresponsabilidad”.
Dentro de los criterios que deben cumplir sobresalen el manejo eficiente del agua y la energía y la gestión de los residuos sólidos y peligrosos. En relación con el impacto social y cultural, la NTS-TS 002 exige la promoción y protección del patrimonio de la región, así como la instrucción sobre la flora y fauna de la misma; es decir, identificar con nombres locales y científicos las especies exhibidas en los recintos, con el propósito de darles a conocer a los viajeros la maravillosa biodiversidad de la que goza el país.
Por otra parte, se exige la contratación de miembros de comunidades locales para fortalecer sus competencias laborales, así como para promover la fuerza laboral de la zona. Elizabeth Becerra, gerente del Hotel Best Westers Plus 93, cuenta que empezaron a trabajar hace dos años para tener todo al día y cumplir con las exigencias de la nueva norma.
Incluyeron iniciativas para rescatar el patrimonio, como platos típicos en el desayuno, un proceso más eficiente para el manejo de los desechos y evitar el desperdicio de agua. “Muchas empresas exigen ahora a los hoteles que tengan un certificado verde antes de decidir si hospedan a sus ejecutivos. Lo que antes era una tendencia y luego algo que hacían los hoteleros de manera voluntaria, hoy es una norma”.