Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El regreso de Donald Trump a la Presidencia promete una interrupción sin precedentes y desafíos tanto en el ámbito nacional como internacional. Tras ganar la reelección el 5 de noviembre de 2024, con un margen de aproximadamente de 2 millones de votos en el voto popular, Trump aseguró un amplio mandato para implementar una agenda ambiciosa y controvertida, marcando un posible cambio tanto en el equilibrio de poder y las normas democráticas en Estados Unidos como en el rol del país norteamericano en su liderazgo en el sistema internacional.
Una amenaza a las normas democráticas
A pesar de las advertencias de los demócratas sobre sus tendencias autoritarias, Trump aumentó su apoyo entre jóvenes, latinos y afroamericanos, grupos demográficos tradicionalmente considerados pilares de la base electoral del Partido Demócrata. Su agenda para un segundo mandato es notablemente más coherente y exhaustiva, influenciada en gran medida por el plan de 900 páginas de la Heritage Foundation, titulado “Mandato de liderazgo: la promesa conservadora”.
Las políticas internas de Trump representan riesgos significativos para las normas constitucionales. Durante su campaña afirmó que sería dictador solo en su primer día, un comentario que se alinea con sus planes de expandir drásticamente los poderes presidenciales. Una propuesta clave implica eludir el rol del Senado en el “consejo y consentimiento” para los nombramientos del gabinete, aprovechando el Artículo II, Sección 2 de la Constitución, que permite nombramientos durante los recesos del Senado. Con la cooperación del presidente de la Cámara, Mike Johnson, Trump podría suspender potencialmente las sesiones del Congreso para nombrar leales sin la aprobación del Senado, estableciendo un peligroso precedente de abuso ejecutivo.
Políticas migratorias y preocupaciones humanitarias
En el centro de la agenda de Trump se encuentra el programa de deportación más grande en la historia de Estados Unidos, que incluye la declaración de una emergencia nacional y el despliegue de fuerzas militares para expulsar a millones de inmigrantes indocumentados. Expertos advierten que esto podría interrumpir los mercados laborales, erosionar la confianza en el gobierno entre las comunidades minoritarias y empañar la reputación e influencia global de Estados Unidos como una nación de inmigrantes. Trump también promete revivir políticas de su primer mandato, como las separaciones familiares, la política de “Permanecer en México” mientras migrantes esperan la culminación de sus trámites de asilo. Además, Trump promete eliminar el derecho a la ciudadanía estadounidense por nacimiento y las protecciones de DACA, que ha ha permitido a jóvenes inmigrantes indocumentados que crecieron en Estados Unidos solicitar protección temporal contra la deportación y tener la posibilidad de trabajar. Estas medidas seguramente exacerbarán la crisis humanitaria en la frontera de EE. UU. con México, particularmente a medida que la inestabilidad política y económica en países como Venezuela continúe impulsando la migración hacia Estados Unidos.
Politización del Departamento de Justicia
El plan de Trump de buscar “venganza” contra sus adversarios políticos genera preocupaciones sobre el Estado de derecho. Bajo el liderazgo de Pam Bondi, fiscal general de Florida y negacionista de los resultados de las elecciones de 2020, se espera que el Departamento de Justicia procese a fiscales y funcionarios involucrados en investigaciones contra Trump. Esta politización de la justicia amenaza con erosionar la confianza pública en el Poder Judicial y debilitar la rendición de cuentas, desestabilizando aún más el sistema constitucional.
Erosión de la neutralidad burocrática
Otro aspecto crítico de la agenda interna de Trump es su intención de reformar la burocracia federal. Al reinstaurar la llamada orden ejecutiva “Schedule F”, busca eliminar las protecciones laborales de los funcionarios civiles, reemplazándolos con leales para consolidar el control ejecutivo. La creación de un Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por su sigla en inglés), liderado por Elon Musk y Vivek Ramaswamy, supervisaría la desregulación, despidos masivos y el cierre potencial de agencias, debilitando la imparcialidad y el profesionalismo del estado administrativo.
Política exterior: aislamiento y confrontación
En el ámbito internacional, las políticas de Trump amenazan la estabilidad global. Su promesa de imponer altos aranceles a las importaciones podría desencadenar una guerra comercial similar a la de la década de 1930, resultando en precios más altos para los consumidores y recesiones económicas. Aunque los defensores de la política de aranceles de Trump argumentan que esta podría impulsar la producción nacional, las represalias probables de los socios comerciales agravarían las tensiones económicas internacionales.
En política climática, su promesa de retirarse nuevamente del Acuerdo de París subraya su escepticismo hacia las regulaciones ambientales, que considera un obstáculo para competir económicamente con grandes contaminantes como China e India. Esta decisión aislaría a Estados Unidos de los esfuerzos globales contra el cambio climático y debilitaría la cooperación internacional en temas ambientales.
La postura de Trump hacia la ayuda exterior, especialmente hacia América Latina, también es preocupante. Al utilizar la asistencia como herramienta de presión, corre el riesgo de alienar a aliados y acercar a la región a la esfera de influencia de China, con implicaciones a largo plazo para los intereses estratégicos de Estados Unidos en el hemisferio occidental.
Conflicto en Ucrania y la democracia global
Quizá lo más alarmante sea la promesa de Trump de “poner fin a la guerra en Ucrania en 24 horas”, lo que se alinea con las amenazas republicanas de recortar fondos para Ucrania. Esta estrategia probablemente obligaría a Ucrania a aceptar un acuerdo favorable para Rusia, debilitando su soberanía y estableciendo un peligroso precedente para la agresión autoritaria. Este cambio de política podría debilitar las normas democráticas globales y fortalecer a los regímenes autocráticos, aumentando la presión sobre el orden internacional liberal.
Conclusión
El segundo mandato de Donald Trump presenta un desafío profundo a los principios que sustentan la democracia estadounidense y su papel en el mundo. Su agenda doméstica —marcada por esfuerzos para centralizar el poder, socavar la neutralidad burocrática y politizar la justicia— amenaza las normas constitucionales y el Estado de derecho. Internacionalmente, sus políticas aislacionistas y confrontativas ponen en riesgo la estabilidad económica, debilitan las alianzas y reducen la influencia global de Estados Unidos. A medida de que el país enfrenta esta encrucijada crítica, salvaguardar las instituciones democráticas y las normas sigue siendo esencial para preservar su legado constitucional y liderazgo global.
* Ph. D., profesor de relaciones internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana.
📧 📬 🌍 Semana a semana tendremos un resumen de las noticias que nos harán sentir que No es el fin del mundo. Si desea inscribirse y recibir todos los lunes nuestro newsletter, puede hacerlo en el siguiente enlace.
👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.
Si le interesa algún tema internacional, quiere enviarnos una opinión sobre nuestro contenido o recibir más información, escríbanos al correo mmedina@elespectador.com o aosorio@elespectador.com