Ahorrar, ¿un hábito desconocido para los “millennials”?
Estudio reveló que el 53 % de los jóvenes en Colombia no saben qué es una cuenta de ahorros y que solo 2 de cada 10 hogares cuenta con algún tipo de ahorro. Experto explica las razones por las que esta es una buena forma de garantizar gratas experiencias a futuro.
Juan Camilo González Trujillo
La última Encuesta Intergeneracional sobre Actualidad Latinoamericana reveló que el 91 % de los millennials tiene una cuenta bancaria en once países de América Latina —incluido Colombia—, al tiempo que Asobancaria ha afirmado en los últimos años que cerca de 1,2 millones de niños y jóvenes menores de 18 años tienen una cuenta de ahorros. Infortunadamente, aunque parecen alentadoras, estas cifras no dan cuenta de una realidad preocupante en nuestro país: el nivel de ahorro de los colombianos es muy bajo y los jóvenes son el grupo que menos ahorra.
De hecho, el estudio Demanda del Seguro 2018, realizado por Banca de las Oportunidades y la Superintendencia Financiera, mostró que apenas dos de cada diez hogares en Colombia cuenta con algún tipo de ahorro. Por su parte, el estudio “Millennials, consumo inteligente” realizado por Mastercard, muestra que cerca del 53 % de los jóvenes colombianos no saben qué es una cuenta de ahorros.
Existen muchas razones por las que es importante empezar a ahorrar siendo joven. La más importante está en el sentido mismo de este hábito. Ahorrar es la mejor forma de acumular un dinero que podemos utilizar en el futuro para adquirir bienes o experiencias que son importantes para nosotros; pero que no podríamos pagar solo con nuestros ingresos mensuales.
Contar con ahorros nos permite atender una emergencia sin necesidad de acudir a créditos o costosas alternativas; además, es una condición necesaria para construir un capital que nos sirva para invertir, generar más ingresos a través de la inversión, crear patrimonio y crecer financieramente. En otras palabras, ahorrar es la mejor forma de cuidar de nosotros mismos en el futuro y permitirnos más y mejor consumo en unos meses o años, en las cosas que son importantes para nosotros.
Una razón más financiera de por qué es importante empezar a ahorrar siendo jóvenes tiene que ver con una de las cuatro variables más importantes del dinero: el tiempo. Las otras tres pueden ser la cantidad de dinero, la tasa de interés que podemos obtener por ahorrar e invertir ese dinero y el riesgo que estamos dispuestos a asumir por lograr nuestros objetivos.
De estas cuatro variables el tiempo es la más importante porque, bien aprovechada, actúa como un seguro frente a problemas que puedan presentarse en cualquiera de las demás. Veamos: si tenemos bajos ingresos, pero logramos generar un ahorro desde muy temprano, con suficiente paciencia y constancia lograremos crear un capital que nos permita generar más ingresos a través de la inversión.
Aun si las tasas de interés que nos ofrece el mercado son bajas, reinvertir constantemente los rendimientos de nuestros ahorros por varios años puede terminar por generar un efecto exponencial en el capital que tenemos. Es la “magia” del interés compuesto: es el tiempo la variable que le da la fuerza exponencial al crecimiento del capital, no la rentabilidad.
Finalmente, si nuestra personalidad es conservadora —es decir, que no nos gusta asumir mucho riesgo—, podemos estar seguros de que es posible lograr resultados interesantes en nuestro capital si ahorramos con constancia y disciplina. Como ya sabemos, más tiempo de ahorro (es decir, empezar lo más temprano posible) puede contrarrestar bajas rentabilidades. Incluso, si nuestra personalidad es más arriesgada, inversiones de largo plazo pueden ser más susceptibles a aguantar períodos de turbulencia económica.
¿Cómo empezar?
Este es un muy buen momento para empezar a ahorrar siendo joven. El sistema financiero colombiano cada vez es más consciente de que es necesario crear productos a su medida y hoy la mayoría de las instituciones financieras tiene un producto especialmente diseñado para menores de treinta años.
Algunos productos, como las cuentas de ahorro joven que ofrecen bancos como Bogotá, Caja Social, BBVA, Bancolombia, Davivienda, Itaú o Colpatria, son soluciones muy parecidas a las cuentas tradicionales. Las principales diferencias están en que las cuotas de manejo son más económicas que en las cuentas de ahorro dirigidas al público adulto, algunas incluso están exentas de costos de retiro en cajeros electrónicos y los montos mínimos de apertura son muy bajos o, incluso, inexistentes.
Otras entidades, como Bancolombia, han creado productos digitales como Nequi, claramente dirigidas a públicos jóvenes, con la posibilidad de manejar todo el dinero desde el celular, crear objetivos de ahorro y simplificar los retiros de dinero y los pagos que hacen, de servicios, o incluso a sus propios amigos.
Ahora bien, la mayoría de estos productos son convenientes entendiendo el ahorro solo como acumulación de dinero (porque la rentabilidad de estos es prácticamente inexistente). Sin embargo, en el mercado existen productos como los Fondos de Inversión Colectiva o Fondos de Pensiones Voluntarias a los que pueden acceder los jóvenes mayores de 18 años fácilmente, y que no solo podrían brindarles las mismas facilidades de acceso y ahorro de su dinero, sino también posibilidades de inversión. Para escogerlos y utilizarlos, la primera y mejor inversión que se puede hacer siendo joven siempre será la educación financiera.
Fundador TranquiFinanzas.com
La última Encuesta Intergeneracional sobre Actualidad Latinoamericana reveló que el 91 % de los millennials tiene una cuenta bancaria en once países de América Latina —incluido Colombia—, al tiempo que Asobancaria ha afirmado en los últimos años que cerca de 1,2 millones de niños y jóvenes menores de 18 años tienen una cuenta de ahorros. Infortunadamente, aunque parecen alentadoras, estas cifras no dan cuenta de una realidad preocupante en nuestro país: el nivel de ahorro de los colombianos es muy bajo y los jóvenes son el grupo que menos ahorra.
De hecho, el estudio Demanda del Seguro 2018, realizado por Banca de las Oportunidades y la Superintendencia Financiera, mostró que apenas dos de cada diez hogares en Colombia cuenta con algún tipo de ahorro. Por su parte, el estudio “Millennials, consumo inteligente” realizado por Mastercard, muestra que cerca del 53 % de los jóvenes colombianos no saben qué es una cuenta de ahorros.
Existen muchas razones por las que es importante empezar a ahorrar siendo joven. La más importante está en el sentido mismo de este hábito. Ahorrar es la mejor forma de acumular un dinero que podemos utilizar en el futuro para adquirir bienes o experiencias que son importantes para nosotros; pero que no podríamos pagar solo con nuestros ingresos mensuales.
Contar con ahorros nos permite atender una emergencia sin necesidad de acudir a créditos o costosas alternativas; además, es una condición necesaria para construir un capital que nos sirva para invertir, generar más ingresos a través de la inversión, crear patrimonio y crecer financieramente. En otras palabras, ahorrar es la mejor forma de cuidar de nosotros mismos en el futuro y permitirnos más y mejor consumo en unos meses o años, en las cosas que son importantes para nosotros.
Una razón más financiera de por qué es importante empezar a ahorrar siendo jóvenes tiene que ver con una de las cuatro variables más importantes del dinero: el tiempo. Las otras tres pueden ser la cantidad de dinero, la tasa de interés que podemos obtener por ahorrar e invertir ese dinero y el riesgo que estamos dispuestos a asumir por lograr nuestros objetivos.
De estas cuatro variables el tiempo es la más importante porque, bien aprovechada, actúa como un seguro frente a problemas que puedan presentarse en cualquiera de las demás. Veamos: si tenemos bajos ingresos, pero logramos generar un ahorro desde muy temprano, con suficiente paciencia y constancia lograremos crear un capital que nos permita generar más ingresos a través de la inversión.
Aun si las tasas de interés que nos ofrece el mercado son bajas, reinvertir constantemente los rendimientos de nuestros ahorros por varios años puede terminar por generar un efecto exponencial en el capital que tenemos. Es la “magia” del interés compuesto: es el tiempo la variable que le da la fuerza exponencial al crecimiento del capital, no la rentabilidad.
Finalmente, si nuestra personalidad es conservadora —es decir, que no nos gusta asumir mucho riesgo—, podemos estar seguros de que es posible lograr resultados interesantes en nuestro capital si ahorramos con constancia y disciplina. Como ya sabemos, más tiempo de ahorro (es decir, empezar lo más temprano posible) puede contrarrestar bajas rentabilidades. Incluso, si nuestra personalidad es más arriesgada, inversiones de largo plazo pueden ser más susceptibles a aguantar períodos de turbulencia económica.
¿Cómo empezar?
Este es un muy buen momento para empezar a ahorrar siendo joven. El sistema financiero colombiano cada vez es más consciente de que es necesario crear productos a su medida y hoy la mayoría de las instituciones financieras tiene un producto especialmente diseñado para menores de treinta años.
Algunos productos, como las cuentas de ahorro joven que ofrecen bancos como Bogotá, Caja Social, BBVA, Bancolombia, Davivienda, Itaú o Colpatria, son soluciones muy parecidas a las cuentas tradicionales. Las principales diferencias están en que las cuotas de manejo son más económicas que en las cuentas de ahorro dirigidas al público adulto, algunas incluso están exentas de costos de retiro en cajeros electrónicos y los montos mínimos de apertura son muy bajos o, incluso, inexistentes.
Otras entidades, como Bancolombia, han creado productos digitales como Nequi, claramente dirigidas a públicos jóvenes, con la posibilidad de manejar todo el dinero desde el celular, crear objetivos de ahorro y simplificar los retiros de dinero y los pagos que hacen, de servicios, o incluso a sus propios amigos.
Ahora bien, la mayoría de estos productos son convenientes entendiendo el ahorro solo como acumulación de dinero (porque la rentabilidad de estos es prácticamente inexistente). Sin embargo, en el mercado existen productos como los Fondos de Inversión Colectiva o Fondos de Pensiones Voluntarias a los que pueden acceder los jóvenes mayores de 18 años fácilmente, y que no solo podrían brindarles las mismas facilidades de acceso y ahorro de su dinero, sino también posibilidades de inversión. Para escogerlos y utilizarlos, la primera y mejor inversión que se puede hacer siendo joven siempre será la educación financiera.
Fundador TranquiFinanzas.com