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El astronauta de origen colombiano George Zamka dirigirá la nave Endeavour en uno de los últimos viajes a la Estación Espacial Internacional, mientras la NASA cierra el capítulo final de sus transbordadores este año.
Según el cronograma de la NASA, el transbordador Endeavour despegará en su misión STS-130 desde Cabo Cañaveral, en el centro de Florida, la madrugada del 7 de febrero.
Su lanzamiento no sólo será el último que la NASA realice por la noche, sino también la primera de las cinco misiones que pondrán fin en septiembre al programa que la agencia aeroespacial inició hace 36 años, cuando el comandante Zamka era aún un niño de 12 años y empezaba a sentirse "muy interesado en volar".
El viaje a la Estación Espacial Internacional (EEI, en inglés) durará 13 días, de acuerdo con un comunicado de la NASA, y tendrá como objetivo llevar el módulo de conexión "Tranquilidad", así como una cúpula de ventanas que será usada por los residentes de esta casa y laboratorio espacial como un centro de investigaciones robóticas.
Para George Zamka, coronel y piloto de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, que en su haber cuenta con varios viajes de combate durante la Guerra del Golfo en 1991, medallas de reconocimiento por su valor y otros premios relacionados con su vida militar, este próximo viaje al espacio será el segundo, ya que en el 2007 pilotó la misión STS-120 del Discovery.
Este viaje marca también el cierre de un año histórico para los astronautas hispanos en la NASA que empezó en febrero del 2009 con los puertorriqueños Joseph Acaba y Danny Oliva y el mexicano José Hernández.
Nacido en Nueva Jersey en el seno de una familia colombiana emigrada a Estados Unidos, George Zamka vivió en Nueva York, ciudad en la que se despertó su interés y curiosidad por el mundo a su alrededor, según confesó en una entrevista de preparación de vuelo en 2007.
Su interés en el espacio, explicó Zamka, nació sin embargo cuando a los 12 ó 14 años, jugaba con sus amigos a las afueras de Nueva York creando cohetes de juguete que luego lanzaban al aire.
"Probablemente la cosa más relevante en relación con lo que soy (astronauta) es que me iba con mis amigos a una ciudad vecina llamada Ardsley y comprábamos ensamblajes de cohetes que bajamos hasta el río y luego los lanzábamos... supongo que para mí eso era exploración, parte de un espíritu aventurero y esas cosas", recordaba Zamka en esa ocasión.
A los 14 años se mudó con su madre Sofía, su padre Comrad y su hermano también del mismo nombre a Colombia.
"Fue una experiencia un poco dura porque eso no fue como vivir y mudarse en Estados Unidos, viviendo entre estadounidenses. Mi mamá es colombiana, era vivir económicamente dentro de la civilización de un adolescente y aunque sabía un poco de español, tuve que aprender rápido para poder adaptarme, tener amigos y encajar", rememora Zamka.
Según Zamka, su experiencia en Colombia, donde asistió a una escuela bilingüe, le brindó herramientas útiles que utiliza en su vida profesional.
"Un día pensé mientras tomaba notas en español "Dios mío, qué bueno que puedo entender español", afirmó. "Nunca lo hubiese hecho si no hubiese vivido en Colombia; eso me permitió apreciar el aprendizaje de otros idiomas y culturas y obviamente también me ha servido aquí (en la NASA) ya que estamos construyendo la Estación Espacial Internacional", concluyó el astronauta.
Zamka llegará la próxima semana al centro de Florida a ensayar una vez más los pasos finales de su crucial misión como comandante del transbordador Endeavour.