Avanzar en la educación, un peldaño para perseguir los sueños

Hace 50 años, se empezaban a abrir más oportunidades en materia de posgrados en aras a disminuir la brecha entre la profesionalización y la búsqueda de mejores oportunidades laborales. Sin embargo, con el pasar de los años, este pensamiento se ha ido moldeando según las necesidades de las empresas, que cada día van a la vanguardia de las nuevas tendencias y tecnologías.

Frente a este panorama, la educación también ha tenido cambios que han representado un avance importante en la academia y a su vez, han contribuido a que el desarrollo educativo de las personas sea más rápido para su llegada al mercado laboral.

De esta manera, la actualidad ha permitido darle más fuerza e importancia a los posgrados como una alternativa para especializar el conocimiento y profundizar en diferentes escenarios sociales con los conocimientos adquiridos.

Estas son algunas reflexiones de los docentes que hacen parte de la Unidad de posgrados de la Universidad Santo Tomás, quienes desarrollaron un diálogo que refleja la misión y la visión de la institución encaminadas en el plan de desarrollo de la Rectoría General de la Universidad, en cabeza de fray José Gabriel Mesa Angulo O.P.

Freddy Camilo Triana es uno de ellos, quien resaltó la importancia de que la juventud se eduque a nivel posgradual en estos tiempos. “Soy fiel creyente de que el país puede cambiar y evolucionar si desde la academia damos esos primeros pilares. Está bien la formación de pregrado, pero a nivel de posgrado es donde más se resuelven las problemáticas del mundo. Debemos tener una educación continua en nuestra vida”, expresó.

Además de las necesidades del mundo, para el docente David Guillermo Cano, el hecho de especializarse y realizar investigaciones se relaciona con seguir alimentando la pasión por el conocimiento de algo y a su vez, contribuye en el crecimiento de una persona en su nicho laboral.

“Hay que envolverse en el ingrediente de la pasión y el interés, esa es la semilla de la investigación, ya que permite abordar un tema desde otras perspectivas. Como esto depende del interés particular de cada persona, necesitamos a alguien que acompañe su proceso. En ese sentido, los directores de tesis y de programa para los posgrados son clave, ya que son actores que potencian en un estudiante su capacidad de ver más allá y preguntarse cómo esa investigación nos puede decir algo diferente del mundo”.

Junto a su argumento, el profesor Cano resaltó otro factor importante y es cómo la pertinencia de un programa puede hacer que los estudiantes desarrollen investigaciones que tengan aplicabilidad y "no se quede guardada en una biblioteca o solo sea consultada por el nicho de investigadores, sino que se pueda divulgar y generar interés para el público en general”.

Para este fin, el docente Triana asegura que es necesario transformarse continuamente como lo han tenido que hacer las instituciones durante la pandemia y que la necesidad es un factor fundamental para los procesos que vayan en esa evolución. Sin embargo, reconoce que la academia no la ha tenido fácil en este camino por diferentes factores sociales y culturales.

“Nosotros estamos creando contenido a nivel digital. Es todo un reto porque desde el aula nos había tocado improvisar en este aspecto porque no estábamos suficientemente capacitados para lo que se venía, por lo que no sabíamos cómo cautivar a un estudiante frente a una pantalla. Hoy, hemos crecido mucho en este aspecto. Es un desafío cultural, social y familiar también para la interacción constante entre docentes y estudiantes, ya que buscamos que ellos se empoderen en su quehacer académico. Esto mismo pasa con las investigaciones, porque si hacemos un estudio social, encontramos que, por ejemplo, de manera increíble, puede resultar más lucrativo un influenciador que un docente que participa de manera interactiva y científica para que el estudiante trabaje en sus procesos de investigación. Por eso, debemos pensar si es un problema de conocimiento o de cultura y reflexionar sobre cómo las personas están administrando su tiempo. Qué bueno sería que, en vez de consumir contenido innecesario, todas las personas se interesaran en las investigaciones, y que todo el mundo tuviera inquietud de leer o averiguar sobre ellas”, dijo el docente.

El papel de las instituciones

Para el Director de Posgrados de la Universidad Santo Tomás, Fray Alberto René Ramírez O.P., la oferta académica de posgrados es amplia y se ajusta mucho más a las necesidades del mundo actual.

"Nos hemos vuelto complejos y los procesos han evolucionado. Tenemos que adquirir una pasión sobre ese mundo y eso lo puede hacer un académico: tener la capacidad de apasionarnos por lo que estamos haciendo y de esta manera que haya un desarrollo. Por eso, ser formadores de otras personas, sobre todo durante la pandemia, nos ha convertido en héroes, porque hemos dejado de preocuparnos por el título de doctorado, maestría o especialización, para tener la voluntad de preocuparnos por la condición de los estudiantes. Se ha convertido en una gran responsabilidad basada más en la disposición que en la formación”, destacó el director de la Unidad de Posgrados.

De acuerdo con el docente Freddy Camilo Triana, en medio de todos los retos que conlleva que una persona decida seguir formándose sobre los conocimientos adquiridos, un factor fundamental es la confianza que tenga el estudiante hacia la institución que le presta este servicio, para que sepa que la inversión valdrá la pena a futuro.

“La trayectoria de una universidad como la Santo Tomás garantiza un reconocimiento a nivel nacional, es decir, que es un referente para quienes estén interesados en cursar un posgrado o una carrera profesional. Esto también tiene que ver con las alianzas que ha construido a través del tiempo, tales como con la Red Colombiana de Posgrados, que garantiza a los estudiantes y aspirantes el reconocimiento y que, en medio de toda la oferta, será un factor diferencial”, concluyó el docente.

Hace 50 años, se empezaban a abrir más oportunidades en materia de posgrados en aras a disminuir la brecha entre la profesionalización y la búsqueda de mejores oportunidades laborales. Sin embargo, con el pasar de los años, este pensamiento se ha ido moldeando según las necesidades de las empresas, que cada día van a la vanguardia de las nuevas tendencias y tecnologías.

Frente a este panorama, la educación también ha tenido cambios que han representado un avance importante en la academia y a su vez, han contribuido a que el desarrollo educativo de las personas sea más rápido para su llegada al mercado laboral.

De esta manera, la actualidad ha permitido darle más fuerza e importancia a los posgrados como una alternativa para especializar el conocimiento y profundizar en diferentes escenarios sociales con los conocimientos adquiridos.

Estas son algunas reflexiones de los docentes que hacen parte de la Unidad de posgrados de la Universidad Santo Tomás, quienes desarrollaron un diálogo que refleja la misión y la visión de la institución encaminadas en el plan de desarrollo de la Rectoría General de la Universidad, en cabeza de fray José Gabriel Mesa Angulo O.P.

Freddy Camilo Triana es uno de ellos, quien resaltó la importancia de que la juventud se eduque a nivel posgradual en estos tiempos. “Soy fiel creyente de que el país puede cambiar y evolucionar si desde la academia damos esos primeros pilares. Está bien la formación de pregrado, pero a nivel de posgrado es donde más se resuelven las problemáticas del mundo. Debemos tener una educación continua en nuestra vida”, expresó.

Además de las necesidades del mundo, para el docente David Guillermo Cano, el hecho de especializarse y realizar investigaciones se relaciona con seguir alimentando la pasión por el conocimiento de algo y a su vez, contribuye en el crecimiento de una persona en su nicho laboral.

“Hay que envolverse en el ingrediente de la pasión y el interés, esa es la semilla de la investigación, ya que permite abordar un tema desde otras perspectivas. Como esto depende del interés particular de cada persona, necesitamos a alguien que acompañe su proceso. En ese sentido, los directores de tesis y de programa para los posgrados son clave, ya que son actores que potencian en un estudiante su capacidad de ver más allá y preguntarse cómo esa investigación nos puede decir algo diferente del mundo”.

Junto a su argumento, el profesor Cano resaltó otro factor importante y es cómo la pertinencia de un programa puede hacer que los estudiantes desarrollen investigaciones que tengan aplicabilidad y "no se quede guardada en una biblioteca o solo sea consultada por el nicho de investigadores, sino que se pueda divulgar y generar interés para el público en general”.

Para este fin, el docente Triana asegura que es necesario transformarse continuamente como lo han tenido que hacer las instituciones durante la pandemia y que la necesidad es un factor fundamental para los procesos que vayan en esa evolución. Sin embargo, reconoce que la academia no la ha tenido fácil en este camino por diferentes factores sociales y culturales.

“Nosotros estamos creando contenido a nivel digital. Es todo un reto porque desde el aula nos había tocado improvisar en este aspecto porque no estábamos suficientemente capacitados para lo que se venía, por lo que no sabíamos cómo cautivar a un estudiante frente a una pantalla. Hoy, hemos crecido mucho en este aspecto. Es un desafío cultural, social y familiar también para la interacción constante entre docentes y estudiantes, ya que buscamos que ellos se empoderen en su quehacer académico. Esto mismo pasa con las investigaciones, porque si hacemos un estudio social, encontramos que, por ejemplo, de manera increíble, puede resultar más lucrativo un influenciador que un docente que participa de manera interactiva y científica para que el estudiante trabaje en sus procesos de investigación. Por eso, debemos pensar si es un problema de conocimiento o de cultura y reflexionar sobre cómo las personas están administrando su tiempo. Qué bueno sería que, en vez de consumir contenido innecesario, todas las personas se interesaran en las investigaciones, y que todo el mundo tuviera inquietud de leer o averiguar sobre ellas”, dijo el docente.

El papel de las instituciones

Para el Director de Posgrados de la Universidad Santo Tomás, Fray Alberto René Ramírez O.P., la oferta académica de posgrados es amplia y se ajusta mucho más a las necesidades del mundo actual.

"Nos hemos vuelto complejos y los procesos han evolucionado. Tenemos que adquirir una pasión sobre ese mundo y eso lo puede hacer un académico: tener la capacidad de apasionarnos por lo que estamos haciendo y de esta manera que haya un desarrollo. Por eso, ser formadores de otras personas, sobre todo durante la pandemia, nos ha convertido en héroes, porque hemos dejado de preocuparnos por el título de doctorado, maestría o especialización, para tener la voluntad de preocuparnos por la condición de los estudiantes. Se ha convertido en una gran responsabilidad basada más en la disposición que en la formación”, destacó el director de la Unidad de Posgrados.

De acuerdo con el docente Freddy Camilo Triana, en medio de todos los retos que conlleva que una persona decida seguir formándose sobre los conocimientos adquiridos, un factor fundamental es la confianza que tenga el estudiante hacia la institución que le presta este servicio, para que sepa que la inversión valdrá la pena a futuro.

“La trayectoria de una universidad como la Santo Tomás garantiza un reconocimiento a nivel nacional, es decir, que es un referente para quienes estén interesados en cursar un posgrado o una carrera profesional. Esto también tiene que ver con las alianzas que ha construido a través del tiempo, tales como con la Red Colombiana de Posgrados, que garantiza a los estudiantes y aspirantes el reconocimiento y que, en medio de toda la oferta, será un factor diferencial”, concluyó el docente.