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El baño en el Sena se prohibió en 1923 por su alta contaminación y pese a ser un proyecto recurrente entre los distintos alcaldes de la ciudad, no ha sido sino hasta hace seis años, con la elección de París como sede olímpica, que su saneamiento se pudo afrontar con garantías suficientes, tanto para los atletas como para los ciudadanos.
Durante los Juegos Olímpicos de 2024 el rio será el escenario de la ceremonia inaugural y acogerá tres pruebas deportivas, pero, sobre todo, un año después, en 2025, los parisinos dispondrán de lugares para bañarse con toda seguridad.
Pierre Rabadan, adjunto a la alcaldía de París para los Juegos Olímpicos, explicó a la agencia RFI que habrá tres zonas disponibles para bañarse: Una al inicio de la entrada del Sena en París, otra en el centro, al lado de la Alcaldía de la ciudad y la última parte al lado de la Torre Eiffel. “Debemos tener una repartición geográfica diferente en París y utilizar espacios donde los barcos no pasan todo el día”, agregó.
La elección de París como sede olímpica ha sido clave para acelerar el proceso, que requiere una inversión superior a los 1.500 millones de dólares: Había que sanear el río y crear depósitos e infraestructuras que recojan el agua de las lluvias y de las casas flotantes para que no acaben en el río.
Rabadan asegura que acoger los Juegos Olímpicos en París fue algo crucial para estar en capacidad de cumplir esta meta. “Fue muy importante tener el objetivo de bañarse (en el Sena) en 2024. El 75% de las obras se terminan esteverano, pensamos que ganamos entre 10 y 15 años”.
Visitar la torre Eiffel, el Arco del Triunfo o el Louvre son una costumbre ineludible entre los turistas que vienen a París. A partir de 2025, tal vez lo sea también remojar los pies o incluso darse un chapuzón en el célebre Sena, cuyas riberas son Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.