Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
A partir del miércoles, día de lanzamiento oficial de Edupol, una empresa asociada con la Universidad Autónoma de Manizales (UAM), se inaugura un estudio televisivo desde donde se emitirán clases hacia 50 “teleaulas” en ciudades capitales como Bogotá, o Barranquilla, hasta pequeños municipios como Chigorodó y Zipaquirá.
El proyecto, que une a la UAM con Edupol, ha sido forjado por dos frentes, el académico y el tecnológico. La universidad se encarga de la orientación temática y la empresa reúne a los maestros en el estudio televisivo, ubicado en Bogotá, para que dicten sus asignaturas en vivo y en tiempo real.
Las imágenes y el audio se transmiten a un satélite en el espacio, que a su vez disecciona y direcciona la señal hacia cada una de las “teleaulas”, gracias a un modelo diseñado para acaparar masas. Si en promedio cada una de estas aulas tiene la capacidad suficiente para dar cabida a un aforo de 40 estudiantes, las clases podrían ser tomadas por 2.000 estudiantes a la vez. Esto únicamente en la primera fase del proyecto, porque las ambiciones de Edupol le apuestan a 500 “teleaulas” en los próximos cuatro años.
Sentados enfrente de una televisor plasma, abastecido por una antena receptora de las ondas satelitales, cada estudiante tendrá la posibilidad de hacer preguntas a través de un chat. En el estudio televisivo, un “tutor web” se encarga de filtrar las preguntas, para posteriormente formulárselas al profesor. Finalmente, al completar los cursos y sortear con éxito los exámenes, el alumno recibirá su diploma como egresado de la UAM.
Inicialmente, la oferta constará de formación técnica en administración de empresas y de empresas agropecuarias. El costo por semestre no superará los $800.000.
El modelo arribó a Colombia, luego de obtener réditos en Brasil, por dos razones básicas: el mercado estudiantil se perfila interesante para brindar una oferta, y porque Carlos Franco Amastha, un barranquillero de 49 años, quiso proponer una nueva alternativa de educación en su tierra. Una alternativa que, como dice, “nació de mí y mis pensamientos”.
Los orígenes de la idea se fundan en la llegada de Franco a Brasil, hace 26 años. Bajó del avión pensando en trabajar en un instituto de aprendizaje de idiomas. Con el paso de los años, el barranquillero emprendió la misión de crear su propia academia vendiendo kits de “aprenda idiomas desde casa”, pero con un servicio adicional: atención telefónica a los usuarios las 24 horas al día.
Su iniciativa evolucionó hacia el video y la internet y la gobernación del estado Tocantíns la adaptó para educar de forma masiva a su población con la empresa Eadcon, algo así como la versión carioca de Edupol.
Para Franco, la propuesta hace muy cómoda la formación: se puede aprender sin salir del pueblo o la ciudad de origen, sin buscar las grandes ciudades para estudiar, lo cual contribuye al crecimiento y desarrollo de las comunidades fuera de los cascos urbanos”, comenta el gestor, vaticinando que en el futuro serán varias la universidades que se unan a la propuesta.