“El cáncer no es una sentencia de muerte”
Entrevista con Alessandra Durstine, directora para Latinoamérica de la American Cancer Society.
Santiago La Rotta
Las matemáticas de la muerte establecen que el cáncer será la causa número uno de mortalidad en 2010 y que en 2020 morirán 10,3 millones de personas como consecuencia de esta enfermedad, cifra que habrá subido a 17,5 millones en 2050. También permitieron hacer cálculos para determinar que en 2002 hubo 10,9 millones nuevos de casos de cáncer en el mundo, que cobraron 6,7 millones de vidas, datos que aumentaron dramáticamente en 2007, al crecer el número de enfermos a 12 millones y el de víctimas mortales a 7,6 millones en todo el planeta.
Sin embargo, hay esperanza. Alrededor del mundo existen miles de iniciativas relacionadas con investigaciones y tratamientos para elevar los índices de supervivencia y mejorar las condiciones de vida de las personas que desarrollan este mal. La meta es convertir el cáncer en una enfermedad crónica. Con el fin de lograr esta difícil tarea 10 países decidieron unirse e invertir millones de dólares para desarrollar un ambicioso proyecto denominado Consorcio Internacional del Genoma del Cáncer (ICGC), mediante el cual se elaborará un mapa genético de los 50 tipos de cánceres más comunes mediante un rastreo del genoma de 500 tumores en 25.000 pacientes.
Alessandra Durstine, directora para Latinoamérica de la American Cancer Society (la ONG de cáncer más grande del mundo), habló con El Espectador, desde el Foro de Oncología organizado por Pfizer en Chile, acerca de las implicaciones que proyectos como el del ICGC tienen en las esperanzas y expectativas que existen de poder sobrevivir a esta enfermedad y de cómo se ha avanzado en el diagnóstico y los tratamientos en Colombia y en la región.
¿Cuál es el futuro del cáncer en Latinoamérica?
Vamos a tener un crecimiento bastante significativo en el continente en los próximos 10 años, por un problema enormemente grave que es el tsunami del tabaco. Más y más personas están fumando en América Latina y eso generará más casos de cáncer de pulmón. Otro factor importante es que el estilo de vida de los latinoamericanos está cambiado: las personas están haciendo menos ejercicio y comiendo más comida con mucha grasa y esto tiene implicaciones en el cáncer de mama, colon y próstata.
Así que vamos a ver un aumento en esas cuatro patologías. También hay otro elemento importante, del cual no se habla mucho: la edad. El cáncer, normalmente, es una enfermedad que afecta más a las personas que son más viejas. Como la expectativa de vida ha crecido podemos decir que el cáncer es un desafío que va a seguir siendo importante por el envejecimiento de la población en el continente.
¿Qué hacer para contrarrestar esta estadística?
Dejar de fumar. Supongamos que todo el mundo deja de fumar hoy en América Latina, pero aún así durante 20 años vamos a seguir viendo un aumento de casos de cáncer de pulmón debido a que después de dejar de fumar el tabaco sigue como un factor de riesgo para desarrollar la enfermedad. Este es un problema enorme. Un tercio de los casos de cáncer se deben al humo del tabaco. Lo otro que se puede hacer es ejercicio e ingerir más verduras y, en general, comida más sana. También ayudaría enormemente realizarse exámenes de detección temprana, como la mamografía, e ir al médico en el instante en que notemos que algo extraño pasa con nuestro cuerpo.
¿Cuáles son los nuevos retos frente el cáncer?
El nuevo reto es que las personas entiendan las implicaciones de una dieta sana y el ejercicio en el desarrollo del cáncer. Estas variables pueden prevenir la aparición de hasta el 30% de los casos de cáncer. Sabemos que hay una relación, de la cual todos los días se aprende más, entre la dieta, el ejercicio y el cáncer. Yo diría que este es un nuevo reto, especialmente en países en desarrollo en los que las personas están dejando el campo para mudarse a la ciudad, donde la gente se ejercita menos.
¿Cuál es el panorama del cáncer en Colombia?
Colombia es muy similar a Brasil, algunas ciudades de México, Venezuela y, en un cierto sentido, a Argentina. El cáncer de seno está aumentando por los cambios de estilo de vida. En general, las muertes por cáncer de cuello uterino están disminuyendo, aunque en ciertas regiones las cifras siguen muy altas (como en la costa). El consumo de tabaco, aunque sigue siendo alto, no está creciendo, y con las nuevas leyes que el Gobierno está aprobando las cifras de personas que fuman van a seguir bajando. Sin embargo, los beneficios de esas medidas no se verán en los siguientes 20 años. Entonces, en las próximas dos décadas, lo que va a ocurrir es que el cáncer de pulmón va a crecer. Ahora, como el estilo de vida está cambiando, al igual que en el resto del continente, también va a haber un aumento en las cifras de cáncer de próstata y colon.
¿El cáncer sigue siendo una sentencia de muerte?
No, por varias razones. Por todo lo que se puede hacer para prevenirlo, porque con la detección temprana en los cánceres de colon, mama, estómago y de cuello uterino hay una gran posibilidad de cura y también debido a que hay un amplio rango de tratamientos que pueden asegurar que después de un diagnóstico correcto se pueda vivir sin cáncer o con un nivel muy bajo. Esto ha sido posible gracias a que los médicos, desde la genética, están entendiendo mejor cómo se desarrollan los tumores de varios tipos de cáncer, conceptos que se ampliarán con los resultados del proyecto del ICGC.
¿Qué tan importantes son las comunidades de sobrevivientes?
Mucho. En primer lugar, está el apoyo. Una persona con un diagnóstico de cáncer no quiere hablar con su esposa, sus hijos, su jefe ni su mejor amigo: quiere hablar con alguien que sobrevivió a la enfermedad. Un sobreviviente puede dar mucha esperanza a alguien que ha sido diagnosticado. Asimismo, estos grupos también son importantes porque crean una presión política que busca cambiar los sistemas de salud. Después de pasar por esa época terrible del diagnóstico y el tratamiento, la gente que forma parte de estas comunidades (en Latinoamérica los movimientos más fuertes son los de cáncer de mama y cáncer en niños) se dedica a trabajar para que nadie más tenga que transitar ese duro camino.
El papel de la nutrición
El papel de la dieta en el desarrollo del cáncer es vital. Según Alessandra Durstein, directora para Lationamérica de la American Cancer Society, “una nutrición sana incluye comer muy pocas cosas fritas y, en general, alimentos que contengan un alto porcentaje de grasa”. Asimismo, asegura que es vital consumir una cantidad mínima de 400 gramos de frutas o verduras al día. Durstein también recomienda disminuir en buena medida el consumo de carnes rojas y mantener al mínimo la ingestión de carnes conservadas en sal, pues éstas pueden incrementar significativamente el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer.
Las matemáticas de la muerte establecen que el cáncer será la causa número uno de mortalidad en 2010 y que en 2020 morirán 10,3 millones de personas como consecuencia de esta enfermedad, cifra que habrá subido a 17,5 millones en 2050. También permitieron hacer cálculos para determinar que en 2002 hubo 10,9 millones nuevos de casos de cáncer en el mundo, que cobraron 6,7 millones de vidas, datos que aumentaron dramáticamente en 2007, al crecer el número de enfermos a 12 millones y el de víctimas mortales a 7,6 millones en todo el planeta.
Sin embargo, hay esperanza. Alrededor del mundo existen miles de iniciativas relacionadas con investigaciones y tratamientos para elevar los índices de supervivencia y mejorar las condiciones de vida de las personas que desarrollan este mal. La meta es convertir el cáncer en una enfermedad crónica. Con el fin de lograr esta difícil tarea 10 países decidieron unirse e invertir millones de dólares para desarrollar un ambicioso proyecto denominado Consorcio Internacional del Genoma del Cáncer (ICGC), mediante el cual se elaborará un mapa genético de los 50 tipos de cánceres más comunes mediante un rastreo del genoma de 500 tumores en 25.000 pacientes.
Alessandra Durstine, directora para Latinoamérica de la American Cancer Society (la ONG de cáncer más grande del mundo), habló con El Espectador, desde el Foro de Oncología organizado por Pfizer en Chile, acerca de las implicaciones que proyectos como el del ICGC tienen en las esperanzas y expectativas que existen de poder sobrevivir a esta enfermedad y de cómo se ha avanzado en el diagnóstico y los tratamientos en Colombia y en la región.
¿Cuál es el futuro del cáncer en Latinoamérica?
Vamos a tener un crecimiento bastante significativo en el continente en los próximos 10 años, por un problema enormemente grave que es el tsunami del tabaco. Más y más personas están fumando en América Latina y eso generará más casos de cáncer de pulmón. Otro factor importante es que el estilo de vida de los latinoamericanos está cambiado: las personas están haciendo menos ejercicio y comiendo más comida con mucha grasa y esto tiene implicaciones en el cáncer de mama, colon y próstata.
Así que vamos a ver un aumento en esas cuatro patologías. También hay otro elemento importante, del cual no se habla mucho: la edad. El cáncer, normalmente, es una enfermedad que afecta más a las personas que son más viejas. Como la expectativa de vida ha crecido podemos decir que el cáncer es un desafío que va a seguir siendo importante por el envejecimiento de la población en el continente.
¿Qué hacer para contrarrestar esta estadística?
Dejar de fumar. Supongamos que todo el mundo deja de fumar hoy en América Latina, pero aún así durante 20 años vamos a seguir viendo un aumento de casos de cáncer de pulmón debido a que después de dejar de fumar el tabaco sigue como un factor de riesgo para desarrollar la enfermedad. Este es un problema enorme. Un tercio de los casos de cáncer se deben al humo del tabaco. Lo otro que se puede hacer es ejercicio e ingerir más verduras y, en general, comida más sana. También ayudaría enormemente realizarse exámenes de detección temprana, como la mamografía, e ir al médico en el instante en que notemos que algo extraño pasa con nuestro cuerpo.
¿Cuáles son los nuevos retos frente el cáncer?
El nuevo reto es que las personas entiendan las implicaciones de una dieta sana y el ejercicio en el desarrollo del cáncer. Estas variables pueden prevenir la aparición de hasta el 30% de los casos de cáncer. Sabemos que hay una relación, de la cual todos los días se aprende más, entre la dieta, el ejercicio y el cáncer. Yo diría que este es un nuevo reto, especialmente en países en desarrollo en los que las personas están dejando el campo para mudarse a la ciudad, donde la gente se ejercita menos.
¿Cuál es el panorama del cáncer en Colombia?
Colombia es muy similar a Brasil, algunas ciudades de México, Venezuela y, en un cierto sentido, a Argentina. El cáncer de seno está aumentando por los cambios de estilo de vida. En general, las muertes por cáncer de cuello uterino están disminuyendo, aunque en ciertas regiones las cifras siguen muy altas (como en la costa). El consumo de tabaco, aunque sigue siendo alto, no está creciendo, y con las nuevas leyes que el Gobierno está aprobando las cifras de personas que fuman van a seguir bajando. Sin embargo, los beneficios de esas medidas no se verán en los siguientes 20 años. Entonces, en las próximas dos décadas, lo que va a ocurrir es que el cáncer de pulmón va a crecer. Ahora, como el estilo de vida está cambiando, al igual que en el resto del continente, también va a haber un aumento en las cifras de cáncer de próstata y colon.
¿El cáncer sigue siendo una sentencia de muerte?
No, por varias razones. Por todo lo que se puede hacer para prevenirlo, porque con la detección temprana en los cánceres de colon, mama, estómago y de cuello uterino hay una gran posibilidad de cura y también debido a que hay un amplio rango de tratamientos que pueden asegurar que después de un diagnóstico correcto se pueda vivir sin cáncer o con un nivel muy bajo. Esto ha sido posible gracias a que los médicos, desde la genética, están entendiendo mejor cómo se desarrollan los tumores de varios tipos de cáncer, conceptos que se ampliarán con los resultados del proyecto del ICGC.
¿Qué tan importantes son las comunidades de sobrevivientes?
Mucho. En primer lugar, está el apoyo. Una persona con un diagnóstico de cáncer no quiere hablar con su esposa, sus hijos, su jefe ni su mejor amigo: quiere hablar con alguien que sobrevivió a la enfermedad. Un sobreviviente puede dar mucha esperanza a alguien que ha sido diagnosticado. Asimismo, estos grupos también son importantes porque crean una presión política que busca cambiar los sistemas de salud. Después de pasar por esa época terrible del diagnóstico y el tratamiento, la gente que forma parte de estas comunidades (en Latinoamérica los movimientos más fuertes son los de cáncer de mama y cáncer en niños) se dedica a trabajar para que nadie más tenga que transitar ese duro camino.
El papel de la nutrición
El papel de la dieta en el desarrollo del cáncer es vital. Según Alessandra Durstein, directora para Lationamérica de la American Cancer Society, “una nutrición sana incluye comer muy pocas cosas fritas y, en general, alimentos que contengan un alto porcentaje de grasa”. Asimismo, asegura que es vital consumir una cantidad mínima de 400 gramos de frutas o verduras al día. Durstein también recomienda disminuir en buena medida el consumo de carnes rojas y mantener al mínimo la ingestión de carnes conservadas en sal, pues éstas pueden incrementar significativamente el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer.