El lado oscuro de las selfis
Este tipo de fotografías están relacionadas con irrespeto, poca autenticidad y narcisismo. Sin embargo, hay quienes creen que son una manera divertida de compartir experiencias personales con otros y generar simpatía.
Redacción VIVIR
Las selfis son cada día más populares en redes sociales, tanto que incluso las personas mueren en el intento de mostrar a sus seguidores escenarios de adrenalina, con animales salvajes, con retos peligrosos o paisajes imponentes.
Hay quienes ven las selfis como una manera creativa de conectarse con otras personas y compartir experiencias personales con nuevas audiencias, mientras otros creen que es una actitud narcisista, irrespetuosa, con poca autenticidad y con objetivos autopromocionales.
De acuerdo con una investigación hecha por la Universidad de Bamberg en 2007, existen dos estrategias de publicidad relacionadas con las selfis: la primera es la autopromoción, es decir, resaltar los propios logros y habilidades para que otros nos perciban como personas capaces, inteligentes o talentosas, y la segunda es la autorrevelación, que consiste en dejar ver ciertos momentos y emociones personales con el objetivo de transmitir una imagen agradable y ganar así la simpatía, la confianza y el aprecio de los demás.
Al tratarse de un fenómeno cultural contemporáneo, los psicólogos están interesados en conocer cómo se sienten las personas al tomarse, publicar y ver sus propias fotos y las de los demás en una red social, así como las consecuencias que eso podría generar. En un reciente estudio, publicado en Frontiers in Psychology, Sarah Diefenbach, profesora de la Ludwig-Maximilians-Universität de Múnich, realizó una encuesta en línea para evaluar los motivos y juicios de las personas que se hacen selfis.
La entrevista la respondieron un total de 238 personas de Austria, Alemania y Suiza entre los 18 y 63 años. Los resultados arrojaron que el 77 % de los participantes normalmente se toman selfis, aunque el 67 % considera que podrían tener consecuencias negativas, para la autoestima, especialmente.
“Una de las razones por las que las personas suelen tomarse selfis tiene que ver con las estrategias de autopresentación generalizada, como la autopromoción y la autorrevelación”, dice Diefenbach. “La selfi como una autopublicidad hacia las audiencias o como un acto de autorrevelación, así como compartir un momento privado con el resto del mundo y esperanzadamente creer que genera simpatía, parecen ser los principales motivadores”, explica.
El 50 % de los participantes dijeron que se tomaban al menos una selfi al mes, el 27% una vez a la semana o más a menudo, y una sola persona dijo que se tomaba varias selfis al día. Pero para conocer la percepción de las personas sobre este fenómeno, el equipo de investigadores se centró en preguntar sobre seis aspectos relacionados con las consecuencias que podría traer esta práctica. Cuatro fueron considerados como efectos positivos de las selfis, mientras los otros dos fueron considerados negativos (un mundo irreal y una amenaza a la autoestima).
Las cuatro asociaciones positivas más comunes que se hicieron tienen que ver con la independencia (tomar imágenes de autorretrato sin ayuda de otros), el significado y la documentación (selfis como recuerdos), la relación que pueda generarse con otros (un sentimiento cercano con las personas), la auto puesta en escena (control total sobre la imagen) y los sentimientos positivos que genera, como diversión o entretenimiento cuando se está aburrido.
En contraste, los participantes creen que los aspectos negativos están relacionados con la ilusión y falsificación de imágenes, lo que genera un mundo ilusorio, irreal y superficial. También consideran que las selfis están relacionadas con una necesidad de acaparar la atención, lo que podría convertirse en un arma de doble filo cuando logra amenazar la autoestima de una persona.
En general, los entrevistados hablaron de los aspectos positivos entre un 8 y 14 %, mientras que los impactos negativos del fenómeno variaron entre el 62 y 67 %. “Esta visión general bastante negativa sobre las selfis continuó luego de que el 82 % declarara que les gustaría ver imágenes más habituales en lugar de selfis en las redes sociales. Así, aunque ocasionalmente sean parte de la propia cultura selfi, también hay un sentido de la reflexión importante”, concluyó Diefenbach.
Las selfis son cada día más populares en redes sociales, tanto que incluso las personas mueren en el intento de mostrar a sus seguidores escenarios de adrenalina, con animales salvajes, con retos peligrosos o paisajes imponentes.
Hay quienes ven las selfis como una manera creativa de conectarse con otras personas y compartir experiencias personales con nuevas audiencias, mientras otros creen que es una actitud narcisista, irrespetuosa, con poca autenticidad y con objetivos autopromocionales.
De acuerdo con una investigación hecha por la Universidad de Bamberg en 2007, existen dos estrategias de publicidad relacionadas con las selfis: la primera es la autopromoción, es decir, resaltar los propios logros y habilidades para que otros nos perciban como personas capaces, inteligentes o talentosas, y la segunda es la autorrevelación, que consiste en dejar ver ciertos momentos y emociones personales con el objetivo de transmitir una imagen agradable y ganar así la simpatía, la confianza y el aprecio de los demás.
Al tratarse de un fenómeno cultural contemporáneo, los psicólogos están interesados en conocer cómo se sienten las personas al tomarse, publicar y ver sus propias fotos y las de los demás en una red social, así como las consecuencias que eso podría generar. En un reciente estudio, publicado en Frontiers in Psychology, Sarah Diefenbach, profesora de la Ludwig-Maximilians-Universität de Múnich, realizó una encuesta en línea para evaluar los motivos y juicios de las personas que se hacen selfis.
La entrevista la respondieron un total de 238 personas de Austria, Alemania y Suiza entre los 18 y 63 años. Los resultados arrojaron que el 77 % de los participantes normalmente se toman selfis, aunque el 67 % considera que podrían tener consecuencias negativas, para la autoestima, especialmente.
“Una de las razones por las que las personas suelen tomarse selfis tiene que ver con las estrategias de autopresentación generalizada, como la autopromoción y la autorrevelación”, dice Diefenbach. “La selfi como una autopublicidad hacia las audiencias o como un acto de autorrevelación, así como compartir un momento privado con el resto del mundo y esperanzadamente creer que genera simpatía, parecen ser los principales motivadores”, explica.
El 50 % de los participantes dijeron que se tomaban al menos una selfi al mes, el 27% una vez a la semana o más a menudo, y una sola persona dijo que se tomaba varias selfis al día. Pero para conocer la percepción de las personas sobre este fenómeno, el equipo de investigadores se centró en preguntar sobre seis aspectos relacionados con las consecuencias que podría traer esta práctica. Cuatro fueron considerados como efectos positivos de las selfis, mientras los otros dos fueron considerados negativos (un mundo irreal y una amenaza a la autoestima).
Las cuatro asociaciones positivas más comunes que se hicieron tienen que ver con la independencia (tomar imágenes de autorretrato sin ayuda de otros), el significado y la documentación (selfis como recuerdos), la relación que pueda generarse con otros (un sentimiento cercano con las personas), la auto puesta en escena (control total sobre la imagen) y los sentimientos positivos que genera, como diversión o entretenimiento cuando se está aburrido.
En contraste, los participantes creen que los aspectos negativos están relacionados con la ilusión y falsificación de imágenes, lo que genera un mundo ilusorio, irreal y superficial. También consideran que las selfis están relacionadas con una necesidad de acaparar la atención, lo que podría convertirse en un arma de doble filo cuando logra amenazar la autoestima de una persona.
En general, los entrevistados hablaron de los aspectos positivos entre un 8 y 14 %, mientras que los impactos negativos del fenómeno variaron entre el 62 y 67 %. “Esta visión general bastante negativa sobre las selfis continuó luego de que el 82 % declarara que les gustaría ver imágenes más habituales en lugar de selfis en las redes sociales. Así, aunque ocasionalmente sean parte de la propia cultura selfi, también hay un sentido de la reflexión importante”, concluyó Diefenbach.