¿Es usted un mata plantas? Tranquilo. Somos, o hemos sido, legión. Pero hay salvación y rendención en el camino hacia tener plantas en el hogar.
Primero, una obviedad: no todas las plantas son para todos los hogares y dueños. Pero esto, por cierto que sea, no quiere decir que deba renunciar a tener plantas en su casa u oficina. Tan sólo que debe encontrar especies que se adapten mejor a sus espacios y rutinas.
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La que sigue es una lista que, sin ser exhaustiva, pretende demostrar este punto: es posible gozar de los beneficios y belleza de las plantas sin necesidad de sacrificios, grandes inversiones o proezas logísticas.
Cactus
De entrada, son plantas hechas para resistir. Poca agua, fuertes vientos, sol directo. Todos son elementos que, por diseño, estas plantas pueden soportar en mayor menor medida. No todos los cactus son iguales, así que la idea no es ponerlos a prueba.
Pero la idea general es que son plantas que requieren pocos cuidados y, con algunas recomendaciones básicas, estas son plantas que pueden acompañarlo durante años.
Lo primero es tener en cuenta que necesitan luz. Dependiendo de su clase, puede ser directa o no. Pero definitivamente necesitan de una buena exposición a la luz, así que cerca a ventanas (en bibliotecas, mesas, estanterías) es el lugar en donde deberían estar.
Por otro lado, también dependiendo del tipo de cactus, son plantas que requieren poca agua. De hecho, regadas excesivas es el camino más seguro para matarlas.
Hay cactus que requieren un riego generoso una vez apenas una vez al mes. Otros cada 15 días. Pero, el consejo de fondo acá es: ojo con el agua, pues para ellos es preferible pecar por poco, que por exceso.
Suculentas
Son algunas de las plantas más de modo por razones evidentes: tiene una amplia variedad de formas y colores y requieren muy pocos cuidados.
Para comenzar, no hay que ponerlas bajo el rayo del sol, pues sus hojas son sensibles y van a terminar quemándose. Si bien pueden resistir en lugares medianamente sombríos, su belleza reluce con una exposición a luz constante (mas no directa).
Respecto al agua, la idea general es no ahogarlas, pues son sensibles al exceso. Por eso, requieren de riego una vez a la semana o dos veces (dependiendo de la temperatura general en donde vivan). No más que eso.
En esta pequeña guía puede conocer cuidados a fondo de las suculentas.
Lengua de suegra
Esta es una preferida de la ornamentación interior, pues es una planta que se adapta a lugares más bien oscuros (no penumbra, por razones obvias) y que requiere de un riego una o dos veces a la semana, dependiendo, de nuevo, de las condiciones en donde esté ubicada la planta.
Tiene una forma interesante y sus colores (una mezcla entre verde brillante y amarillo) la vuelven una compañera perfecta para entregarle vida incluso a rincones que no tiene mucha luz o gracia.
Aspidistra
Se le conoce también como orejas de burro por la forma larga de sus hojas, que entregan una presencia de verde frescor en cualquier ambiente.
Es una planta muy resistente, que no suele ser susceptible a plagas o enfermedades y prácticamente se cuida sola.
No es bueno ponerla al sol directo. Y, de hecho, se acomoda bien a lugares con menos luz de lo habitual (se le ve mucho en entradas de edificios u oficinas, por ejemplo). Un riego moderado dos veces a la semana (verificando humedad de la tierra antes de hacerlo, claro está) es suficiente para esta planta.
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Singonia
Esta es otra de esas plantas que casi que podríamos clasificar como indestructibles. Es muy resistente a plagas y enfermedades y sus cuidados son mínimos.
En términos de riego, requiere dos veces a la semana, de forma abundante. Es clave tenerla en una matera con desagüe para evitar que las raíces se pudran y se vuelva propensa a hongos, por ejemplo.
No es de luz directa, pero sí requiere de una radiación constante. Bajo estas condiciones muestra un comportamiento casi voraz en su crecimiento, con verdes muy intensos y ramas y hojas nuevas constantemente.
Sávila
Es un clásico de la jardinería con poco esfuerzo, pues prácticamente se da en cualquier terreno y, una vez plantada, sólo requiere cuidado con los riegos, pues el exceso de agua impide su crecimiento y la daña severamente.
Se acomoda a la luz directa o a la radiación indirecta y requiere agua una vez por semana, cuando mucho. Lo regular es proveer una buena regada cada 15 días bajo condiciones normales de temperatura (entre los 10 y 20 grados centígrados, en promedio).