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Estados Unidos conmemora el 22 de noviembre la trágica muerte del presidente John F. Kennedy, asesinado hace 50 años en Dallas, con un sorprendentemente reducido número de ceremonias públicas pero una avalancha de transmisiones y publicaciones.
El trigésimo quinto presidente de Estados Unidos, de 46 años, de quien tanto la figura como el mito están siempre rodeados de un halo de fascinación, murió hace 50 años por las balas disparadas por Lee Harvey Oswald, de 24 años, según la investigación oficial, aún muy cuestionada.
Para las tres cuartas partes de los estadounidenses, JFK permanecerá en la historia como un presidente "destacado", en el primer lugar de la lista de los líderes de ese país desde Dwight Eisenhower (1953-1961), según un sondeo de Gallup publicado el viernes.
Nacido en una familia rica e influyente de Boston (Massachusetts, noreste), John F. Kennedy, el presidente más joven y el primero católico, no pudo completar su primer mandato iniciado en 1961.
Su paso por la Casa Blanca estuvo particularmente marcado por la Guerra Fría y la crisis de los misiles, la derrota de Bahía de Cochinos y el programa Apolo para enviar a un estadounidense a la Luna.
Pero el mito Kennedy, todavía vivo, se debe también al estilo moderno proyectado por la televisión, que comenzaba entonces a triunfar, y al encanto de su esposa Jackie.
El anuncio y las imágenes de la muerte del presidente en una limusina descapotable, con Jackie con un traje de taller Chanel rosado a su lado, siguen formando parte de la memoria colectiva mundial.
La ciudad de Dallas (Texas, centro-sur), que durante largo tiempo permaneció de bajo perfil con su sobrenombre de "ciudad del odio" a causa del atentado, ha previsto para el 22 de noviembre una ceremonia sobria en Dealey Plaza, desde donde se hicieron los disparos, para "honrar la vida, el mandato y el legado" del presidente.
Las campanas de la ciudad repicarán a las 12H30 locales, hora de los disparos, con un minuto de silencio, antes de la lectura de extractos de discursos del presidente, las oraciones y la música.
Una profusión de emisiones
Una semana antes de esta fecha aniversario, la Casa Blanca no había anunciado ningún compromiso por parte del presidente Barack Obama, a veces llamado el "nuevo JFK".
Coincidencias del calendario, la hija del presidente número 35, Caroline Kennedy, acaba de debutar como embajadora en Tokio, una oportunidad para que el secretario de Estado, John Kerry, recordara el legado de JFK "que llamaba a cooperar con todas las las naciones".
En el cementerio militar de Arlington, cerca de Washington, visitado por unos 3 millones de personas cada año, la tumba del presidente acaba de ser objeto de arreglos.
Y si bien los actos públicos anunciados hasta ahora son llamativamente pocos, la televisión y el mundo editorial han estado trabajando duro.
Una estimación sitúa en 40.000 el número de libros publicados desde la muerte de JFK, pero decenas de ellos han sido editados durante el otoño boreal, examinando el mito en todas sus facetas: el asesinato, la vida privada, el legado, las fotos de familia...
Uno de los libros, "If Kennedy lived" (Si Kennedy hubiera sobrevivido), especula incluso sobre qué habría pasado si JFK no hubiera sido asesinado.
La tesis del complot es todavía un gran éxito en las librerías, mientras que según la encuesta Gallup, el 61% de los estadounidenses cree que Oswald no fue un asesino solitario. Pero esta es la cifra más baja desde hace 50 años, destaca el instituto.
Alrededor de la fecha aniversario, la televisión estadounidense propone documentales, una ficción -con Rob Lowe como JFK-, testimonios, reconstrucciones... en tal cantidad que la crítica televisiva del diario The Washington Post se preguntaba recientemente: "¿Qué diría Kennedy de nuestra fascinación por su presidencia y los horribles detalles de su trágica muerte, después de 50 años?".
El Newseum, el museo de la prensa en Washington, retransmitirá el 22 de noviembre una suerte de "En vivo" de tres horas de reportaje de CBS e incluso se han inventado aplicaciones para el iPhone, como la de NBC 5 Remembers, que orientan hacia los documentos históricos.
Objetos vinculados con Kennedy se venden también en subasta, como un pequeño dibujo pintado por el presidente en la víspera de su muerte, adjudicado esta semana por más de 32.000 dólares.