La actriz bumanguesa Juliana Galvis estrena hoy su rol antagónico en la novela del Canal Caracol Hilos de amor, protagonizada por Carolina Guerra y Carolina Acevedo. Estas tres mujeres involucradas en el mundo del modelaje se disputarán el amor de Robert White, interpretado por Patrick Delmas, un hombre cuyo mayor atractivo es paradójicamente ser infiel. Juliana Galvis, quien interpreta a una verdadera villana, habló con El Espectador sobre su nuevo reto actoral.
¿Cómo llega al personaje y cómo es Lina Durán?
A este personaje llegué por casting. Me tocó hacer dos sesiones y por fortuna me lo dieron a mí, porque me parece maravilloso. Es una mala muy mala. Es una mujer que se mueve desde el resentimiento, la rabia y la venganza. Su único objetivo en la vida es económico y bajo sus propias condiciones se hacen las cosas.
¿Están las dos hermanas protagonistas en disputa por el amor de un hombre y Lina Durán también entra a hacer parte de ese conflicto amoroso?
Mi personaje entra en el capítulo 14 para hacerle la vida imposible a todo el mundo. Su intención es quedarse con el amor del protagonista. Ella está movida por una herida muy grande, porque antes de que él se casara con su hermana, él salía con Lina pero nunca la valoró.
Lina Durán vive en Francia y les arruina la vida y la billetera a sus dos esposos...
Así es. Ella busca siempre su beneficio, porque toda la vida lo tuvo todo y ahora ya no tiene recursos para soportar su nivel de vida. El trabajo nunca la ha apasionado y por eso busca hombres adinerados para manipularlos y enloquecerlos.
Además de su belleza, ¿cuáles son las fortalezas de Lina Durán?
Ella es una mujer muy inteligente, culta, y con esas armas logra enloquecer a los hombres. Es una mujer muy sexual y con todos esos argumentos los convence a todos, menos al único que a ella le interesa.
¿Cómo fue el proceso de preparación de este personaje?, ¿qué tanto había en el libreto y qué tanto le aportó usted?
Todos los seres humanos tenemos una dualidad y escogemos hacia qué lado queremos dirigirnos. Busqué muy dentro de mí todos esos elementos que podían enriquecer a Lina Durán. Su astucia y su carácter fuerte son características que yo puedo tener. Buscamos una Lina Durán con sentimientos, pero que se deja guiar por el diablillo que lleva dentro.
¿En este proceso de construcción del personaje a usted se le reveló algo de Juliana Galvis?
Todos los personajes que uno hace son reveladores. La sensualidad de Lina Durán era algo desconocido para mí. Nunca había considerado que podía yo ser una mujer sensual y a uno como actor le toca prestarle el alma y el cuerpo al personaje para que sienta y esa sensualidad salió a flote con este personaje.
¿Cómo así que no se considera una mujer sensual?
En la vida real soy totalmente distinta a Lina Durán, porque ella todo el día está perfectamente arreglada. Ella es muy provocadora, siempre piensa en cada movimiento para llamar la atención de los hombres y yo nunca pienso en algo así, soy fresca, descomplicada y uso tenis todos los días. Mi vida es sentimiento y la de ella es como un ejercicio de cálculo.
¿Se siente cómoda al verse en la pantalla?
Es un ejercicio necesario para todo el proceso actoral. Me gusta verme para darme muy duro. Es ahí donde uno encuentra sus fallas y puede corregirlas día a día.
Usted también está en ‘La Pola’… Algunas de las actrices de esta serie opinaban que era muy mágico verse vestidas de esa manera, pero que a los 30 minutos ya querían quitarse toda esa parafernalia… ¿usted piensa lo mismo?
A mí me pasa otra cosa con este personaje de María Ignacia. Es difícil, porque son dos horas de maquillaje. Son peinados y caracterizaciones muy preparados y a mí sí me encanta sentirme como una princesita.
¿Qué tal que pongan a competir a las dos novelas en las que usted aparece?
Yo espero que no las pongan a competir. Para mí, estar al aire en los dos canales es muy importante. Estoy en dos antagónicos tan diferentes, que eso le va a mostrar al público mi crecimiento después de siete años de carrera actoral.