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Preocupada por lo que podría suceder si se desvía el río Ranchería en La Guajira, para facilitar la explotación de una mina de carbón que se esconde bajo el lecho, Vicenta Siosi Pino, del clan Apshana, escribió una carta dirigida al presidente Juan Manuel Santos en la que solicita se impida el proyecto a cargo del Cerrejón.
Esta es la conmovedora carta de la escritora que estudió periodismo en la Universidad de la Sabana y que ha ganado varios concursos de cuento infantil.
“Doctor Juan Manuel Santos. Presidente de la República de Colombia. Respetuoso saludo.
Le escribo desde Pancho, una aldea wayuu con casas de barro y techos de zinc, que se levanta en la margen derecha del río Ranchería, el único río de la Media y Alta Guajira. Decenas de rancherías circundan Pancho porque los wayuu vivimos diseminados por este desierto que Dios nos dio.
Las gentes por aquí viven de la pesca. Aún los niños capturan lizas, bagres, bocachicos y camarones que son nuestro alimento. Las mujeres recogen cerezas, iguarayas, mamoncillos cotoprix, coas silvestres para venderlas.
El otoño, con sus truenos escandalosos nos avisa de las lluvias, y se preparan las huertas para el frijol, la patilla, la auyama y el maíz. Recoger la cosecha es un gozo indescriptible.
Algunos wayuu tienen rosas permanentes junto al río. Con gran esfuerzo, cargan el agua con valdes y riegan mata por mata. Otros toman barro y agua del río para fabricar ladrillos destinados a la construcción de viviendas citadinas.
Como en la orilla del río hay espesa vegetación, un grupo corta las ramas de los árboles de trupillo y hace carbón de madera. No tenemos gas domiciliario, ni estufas eléctricas.
Algunos hombres van a la ribera del Ranchería y cazan cangrejos azules para vender sus muelas. Luego los devuelven a sus cuevas.
Criamos chivos, y los rebaños van al río a tomar agua.
El Ranchería es el único río de los wayuu. La única corriente de agua que atraviesa este territorio ancestral. Al río vamos a bañarnos. Es una diversión exultante. Allí, los jóvenes se enamoran y fundan lazos de amistad. Las mamas lavan ropa y los pequeñitos aprenden a nadar.
Con el barro blando de las orillas las niñas fabrican muñecas, tacitas y platicos que secan al sol.
En un libro del Cerrejón titulado: ‘Resumen del proyecto de expansión para grupos de interés’, en su página 60, dice que el cambio climático global (CCG) nos afectaría: ‘El clima en la Guajira podría tornarse más cálido y seco, con una disminución en la pluviometría de 5 a 10 %. Los glaciales de la sierra nevada de Santa Marta podrían desaparecer hacia el año 2050, lo que afectaría la disponibilidad de fuentes de agua en la región’. ¿Cómo será la vida del wayuu sin el río Ranchería?
A Pancho llegaron el día 28 de marzo de 2012 funcionarios del Cerrejón e informaron a la comunidad que tienen proyectado desviar 26 kilómetros de nuestro río. Advirtieron que éste se va a secar en verano y añadieron que posiblemente construyan un embalse en el río Palomino (Barrancas) Entonces, ¿Cómo nos proveerá un arroyo seco?
Anunciaron que los 500 millones de toneladas de carbón bajo el río generarían regalías. En 30 años de explotación del mineral, las regalías del departamento le han servido para nada.
Los hospitales permanecen en paro y la educación ocupa el último lugar del país: según una investigación del Banco de la República el 50% de los niños wayuu padecen desnutrición. Este año informaron que la Guajira ostenta el más alto nivel de pobreza e indigencia en Colombia, con un 64%. Veo que las regalías no han ayudado en lo fundamental.
¿Por qué cambiaríamos nuestro único río a cambio de regalías?
Al final de la reunión concluyeron que sería una gran obra de ingeniería y que las cosas seguirían igual. A lo que una jovencita de la comunidad preguntó.
‘Si todo permanecerá Igual ¿Por qué nos quieren compensar? Nuestro transcurrir en la península Guajira gira alrededor del río, él es la gracia y la vida aquí’.
Señor Presidente, por favor no permita que la empresa extranjera Cerrejón destruya el acuífero que mantiene el Ranchería y seque la única fuente de agua que poseemos.
Si se licencia el traslado y empezamos a padecer los perjuicios, no podremos volver atrás, el daño es irreversible.
Por favor ayude a los wayuu”.