La mujer que se volvió sirena
Nadya Vessey, a quien le amputaron sus dos piernas cuando joven, ahora nada libremente gracias a una prótesis en forma de aleta.
Redacción Vivir
Un día del año 2005 la neozelandesa Nadya Vessey, a quien le amputaron su pierna derecha a los siete años y la izquierda a los 16 por una malformación de nacimiento, se encontraba en la playa, a punto de sumergirse en el agua e iniciar una nueva sesión de natación.
De pronto, notó que un niño de cuatro años se paró frente a ella y, con una mezcla de curiosidad y asombro, le preguntó: “¿Dónde está el resto de tus piernas?”. Nadya pensó que no era prudente explicarle los detalles de un proceso de amputación, por lo que le preguntó: “¿Has oído hablar acerca de la sirenita?”. A lo que el niño, emocionado, respondió afirmativamente. “Bueno, yo soy una sirena”, le dijo Vessey. “Genial”, fue la expresión del menor.
Vessey siempre tuvo un amor profundo por la natación e incluso compitió en el colegio. Por eso decidió convertir esa fantasía infantil en realidad una noche del año 2007, cuando se encontraba navegando por internet. Por pura casualidad se topó con la página web de la organización Weta Workshop, nada más y nada menos que los encargados de los trajes, accesorios y maquillaje de películas como El señor de los anillos, Las crónicas de Narnia y King Kong.
Además de descubrir que la compañía lleva los personajes literarios a la pantalla grande, Vessey se percató de que también Weta Workshop cuenta con un departamento especializado en estética de prótesis. Así que pensó en que posiblemente allí podrían ayudarle a cumplir su sueño: tener una cola como la de la sirenita para nadar libremente y a su antojo. Les escribió su propuesta y, para su sorpresa, los diseñadores le respondieron inmediatamente.
Así comenzó un proceso de más de dos años en donde la compañía se ofreció a donar su experiencia y tiempo, a cambio de que Vessey cubriera el costo de los materiales. El resultado: un prototipo de cola de sirena adaptada a su cuerpo que no sólo es práctica, pues posee una estructura de policarbonato y está cubierta por una capa de neopreno revestida en lycra, sino que también es bella, ya que está cubierta de escamas, tal y como Nadya pidió que fuera.
Vessey explicó que apenas se está adaptando a la novedad y que espera volver a competir, especialmente en pruebas de triatlón. Pero también desea volver a la playa en donde inició su sueño, para que el niño pueda verla nadar como toda una sirena.
Un día del año 2005 la neozelandesa Nadya Vessey, a quien le amputaron su pierna derecha a los siete años y la izquierda a los 16 por una malformación de nacimiento, se encontraba en la playa, a punto de sumergirse en el agua e iniciar una nueva sesión de natación.
De pronto, notó que un niño de cuatro años se paró frente a ella y, con una mezcla de curiosidad y asombro, le preguntó: “¿Dónde está el resto de tus piernas?”. Nadya pensó que no era prudente explicarle los detalles de un proceso de amputación, por lo que le preguntó: “¿Has oído hablar acerca de la sirenita?”. A lo que el niño, emocionado, respondió afirmativamente. “Bueno, yo soy una sirena”, le dijo Vessey. “Genial”, fue la expresión del menor.
Vessey siempre tuvo un amor profundo por la natación e incluso compitió en el colegio. Por eso decidió convertir esa fantasía infantil en realidad una noche del año 2007, cuando se encontraba navegando por internet. Por pura casualidad se topó con la página web de la organización Weta Workshop, nada más y nada menos que los encargados de los trajes, accesorios y maquillaje de películas como El señor de los anillos, Las crónicas de Narnia y King Kong.
Además de descubrir que la compañía lleva los personajes literarios a la pantalla grande, Vessey se percató de que también Weta Workshop cuenta con un departamento especializado en estética de prótesis. Así que pensó en que posiblemente allí podrían ayudarle a cumplir su sueño: tener una cola como la de la sirenita para nadar libremente y a su antojo. Les escribió su propuesta y, para su sorpresa, los diseñadores le respondieron inmediatamente.
Así comenzó un proceso de más de dos años en donde la compañía se ofreció a donar su experiencia y tiempo, a cambio de que Vessey cubriera el costo de los materiales. El resultado: un prototipo de cola de sirena adaptada a su cuerpo que no sólo es práctica, pues posee una estructura de policarbonato y está cubierta por una capa de neopreno revestida en lycra, sino que también es bella, ya que está cubierta de escamas, tal y como Nadya pidió que fuera.
Vessey explicó que apenas se está adaptando a la novedad y que espera volver a competir, especialmente en pruebas de triatlón. Pero también desea volver a la playa en donde inició su sueño, para que el niño pueda verla nadar como toda una sirena.