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                                                                                                                                Los aislados del Amazonas

                                                                                                                                Acaba de publicarse un libro que recoge la historia de un pueblo indígena aislado en las selvas amazónicas, conocido como los yuris.

                                                                                                                                Carolina Gutiérrez Torres

                                                                                                                                En esta imagen, tomada en 2010 por Parques Nacionales Naturales, se ve una maloca en la que viviría un grupo aislado del Amazonas. / Cristóbal von Rothkirch
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                La historia del cazador desaparecido sacó a la luz la existencia de los aislados en Colombia. Hoy existen indicios de que no sólo habría un pueblo indígena en esa condición —porque decidieron vivir así, lejos de la “sociedad dominante”, como dice Juan Pablo Ruiz—. Habría por lo menos 12 comunidades aisladas. Eso dice el politólogo Roberto Franco en su libro Cariba Malo, lanzado la semana pasada. Eso indican los testimonios que Franco recogió en los territorios vecinos al Parque Nacional Natural Río Puré, donde habitan los yuris y quién sabe cuántos otros aislados. Testimonios que aseguran haber visto sus huellas, o las trampas que ubican en los caminos para evitar el arribo de cualquiera, o las malocas abandonadas. Y están también los que los han visto en carne propia.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Roberto Franco dice que los yuris y las otras comunidades similares, que quizás existen en las selvas del Amazonas, se aislaron como un acto de resistencia: “No es que por casualidad lleven cientos de años así. Están aislados sabiendo que estamos afuera y que no quieren tener contacto con nosotros”.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Luego llegaron los señores de la cocaína a construir pistas de aterrizaje y laboratorios. Otros invasores que venían a sobrevolar sus malocas. Otros intrusos que llevaron la guerra a esos rincones de la selva que antes eran sólo suyos. Tuvieron que soportar además los bombardeos de las Fuerzas Armadas en su lucha contra el narcotráfico. Y quisieron defenderse, destruyendo los motores, los laboratorios, las herramientas, pero no fue suficiente.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Después fue la guerrilla. Los mineros. Los madereros. Y ante todos respondían igual, con actos de “resistencia pacífica”, como dice Franco. Con trampas en los caminos: huecos con puyas envenenadas, flechas con veneno que llegaban a la altura del pecho. Tácticas de resistencia para no ser contactados. Y si el intruso superaba esos obstáculos se evadían en segundos, dejando sólo el rastro del hollín caliente en los fogones. “Pero si se les enfrentan ellos responden. Hay testimonios de violencia con guerrilleros, de lado y lado, pero no están confirmados”. Finalmente, en 2002, llegó la primera acción del Estado en busca de su protección: se creó el Parque Natural Río Puré, con 999.880 hectáreas, entre los ríos Putumayo y Caquetá.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Los hijos del desaparecido Julián Gil se han empeñado en encontrar al cazador. Han recorrido sus pasos. Han planeado expediciones. Y en ese empeño se han convertido también en testimonio de la existencia de los aislados.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                ¿Cómo proteger  los pueblos aislados?

                                                                                                                                 

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Los pueblos indígenas aislados están amparados hoy por dos normatividades: el Plan Nacional de Desarrollo, que plantea “un protocolo de atención y protección” para respetar su aislamiento, y por Ley de Víctimas. Más allá de este mandato, entes como la Unidad de Parques Nacionales, Amazon Conservation Team, la Universidad Nacional de Colombia y el Instituto Imani, que apoyaron la publicación del libro ‘Cariba Malo’, se preguntan cómo el Gobierno va a traducir en acciones esos textos.

                                                                                                                                “Hay dos retos —dice Diana Castellanos, directora Territorial de Amazonia, de Parques Nacionales—: no sólo garantizar que puedan seguir en el aislamiento, sino también estar preparados cuando estos grupos salgan al contacto, que es la otra cara de esta moneda. Si no hay ningún protocolo, y salen como salieron los nukak, vamos a repetir la misma historia, en la que un solo contacto puede matar al 50% de la población”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El viceministro del Interior, Aníbal Fernández de Soto, reconoce que este es un tema relativamente para el Gobierno, pero sí tiene la certeza de que “la mejor manera para proteger a estos pueblos es manteniéndolos aislados”. Aseguró, además, que actualmente están trabajando en una serie de instrumentos normativos para darles la protección y la atención necesarias.

                                                                                                                                 

                                                                                                                                En esta imagen, tomada en 2010 por Parques Nacionales Naturales, se ve una maloca en la que viviría un grupo aislado del Amazonas. / Cristóbal von Rothkirch
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                La historia del cazador desaparecido sacó a la luz la existencia de los aislados en Colombia. Hoy existen indicios de que no sólo habría un pueblo indígena en esa condición —porque decidieron vivir así, lejos de la “sociedad dominante”, como dice Juan Pablo Ruiz—. Habría por lo menos 12 comunidades aisladas. Eso dice el politólogo Roberto Franco en su libro Cariba Malo, lanzado la semana pasada. Eso indican los testimonios que Franco recogió en los territorios vecinos al Parque Nacional Natural Río Puré, donde habitan los yuris y quién sabe cuántos otros aislados. Testimonios que aseguran haber visto sus huellas, o las trampas que ubican en los caminos para evitar el arribo de cualquiera, o las malocas abandonadas. Y están también los que los han visto en carne propia.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Roberto Franco dice que los yuris y las otras comunidades similares, que quizás existen en las selvas del Amazonas, se aislaron como un acto de resistencia: “No es que por casualidad lleven cientos de años así. Están aislados sabiendo que estamos afuera y que no quieren tener contacto con nosotros”.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Luego llegaron los señores de la cocaína a construir pistas de aterrizaje y laboratorios. Otros invasores que venían a sobrevolar sus malocas. Otros intrusos que llevaron la guerra a esos rincones de la selva que antes eran sólo suyos. Tuvieron que soportar además los bombardeos de las Fuerzas Armadas en su lucha contra el narcotráfico. Y quisieron defenderse, destruyendo los motores, los laboratorios, las herramientas, pero no fue suficiente.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Después fue la guerrilla. Los mineros. Los madereros. Y ante todos respondían igual, con actos de “resistencia pacífica”, como dice Franco. Con trampas en los caminos: huecos con puyas envenenadas, flechas con veneno que llegaban a la altura del pecho. Tácticas de resistencia para no ser contactados. Y si el intruso superaba esos obstáculos se evadían en segundos, dejando sólo el rastro del hollín caliente en los fogones. “Pero si se les enfrentan ellos responden. Hay testimonios de violencia con guerrilleros, de lado y lado, pero no están confirmados”. Finalmente, en 2002, llegó la primera acción del Estado en busca de su protección: se creó el Parque Natural Río Puré, con 999.880 hectáreas, entre los ríos Putumayo y Caquetá.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                ¿Cómo proteger  los pueblos aislados?

                                                                                                                                 

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Los pueblos indígenas aislados están amparados hoy por dos normatividades: el Plan Nacional de Desarrollo, que plantea “un protocolo de atención y protección” para respetar su aislamiento, y por Ley de Víctimas. Más allá de este mandato, entes como la Unidad de Parques Nacionales, Amazon Conservation Team, la Universidad Nacional de Colombia y el Instituto Imani, que apoyaron la publicación del libro ‘Cariba Malo’, se preguntan cómo el Gobierno va a traducir en acciones esos textos.

                                                                                                                                “Hay dos retos —dice Diana Castellanos, directora Territorial de Amazonia, de Parques Nacionales—: no sólo garantizar que puedan seguir en el aislamiento, sino también estar preparados cuando estos grupos salgan al contacto, que es la otra cara de esta moneda. Si no hay ningún protocolo, y salen como salieron los nukak, vamos a repetir la misma historia, en la que un solo contacto puede matar al 50% de la población”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El viceministro del Interior, Aníbal Fernández de Soto, reconoce que este es un tema relativamente para el Gobierno, pero sí tiene la certeza de que “la mejor manera para proteger a estos pueblos es manteniéndolos aislados”. Aseguró, además, que actualmente están trabajando en una serie de instrumentos normativos para darles la protección y la atención necesarias.

                                                                                                                                 

                                                                                                                                Por Carolina Gutiérrez Torres

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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