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“Si tecnológica y financieramente ustedes son unos gigantes, moralmente son unos pigmeos”, le dijo Tom Lantos, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos a Jerry Yang, fundador y principal ejecutivo del portal de internet Yahoo.
Los duros cuestionamientos que durante tres horas debió soportar Yang obedecen a la decisión de esta empresa de entregar información sobre sus usuarios al gobierno chino. Dichos datos fueron usados por las autoridades de ese país para enviar a tres periodistas disidentes del régimen a prisión.
El último en ir a parar tras las rejas fue Shi Tao, acusado por las autoridades chinas de filtrar secretos de Estado. Este joven fue condenado a diez años de prisión junto con Wang Xiaoning, quien también fue “delatado” por Yahoo. Según cifras de Reporteros Sin Fronteras, actualmente hay cerca de cuarenta periodistas “ciberdisidentes” en las cárceles de China. Dicen que el gobierno de ese país tiene cerca de 40.000 “ciberpolicías” que buscan críticos del gobierno en la red.
El mensaje de Shi
El crimen de Shi, según legisladores demócratas y republicanos, fue enviar a grupos de derechos humanos extranjeros correos electrónicos de autoridades del gobierno chino en los que se instruía a los periodistas para que evitaran cubrir el decimoquinto aniversario de las muertes a manos del ejército en la plaza Tiananmen en 1989.
Lo que las autoridades chinas no le perdonaron a Shi, quien además es escritor y poeta, fue que su correo electrónico haya desatado una cadena de reacciones en el extranjero. Tan pronto esto comenzó a pasar, el gobierno ordenó a Yahoo, con sede en Hong Kong, que entregara la información sobre el autor. Específicamente solicitó la dirección personal de la cuenta y el lugar desde donde se enviaron los mensajes. A las 48 horas Shi fue capturado y luego de un fugaz juicio, la resolución de la “Justicia Popular China” fue enviarlo durante diez años a la cárcel por “proveer de manera ilegal secretos de Estado hacia el exterior”.
Algo parecido ocurrió con Wang Xiaoning. Este periodista creó un blog en donde se atrevió a abogar por un sistema democrático en China. Le costó caro expresar su opinión en la red. Wang no sabía que su identidad sería revelada por Yahoo y por eso criticó abiertamente al régimen en sus columnas. “Yahoo traicionó a mi marido y lo privó de la libertad. ¿Con qué tranquilidad podemos escribir cosas en la red?”, dijo Yu Ling la esposa de Wang, quien en otros blogs se ha dedicado a criticar la censura en determinados países y a relatar la situación que viven las familias de los disidentes chinos que pagan años de cárcel por denunciar la dictadura que reina en su país.
La demanda
Yu Ling viajó a Estados Unidos para demandar a Yahoo por haber facilitado las pruebas que sirvieron para condenar a su marido. La mamá de Shi también hizo lo propio. Pero Yahoo se defiende argumentado que sólo cumplió con las leyes de un país. En la audiencia de esta semana en el Congreso, el dueño de Yahoo, Jing Yang, se disculpó ante la Comisión y la familia de Shi y afirmó que Yahoo está haciendo lo que puede para conseguir la liberación de Shi. Yang dijo a la Comisión que su empresa no sabía que la información personal que buscaba el gobierno chino tenía relación con disidentes políticos y por eso entregó los datos. “Quiero personalmente ofrecer disculpas por lo que sus familiares están pasando”, señaló Yang.
Sin embargo, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores señaló que una empresa como Yahoo debió haber tomado todas las medidas para no acceder de manera automática a una solicitud de ese tipo. “Las acciones de Yahoo han sido irresponsables e inescrupulosas”, precisó Tom Lantos.
El debate está encendido, pues muchas empresas estadounidenses están haciendo negocios en países con gobiernos dictatoriales y muchos de estos gobierno ya empiezan a adoptar el modelo chino. “Vietnam, Irán y Libia, entre otros, están observando de cerca el modelo chino e intentando adoptar una línea similar. Es un fenómeno global”, explicó a la prensa Arvind Ganesan, director del programa Negocios y Derechos Humanos de la ONG estadounidense Human Rights Watch (HRW). “Birmania cuenta con la censura más grave del planeta, capaz de cortar el acceso a internet a muchos países, pero China tiene tecnología más avanzada”, agregó.
La pregunta que se debatirá el próximo 15 de febrero en el Congreso estadounidense es, ¿hasta dónde deben someterse estas empresas al gobierno de un país específico? Pablo Boscowski, experto en medios de comunicación de la Northwestern University de Chicago, aseguró que el tema es difícil. “Las nuevas tecnologías globales generan situaciones vagas, entre la presencia global que tienen y las legislaciones locales, nacionales, a las cuales están atados”. Y sobre este caso específico explicó que si para la legislación china lo que hizo Shi es un crimen, “Yahoo no tenía más remedio que proveer la información que le solicitaba el respetivo gobierno”.
Organizaciones como Reporteros Sin Fronteras (RSF) no están de acuerdo y denuncian que Yahoo cometió un ilícito y que debió utilizar las herramientas a su alcance para evitar que los dos disidentes fueran condenados. “Ahora sabemos que Yahoo trabaja efectivamente con la policía china”, afirmó RSF en un comunicado.
La entidad pidió a las empresas que utilicen en “países represivos” servidores localizados en Estados Unidos para que los gobiernos tengan que obedecer a la legislación estadounidense. Pero el tema es financiero. Según expertos, el sector chino de internet será el más grande del mundo por lo que todos terminarán cediendo.