Margalida Castro es un ícono de actuación en Colombia

“Gracias a Dios he conocido genios que me ayudan a buscar la genialidad”

Margalida Castro nació en San Gil, Santander, estudió arquitectura y flauta clásica en la Universidad Nacional de Colombia, pero un amor la hizo abandonar sus estudios y encontrarse con la actuación. Hoy son 48 años los que les ha dedicado a el teatro y a la televisión, la primerísima primera actriz de Colombia como ha sido proclamada por los Premios TVyNovelas 2012.

La santandereana de 69 años, reconocida por papeles como la Tía Chabela en Yo amo a Paquita Gallego, la Sibila en La Tormenta, Inés de Montes en la Viuda de la Mafia, además de Úrsula Cabrales en Chepe Fortuna y más de 500 papeles en el medio audiovisual, deja ver su versatilidad al escribir tres libros autobiográficos que cuentan su experiencia con los manicomios desde niña resaltando su odio hacia las drogas psiquiátricas, el acercamiento con la muerte y el momento en que la virgen le cambió la vida.

Hace 22 años se declaró fiel devota del catolicismo, cuando una aparición de la Virgen María el 22 de Julio de 1990 la salvó de la tragedia que sucesos sentimentales le habían causado a su vida, a ella le dedica su tercer libro llamado “a ti María que tomaste mi vida por asalto”, y en la actualidad piensa escribir su siguiente libro un poco distanciado de su disciplina religiosa titulado: “Yo Margalida, la actriz”.

Margalida es una mujer disciplinada desde niña por la influencia de su hogar, su padre era abogado y su madre músico. Su mayor amor es el conocimiento, vive feliz tomada de la mano de la cultura, de la música, de su carrera, de la lectura, de la escritura, de los ángeles y los santos pero aún más importante Margalida Castro se siente enamorada y orgullosa de sí misma, se agradece su éxito admitiendo que le ha costado esfuerzo, es feliz sola y ama su soledad.

¿Qué es un personaje?

Son como seres, hijos de uno, uno los ama o a veces los odia.

¿En qué momento usted se da cuenta que eras una gran actriz?

Yo nunca hice casting, el papá de mis hijas iba a montar su primera obra de teatro y en esa época todos eran empíricos, y mi biotipo daba para un protagónico que el necesitaba. Yo era muy estudiosa y mi mamá me dijo: -acepta eso para que no estudies tanto-, y acepté.

Terminé hasta casándome con él, entonces siempre empecé en protagónicos. Luego, llegó el maestro Bernardo Romero Lozano y me dijo que él tenía que llevarme a la televisión porque en teatro solo me veían los que asistían.

Así que el maestro me llevó a la televisión, y al año de haber comenzado la televisión ya había ganado dos premios Hondra, en esa época los únicos premios. Además, tenía muchos premios más mundiales por el teatro.

¿Cómo preparas las interpretaciones?

Soy muy buena actriz, tengo una preparación en la vida actoral amplia, pero soy la que más estudia, yo intento no hacer como la mayoría de actores que llegan y estudian el personaje un día anterior, no, yo la tengo estudiada muy bien.

La gente aplaudirá mi memoria prodigiosa pero no saben lo que he practicado y las horas dedicadas a buscar la perfección, gracias a Dios he conocido genios que me ayudan a buscar la genialidad. Yo estudio el triple para poder hacer una Artrudiz diferente a Úrzula.

¿Cuál es la musa de sus actuaciones?

Yo nunca he presentado un casting, los escriben para mí. Un libretista me dijo:- cuándo te vi en televisión yo era un niño, y quería escribir para ti cuando fuese grande-. Eso es maravilloso, que los grandes libretistas como Julio Jiménez escribieran para mí, eso se lo merece uno.

Yo no sabía que en Paquita Gallego, el llego y dijo: - Esta novela la escribí para Margalida Castro- en junta de RTI, y los señores le decían pero ella está en cuatro proyectos más de Caracol, y respondió: -problema de ustedes señores, es Margalida Castro o la novela no va-, y se paró y se fue.

¿A qué personaje ha admirado?

Yo tuve que hacer un personaje que me mandaron a la cárcel, y hablé con el libretista para dignificar el personaje de la mujer en la cárcel, que por haberse robado cualquier cosa, paga años en prisión humillada, entonces no (gritando), le dije yo al libretista inventémonos algo, e hicimos un reinado.

Iba yo como seis meses después, cuando me imagino estaban transmitiendo la novela, sentada en el carro en la parte de adelante con un amigo, y nos cogió un semáforo en rojo, pero delante de nosotros iba un camión del Inpec con las puertas abiertas, y estaban todas las presitas ahí con las esposas puestas, aplaudiendo y gritándome –Martirito, ¡gracias martirito!-. No pude dormir como un mes con la imagen de ellas, me hizo saber que sí llegamos a sus corazones.

En un país como Colombia que le tiene tanta fe a lo que ve, usted como actriz y participante del mundo audiovisual, ¿qué siente al tener la responsabilidad de darle historias a la gente para que las sientan con veracidad?

Para mí la base de la actuación es el amor, la humidad y el respeto. Acabo de ser nombrada por los Premios TVyNovelas, enterándome por “La Red”, Primerísima Primera Actriz, este es un título que por primera vez en existe en Colombia, porque esté premio está en México.

Entonces, pienso que enseñarle a la gente a través de mi trabajo el agradecimiento. Yo sé que reflejo cariño, porque la gente me quiere, y es enseñarles que desde las cosas espantosamente horribles se puede agradecer.

Cuando uno pasa por las cosas que yo pasé encerrada en sótanos tan terribles, llorando porque estaba amarrada de manos y pies y con agua caliente inyectada en estómago o de quinina, con castigos tan degradantes que me botaban en el piso para no joder, aprende a valorar cada cosa del cuerpo y de la vida. Pero Bueno la responsabilidad que uno tiene es despertar en la gente amor, porque la gente vive ocupada quejándose, cansada, refunfuñando de la vida.

Me gustaría verlos en un manicomio, en una cama de aluminio, donde no puedan ver la luz durante meses, amarrado de manos y pies a ver que hacen en la vida. A ver si comienzan a valorar las pequeñas cosas que tienen y los momentos.

Y en sí, ¿cuál es la responsabilidad de un actor?

La responsabilidad, por ejemplo la señora Verónica Castro hizo una novela llamada, “los Ricos también lloran” y fue nombrada Santa en Rusia porque mientras pasaban la novela, no habían asesinatos en ese país, ni robos, ni violaciones, ni atracos, ni nada.

Luego de escribir varios libros me encuentro con personas en la calle que me dicen: -Margalida gracias a la fortaleza de tu libro, no me he suicidado-, y eso le dice a uno que la gente recibe el amor que uno le brinda por medio de la experiencia, y por la credibilidad que le tienen a uno, por los personajes, cuando uno respeta este oficio y lo hace con amor logra ver como las demás personas comienzan a creer en ti.

¿Usted cree que las telenovelas engañan a las personas para mimetizar la realidad?

No, mira que a mí las personas me dan las gracias porque les permito acostarse con una sonrisa. Entonces no creas que la gente mimetiza la realidad, ni se evade en eso, porque no.

La gente necesita algo de alivio, un poquito de consuelo y bálsamo que se lo damos nosotros, porque ellos ven todo el tiempo el terrorífico noticiero, entonces la gente necesita un rellano en la escalera, y ese somos nosotros, un poquito de descanso.

¿Alguna vez ha sido juzgada en la calle por un personaje?

No las personas me felicitan, me dan abrazos, lloran a veces felicitándome por los papeles que hago. Además yo soy muy versátil, porque estudio mucho, y eso los hace pensar cada vez que me ven que tengo una nueva historia por contar.

¿Qué siente cuando le dicen que han escrito especialmente para usted?

Eso se lo merece uno, hay actores que se la pasan quejándose que porque no los llaman, o porque no hay un tinto o cosas así. Yo respeto mucho lo que hago, lo organizo y lo estudio.

Me tienen tanta credibilidad, todos son como mis hijos, en la construcción de personaje me dejan aportarle, por ejemplo en la Viuda de la mafia, yo propuse un vestuario y todos estuvieron de acuerdo. Lo que le aporto me dicen, claro lo que tú digas.

Esto pasa porque confían que soy una profesional que voy a engrandecer al personaje, la disciplina que llevo yo, me permite esas libertades.

¿Cómo defines usted experiencia de vivir muchos años en manicomios?

Es la experiencia más maravillosa, la virgen me lo dijo, es un sufrimiento necesario para engrandecerse, como un gimnasta olímpico, este gimnasta se gana la medalla pero ahí que ver todo lo que hay detrás, las esguinces, el dolor, las noches sin dormir, y la gente solo ve y lo aplaude, pero él sabe lo que tuvo que pasar para ganársela.

Esto entonces te engrandece, porque empiezas a ver que no te has dado cuenta de muchas pequeñas cosas que tienes y que son maravillosas, como las manos que en esos momentos en camisa de fuerza no te sirven y que de pronto con ellas podrías escribir una línea, o tomarte un vasito con agua, o los dedos de los pies, que quisieras apoyarlos para sentir equilibrio.

¿El sufrimiento del ser humano entonces vale la pena porque tiene como fin formar?

Si, pues digo como están en mis libros. Para aprender a agradecer la gente por lo menos debe perder la libertad y estar amarrado un mes o dos mesecitos.

Y también pienso que le deberían quitarle los hijos para que aprendan a respetar si quiera una sonrisa de un niño, a mí me quitaron mis hijas de once años por la cantidad de manicomios que me declararon insuficiencia mental.

La tortura en ese sentido para mí, es justificada.

¿Cuándo fue la última vez que estuviste en manicomios?

En 1984.

Leyendo un poco el libro” a ti María que tomaste mi vida por asalto” se entiende que la disciplina religiosa ha cambiado tu vida, ¿Cómo fue la primera aparición?

Comenzó de improviso a las 3 y 26 minutos de la madrugada del 22 de julio de 1990, día de la Magdalena, la virgen me copiaba un mensaje “una inteligencia superior”, que yo desde mi solitario y humilde punto de vista, suponía se trataba de un mensaje extraterrestre amigable pero aún más compasivo.

¿Qué pasó con el amor?

Decidí por mi propia cuenta quedarme sola a los cuarenta años para no hacerle daño por sentido común a otra persona. Además, uno de santandereana no tiene marido sino víctima.

¿Qué falta por escribir?

Yo tengo tanto por contar, tendría que escribir por lo menos diez libros más. Escribiré un libro que se llame “Yo Margalida, la actriz”, este libro ya no hablará del manicomio, ni de cosas de la virgen ni nada de eso, si no del trabajo de uno, de las cosas que le pasan por ejemplo con la gente.

¿Margalida Castro está feliz con su soledad?

Me encanta la soledad, mi trabajo, mis santos, siempre he sido excelente por la disciplina que tengo, soy una persona inteligente, entonces por eso vivo sola, me considero una atleta en la oración, tengo una cantidad de dones como la oración vivificada, entonces para que compartirla con alguien más.

A los 68 años de edad, ¿usted se siente orgullosa de su vida?

100%, con el nombramiento de Primerísima Primera Actriz por votos de la gente me siento orgullosa, realizada conmigo misma, sin miedo al encuentro con la muerte porque la veo como un episodio más en la vida. Son 22 años de preparación religiosa constante que me dan la fortaleza para no temerle a la muerte.

Son tantas las cosas que he vivido que no tengo miedo a mi apocalipsis, y puedo decir que siempre fui exitosa, amorosa, y no tendré en el momento de mi encuentro ningún saldo en rojo porque cada cosa esta hecha con la disciplina y el amor que un ser humano le puede colocar.

Por Sandra Marcela Pupo Lafaurie, colaboradora de Soyperiodista.com

“Gracias a Dios he conocido genios que me ayudan a buscar la genialidad”

Margalida Castro nació en San Gil, Santander, estudió arquitectura y flauta clásica en la Universidad Nacional de Colombia, pero un amor la hizo abandonar sus estudios y encontrarse con la actuación. Hoy son 48 años los que les ha dedicado a el teatro y a la televisión, la primerísima primera actriz de Colombia como ha sido proclamada por los Premios TVyNovelas 2012.

La santandereana de 69 años, reconocida por papeles como la Tía Chabela en Yo amo a Paquita Gallego, la Sibila en La Tormenta, Inés de Montes en la Viuda de la Mafia, además de Úrsula Cabrales en Chepe Fortuna y más de 500 papeles en el medio audiovisual, deja ver su versatilidad al escribir tres libros autobiográficos que cuentan su experiencia con los manicomios desde niña resaltando su odio hacia las drogas psiquiátricas, el acercamiento con la muerte y el momento en que la virgen le cambió la vida.

Hace 22 años se declaró fiel devota del catolicismo, cuando una aparición de la Virgen María el 22 de Julio de 1990 la salvó de la tragedia que sucesos sentimentales le habían causado a su vida, a ella le dedica su tercer libro llamado “a ti María que tomaste mi vida por asalto”, y en la actualidad piensa escribir su siguiente libro un poco distanciado de su disciplina religiosa titulado: “Yo Margalida, la actriz”.

Margalida es una mujer disciplinada desde niña por la influencia de su hogar, su padre era abogado y su madre músico. Su mayor amor es el conocimiento, vive feliz tomada de la mano de la cultura, de la música, de su carrera, de la lectura, de la escritura, de los ángeles y los santos pero aún más importante Margalida Castro se siente enamorada y orgullosa de sí misma, se agradece su éxito admitiendo que le ha costado esfuerzo, es feliz sola y ama su soledad.

¿Qué es un personaje?

Son como seres, hijos de uno, uno los ama o a veces los odia.

¿En qué momento usted se da cuenta que eras una gran actriz?

Yo nunca hice casting, el papá de mis hijas iba a montar su primera obra de teatro y en esa época todos eran empíricos, y mi biotipo daba para un protagónico que el necesitaba. Yo era muy estudiosa y mi mamá me dijo: -acepta eso para que no estudies tanto-, y acepté.

Terminé hasta casándome con él, entonces siempre empecé en protagónicos. Luego, llegó el maestro Bernardo Romero Lozano y me dijo que él tenía que llevarme a la televisión porque en teatro solo me veían los que asistían.

Así que el maestro me llevó a la televisión, y al año de haber comenzado la televisión ya había ganado dos premios Hondra, en esa época los únicos premios. Además, tenía muchos premios más mundiales por el teatro.

¿Cómo preparas las interpretaciones?

Soy muy buena actriz, tengo una preparación en la vida actoral amplia, pero soy la que más estudia, yo intento no hacer como la mayoría de actores que llegan y estudian el personaje un día anterior, no, yo la tengo estudiada muy bien.

La gente aplaudirá mi memoria prodigiosa pero no saben lo que he practicado y las horas dedicadas a buscar la perfección, gracias a Dios he conocido genios que me ayudan a buscar la genialidad. Yo estudio el triple para poder hacer una Artrudiz diferente a Úrzula.

¿Cuál es la musa de sus actuaciones?

Yo nunca he presentado un casting, los escriben para mí. Un libretista me dijo:- cuándo te vi en televisión yo era un niño, y quería escribir para ti cuando fuese grande-. Eso es maravilloso, que los grandes libretistas como Julio Jiménez escribieran para mí, eso se lo merece uno.

Yo no sabía que en Paquita Gallego, el llego y dijo: - Esta novela la escribí para Margalida Castro- en junta de RTI, y los señores le decían pero ella está en cuatro proyectos más de Caracol, y respondió: -problema de ustedes señores, es Margalida Castro o la novela no va-, y se paró y se fue.

¿A qué personaje ha admirado?

Yo tuve que hacer un personaje que me mandaron a la cárcel, y hablé con el libretista para dignificar el personaje de la mujer en la cárcel, que por haberse robado cualquier cosa, paga años en prisión humillada, entonces no (gritando), le dije yo al libretista inventémonos algo, e hicimos un reinado.

Iba yo como seis meses después, cuando me imagino estaban transmitiendo la novela, sentada en el carro en la parte de adelante con un amigo, y nos cogió un semáforo en rojo, pero delante de nosotros iba un camión del Inpec con las puertas abiertas, y estaban todas las presitas ahí con las esposas puestas, aplaudiendo y gritándome –Martirito, ¡gracias martirito!-. No pude dormir como un mes con la imagen de ellas, me hizo saber que sí llegamos a sus corazones.

En un país como Colombia que le tiene tanta fe a lo que ve, usted como actriz y participante del mundo audiovisual, ¿qué siente al tener la responsabilidad de darle historias a la gente para que las sientan con veracidad?

Para mí la base de la actuación es el amor, la humidad y el respeto. Acabo de ser nombrada por los Premios TVyNovelas, enterándome por “La Red”, Primerísima Primera Actriz, este es un título que por primera vez en existe en Colombia, porque esté premio está en México.

Entonces, pienso que enseñarle a la gente a través de mi trabajo el agradecimiento. Yo sé que reflejo cariño, porque la gente me quiere, y es enseñarles que desde las cosas espantosamente horribles se puede agradecer.

Cuando uno pasa por las cosas que yo pasé encerrada en sótanos tan terribles, llorando porque estaba amarrada de manos y pies y con agua caliente inyectada en estómago o de quinina, con castigos tan degradantes que me botaban en el piso para no joder, aprende a valorar cada cosa del cuerpo y de la vida. Pero Bueno la responsabilidad que uno tiene es despertar en la gente amor, porque la gente vive ocupada quejándose, cansada, refunfuñando de la vida.

Me gustaría verlos en un manicomio, en una cama de aluminio, donde no puedan ver la luz durante meses, amarrado de manos y pies a ver que hacen en la vida. A ver si comienzan a valorar las pequeñas cosas que tienen y los momentos.

Y en sí, ¿cuál es la responsabilidad de un actor?

La responsabilidad, por ejemplo la señora Verónica Castro hizo una novela llamada, “los Ricos también lloran” y fue nombrada Santa en Rusia porque mientras pasaban la novela, no habían asesinatos en ese país, ni robos, ni violaciones, ni atracos, ni nada.

Luego de escribir varios libros me encuentro con personas en la calle que me dicen: -Margalida gracias a la fortaleza de tu libro, no me he suicidado-, y eso le dice a uno que la gente recibe el amor que uno le brinda por medio de la experiencia, y por la credibilidad que le tienen a uno, por los personajes, cuando uno respeta este oficio y lo hace con amor logra ver como las demás personas comienzan a creer en ti.

¿Usted cree que las telenovelas engañan a las personas para mimetizar la realidad?

No, mira que a mí las personas me dan las gracias porque les permito acostarse con una sonrisa. Entonces no creas que la gente mimetiza la realidad, ni se evade en eso, porque no.

La gente necesita algo de alivio, un poquito de consuelo y bálsamo que se lo damos nosotros, porque ellos ven todo el tiempo el terrorífico noticiero, entonces la gente necesita un rellano en la escalera, y ese somos nosotros, un poquito de descanso.

¿Alguna vez ha sido juzgada en la calle por un personaje?

No las personas me felicitan, me dan abrazos, lloran a veces felicitándome por los papeles que hago. Además yo soy muy versátil, porque estudio mucho, y eso los hace pensar cada vez que me ven que tengo una nueva historia por contar.

¿Qué siente cuando le dicen que han escrito especialmente para usted?

Eso se lo merece uno, hay actores que se la pasan quejándose que porque no los llaman, o porque no hay un tinto o cosas así. Yo respeto mucho lo que hago, lo organizo y lo estudio.

Me tienen tanta credibilidad, todos son como mis hijos, en la construcción de personaje me dejan aportarle, por ejemplo en la Viuda de la mafia, yo propuse un vestuario y todos estuvieron de acuerdo. Lo que le aporto me dicen, claro lo que tú digas.

Esto pasa porque confían que soy una profesional que voy a engrandecer al personaje, la disciplina que llevo yo, me permite esas libertades.

¿Cómo defines usted experiencia de vivir muchos años en manicomios?

Es la experiencia más maravillosa, la virgen me lo dijo, es un sufrimiento necesario para engrandecerse, como un gimnasta olímpico, este gimnasta se gana la medalla pero ahí que ver todo lo que hay detrás, las esguinces, el dolor, las noches sin dormir, y la gente solo ve y lo aplaude, pero él sabe lo que tuvo que pasar para ganársela.

Esto entonces te engrandece, porque empiezas a ver que no te has dado cuenta de muchas pequeñas cosas que tienes y que son maravillosas, como las manos que en esos momentos en camisa de fuerza no te sirven y que de pronto con ellas podrías escribir una línea, o tomarte un vasito con agua, o los dedos de los pies, que quisieras apoyarlos para sentir equilibrio.

¿El sufrimiento del ser humano entonces vale la pena porque tiene como fin formar?

Si, pues digo como están en mis libros. Para aprender a agradecer la gente por lo menos debe perder la libertad y estar amarrado un mes o dos mesecitos.

Y también pienso que le deberían quitarle los hijos para que aprendan a respetar si quiera una sonrisa de un niño, a mí me quitaron mis hijas de once años por la cantidad de manicomios que me declararon insuficiencia mental.

La tortura en ese sentido para mí, es justificada.

¿Cuándo fue la última vez que estuviste en manicomios?

En 1984.

Leyendo un poco el libro” a ti María que tomaste mi vida por asalto” se entiende que la disciplina religiosa ha cambiado tu vida, ¿Cómo fue la primera aparición?

Comenzó de improviso a las 3 y 26 minutos de la madrugada del 22 de julio de 1990, día de la Magdalena, la virgen me copiaba un mensaje “una inteligencia superior”, que yo desde mi solitario y humilde punto de vista, suponía se trataba de un mensaje extraterrestre amigable pero aún más compasivo.

¿Qué pasó con el amor?

Decidí por mi propia cuenta quedarme sola a los cuarenta años para no hacerle daño por sentido común a otra persona. Además, uno de santandereana no tiene marido sino víctima.

¿Qué falta por escribir?

Yo tengo tanto por contar, tendría que escribir por lo menos diez libros más. Escribiré un libro que se llame “Yo Margalida, la actriz”, este libro ya no hablará del manicomio, ni de cosas de la virgen ni nada de eso, si no del trabajo de uno, de las cosas que le pasan por ejemplo con la gente.

¿Margalida Castro está feliz con su soledad?

Me encanta la soledad, mi trabajo, mis santos, siempre he sido excelente por la disciplina que tengo, soy una persona inteligente, entonces por eso vivo sola, me considero una atleta en la oración, tengo una cantidad de dones como la oración vivificada, entonces para que compartirla con alguien más.

A los 68 años de edad, ¿usted se siente orgullosa de su vida?

100%, con el nombramiento de Primerísima Primera Actriz por votos de la gente me siento orgullosa, realizada conmigo misma, sin miedo al encuentro con la muerte porque la veo como un episodio más en la vida. Son 22 años de preparación religiosa constante que me dan la fortaleza para no temerle a la muerte.

Son tantas las cosas que he vivido que no tengo miedo a mi apocalipsis, y puedo decir que siempre fui exitosa, amorosa, y no tendré en el momento de mi encuentro ningún saldo en rojo porque cada cosa esta hecha con la disciplina y el amor que un ser humano le puede colocar.

Por Sandra Marcela Pupo Lafaurie, colaboradora de Soyperiodista.com