México defiende adopción gay
Con nueve votos a favor y dos en contra, la Suprema Corte de Justicia del país azteca ratificó el derecho de las parejas homosexuales para adoptar hijos. Iglesia criticó la decisión.
Redacción Vivir
Luego del pronunciamiento de la Suprema Corte de Justicia de México, que protegió el derecho de adoptar hijos por parte de parejas homosexuales, el cardenal de Guadalajara Juan Sandoval Iñiguez, encendió los ánimos al acusar a los jueces de dejarse “maicear”, por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal. En caló mexicano, es una expresión que se refiere a recibir sobornos.
Pero ni las fuertes palabras del cardenal, que merecieron un voto de censura por parte de los jueces, ni los argumentos de la Procuraduría General de la República, que se había alineado con los sectores más conservadores del país, lograron convencer a la Suprema Corte de retirar el derecho a las parejas gays para adoptar. Un derecho que había sido aprobado en enero de este año.
Con la abultada votación de nueve votos a favor y dos en contra, la Corte frenó antes de ayer (lunes) las intenciones de los sectores que pretenden revertir la medida y recordó que México es un estado laico donde se privilegia el principio de igualdad. En diciembre de 2009, el gobierno de la Ciudad de México ya había aprobado el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Ante el argumento de que los niños adoptados por parejas homosexuales estarían en riesgo de afectación síquica, emocional y social, la Corte fue enfática: “Consecuentemente, los homosexuales son tan aptos para ser padres como los heterosexuales”. Según el juez Aturo Zaldívar Lelo de Larrea: “Respecto de los niños, una cosa muy importante es que el tipo de padres no determina la orientación sexual, y esto que algunos dicen que el vivir en pareja homoparental determinaría la orientación sexual, implicaría por sí mismo un argumento discriminatorio, como si la orientación sexual fuera algo negativo”.
Si bien el presidente de la Corte, Guillermo Ortiz Mayagoitia, y el magistrado Salvador Aguirre Anguiano se opusieron a la decisión final argumentando que matrimonio sólo lo hay entre una mujer y un hombre con el propósito de la procreación, sus colegas señalaron que en la Constitución mexicana es un compromiso con la defensa de la familia sin importar quién la forma.
Las reacciones ante la decisión de los jueces fueron diversas. Otras voces, como la del cardenal de Guadalajara, criticaron a los miembros de la Corte, mientras los movimientos de activistas celebraron con pancartas y marchas la decisión.
“La Suprema Corte ha enterrado la homofobia institucional en México. A partir de ahí se termina el ‘clóset social’ y las personas lésbico-gay-transgénero y bisexuales (LGTB) podremos salir a caminar libres sintiéndonos libres e iguales” , dijo Jaime López Vela, director de la organización Agenda LGTB.
López señaló que la próxima semana una pareja de mujeres lesbianas, ya casadas, tiene previsto formalizar la que será la primera petición de adopción de una menor, hija biológica de una de ellas. La agencia EFE informó que la pequeña, nacida en febrero pasado, podría convertirse en la primera niña que forme una familia legalmente reconocida con su madre biológica y la compañera de ésta.
Luego del pronunciamiento de la Suprema Corte de Justicia de México, que protegió el derecho de adoptar hijos por parte de parejas homosexuales, el cardenal de Guadalajara Juan Sandoval Iñiguez, encendió los ánimos al acusar a los jueces de dejarse “maicear”, por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal. En caló mexicano, es una expresión que se refiere a recibir sobornos.
Pero ni las fuertes palabras del cardenal, que merecieron un voto de censura por parte de los jueces, ni los argumentos de la Procuraduría General de la República, que se había alineado con los sectores más conservadores del país, lograron convencer a la Suprema Corte de retirar el derecho a las parejas gays para adoptar. Un derecho que había sido aprobado en enero de este año.
Con la abultada votación de nueve votos a favor y dos en contra, la Corte frenó antes de ayer (lunes) las intenciones de los sectores que pretenden revertir la medida y recordó que México es un estado laico donde se privilegia el principio de igualdad. En diciembre de 2009, el gobierno de la Ciudad de México ya había aprobado el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Ante el argumento de que los niños adoptados por parejas homosexuales estarían en riesgo de afectación síquica, emocional y social, la Corte fue enfática: “Consecuentemente, los homosexuales son tan aptos para ser padres como los heterosexuales”. Según el juez Aturo Zaldívar Lelo de Larrea: “Respecto de los niños, una cosa muy importante es que el tipo de padres no determina la orientación sexual, y esto que algunos dicen que el vivir en pareja homoparental determinaría la orientación sexual, implicaría por sí mismo un argumento discriminatorio, como si la orientación sexual fuera algo negativo”.
Si bien el presidente de la Corte, Guillermo Ortiz Mayagoitia, y el magistrado Salvador Aguirre Anguiano se opusieron a la decisión final argumentando que matrimonio sólo lo hay entre una mujer y un hombre con el propósito de la procreación, sus colegas señalaron que en la Constitución mexicana es un compromiso con la defensa de la familia sin importar quién la forma.
Las reacciones ante la decisión de los jueces fueron diversas. Otras voces, como la del cardenal de Guadalajara, criticaron a los miembros de la Corte, mientras los movimientos de activistas celebraron con pancartas y marchas la decisión.
“La Suprema Corte ha enterrado la homofobia institucional en México. A partir de ahí se termina el ‘clóset social’ y las personas lésbico-gay-transgénero y bisexuales (LGTB) podremos salir a caminar libres sintiéndonos libres e iguales” , dijo Jaime López Vela, director de la organización Agenda LGTB.
López señaló que la próxima semana una pareja de mujeres lesbianas, ya casadas, tiene previsto formalizar la que será la primera petición de adopción de una menor, hija biológica de una de ellas. La agencia EFE informó que la pequeña, nacida en febrero pasado, podría convertirse en la primera niña que forme una familia legalmente reconocida con su madre biológica y la compañera de ésta.