Necesitamos una revolución educativa
Eduardo Punset, periodista especializado en temas pedagógicos y educativos, realiza una entrevista a Marck Prensky, experto en la educación del futuro y catalogado como “un hombre rompedor y creativo en la empresa de reformar las aulas y los sistemas de educación actuales”, dejando en evidencia la necesidad que se tiene en la sociedad actual de reformar los métodos y sistemas utilizados para educar a los jóvenes del siglo XXI.
Por PABLO EMILIO OBANDO ACOSTA, colaborador de Soyperiodista.com
Eduardo Punset, periodista especializado en temas pedagógicos y educativos, realiza una entrevista a Marck Prensky, experto en la educación del futuro y catalogado como “un hombre rompedor y creativo en la empresa de reformar las aulas y los sistemas de educación actuales”, dejando en evidencia la necesidad que se tiene en la sociedad actual de reformar los métodos y sistemas utilizados para educar a los jóvenes del siglo XXI.
En ella deja entrever las formas y las maneras como aprenden los jóvenes de hoy. Se parte del hecho que la tecnología transformó el cerebro de las nuevas generaciones creando una nueva estructura cerebral y en consecuencia no es lógico que se pretenda educar en el siglo XXI de la misma manera que se lo hizo en los siglos XVIII, XIX o XX.
Los intereses cambiaron de tal manera que la escuela se tornó aburrida y tediosa y un lugar en el cual se replican viejos modelos establecidos a mediados del siglo XVIII en las fábricas como una respuesta a la irrupción de una revolución industrial que tocó todos los estamentos sociales, políticos, educativos y religiosos. En consecuencia las motivaciones que nuestros jóvenes manifiestan o exteriorizan en nuestros días muchas veces asustan a sus maestros y padres al tornarse en actitudes agresivas, de indiferencia o aparente torpeza mental.
Pero no son los jóvenes o los adolescentes quienes tienen el problema, son las viejas estructuras sociales y educativas las que impiden las diversas manifestaciones producto de un nuevo cerebro y una nueva sociedad que lleva en sus entrañas el germen de una nueva y renovada humanidad. Se torna el joven en un gran problema social al que se hace necesario reprimir con dogmas, medicamentos o imposiciones que en muchos casos se traducen en manuales de convivencia policivos y agresivos contra su misma identidad.
Para Marck Prensky la tecnología ofrece una serie de ventajas que en la escuela ni siquiera se sospechan. Los niños aprenden más si ese conocimiento se apoya justamente en la tecnología. La deserción escolar, la perdida del año escolar, la repetición de grados, el desinterés por aprender no son otra cosa más que una de las formas que tienen nuestros adolescentes de decirnos que la escuela es aburrida, tediosa y en muchos casos embrutecedora por cuanto exige que su curiosidad, su interés y su deseo por aprender “se frene” entre las cuatro paredes de la escuela.
No puede existir interés en un viejo cuaderno cuando el mundo ofrece todo tipo de herramientas para hacer más productivo y agradable el proceso de aprendizaje. Pero se sigue insistiendo en viejos y caducos métodos que ni forman ni mucho menos generan interés entre los educandos. Prensky reta a las nuevas generaciones de maestros a educar bajo los nuevos parámetros y teniendo en cuenta que los cerebros de esos jóvenes ya no son similares a los nuestros en cuanto a su estructura y funcionamiento.
Me queda simplemente invitar a docentes, directivos docentes y padres de familia a mirar esta interesante entrevista en el portal de you tube: http://www.youtube.com/watch?v=s6zEX1Tv1Iw&feature=share. De esta manera veremos, oiremos y comprenderemos la urgente necesidad que tiene nuestra sociedad de una revolución educativa que nos posicione de una vez por todas en el siglo XXI dejando atrás esos viejos modelos educativos que hace rato se agotaron y que únicamente producen tedio, aburrimiento y desazón a los jóvenes y adolescentes del siglo XXI.
Por PABLO EMILIO OBANDO ACOSTA, colaborador de Soyperiodista.com
Eduardo Punset, periodista especializado en temas pedagógicos y educativos, realiza una entrevista a Marck Prensky, experto en la educación del futuro y catalogado como “un hombre rompedor y creativo en la empresa de reformar las aulas y los sistemas de educación actuales”, dejando en evidencia la necesidad que se tiene en la sociedad actual de reformar los métodos y sistemas utilizados para educar a los jóvenes del siglo XXI.
En ella deja entrever las formas y las maneras como aprenden los jóvenes de hoy. Se parte del hecho que la tecnología transformó el cerebro de las nuevas generaciones creando una nueva estructura cerebral y en consecuencia no es lógico que se pretenda educar en el siglo XXI de la misma manera que se lo hizo en los siglos XVIII, XIX o XX.
Los intereses cambiaron de tal manera que la escuela se tornó aburrida y tediosa y un lugar en el cual se replican viejos modelos establecidos a mediados del siglo XVIII en las fábricas como una respuesta a la irrupción de una revolución industrial que tocó todos los estamentos sociales, políticos, educativos y religiosos. En consecuencia las motivaciones que nuestros jóvenes manifiestan o exteriorizan en nuestros días muchas veces asustan a sus maestros y padres al tornarse en actitudes agresivas, de indiferencia o aparente torpeza mental.
Pero no son los jóvenes o los adolescentes quienes tienen el problema, son las viejas estructuras sociales y educativas las que impiden las diversas manifestaciones producto de un nuevo cerebro y una nueva sociedad que lleva en sus entrañas el germen de una nueva y renovada humanidad. Se torna el joven en un gran problema social al que se hace necesario reprimir con dogmas, medicamentos o imposiciones que en muchos casos se traducen en manuales de convivencia policivos y agresivos contra su misma identidad.
Para Marck Prensky la tecnología ofrece una serie de ventajas que en la escuela ni siquiera se sospechan. Los niños aprenden más si ese conocimiento se apoya justamente en la tecnología. La deserción escolar, la perdida del año escolar, la repetición de grados, el desinterés por aprender no son otra cosa más que una de las formas que tienen nuestros adolescentes de decirnos que la escuela es aburrida, tediosa y en muchos casos embrutecedora por cuanto exige que su curiosidad, su interés y su deseo por aprender “se frene” entre las cuatro paredes de la escuela.
No puede existir interés en un viejo cuaderno cuando el mundo ofrece todo tipo de herramientas para hacer más productivo y agradable el proceso de aprendizaje. Pero se sigue insistiendo en viejos y caducos métodos que ni forman ni mucho menos generan interés entre los educandos. Prensky reta a las nuevas generaciones de maestros a educar bajo los nuevos parámetros y teniendo en cuenta que los cerebros de esos jóvenes ya no son similares a los nuestros en cuanto a su estructura y funcionamiento.
Me queda simplemente invitar a docentes, directivos docentes y padres de familia a mirar esta interesante entrevista en el portal de you tube: http://www.youtube.com/watch?v=s6zEX1Tv1Iw&feature=share. De esta manera veremos, oiremos y comprenderemos la urgente necesidad que tiene nuestra sociedad de una revolución educativa que nos posicione de una vez por todas en el siglo XXI dejando atrás esos viejos modelos educativos que hace rato se agotaron y que únicamente producen tedio, aburrimiento y desazón a los jóvenes y adolescentes del siglo XXI.
Por PABLO EMILIO OBANDO ACOSTA, colaborador de Soyperiodista.com