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Con un mes de anticipación en la radio y la televisión, pisando los cabezotes de los noticieros e irrumpiendo en el final de las novelas se publicitaba entre bandoneón y acentos gauchos Valentino el argentino, el proyecto más reciente y ambicioso de RCN. Después de un éxito insospechado en sus primeras fechas de emisión en Argentina, el lunes 27 de octubre, los colombianos conocieron de la mano de Julián Román y Liliana González la historia de Valentino, un niño que por falta de una figura paterna creció con ciertos complejos de inseguridad hasta que se enteró de que su padre era un argentino millonario.
El mismo lunes, el Canal Caracol estrenó una novela que a tan sólo un par de semanas de su lanzamiento empezó una tímida promoción. La publicidad filmada en las mejores locaciones de la novela y musicalizada con la famosa canción Oye bonita (que le da el nombre a la novela) anticipaba una producción basada en la obra musical de Diomedes Díaz, en la que el joven actor Karoll Márquez encarnaba a Monchi Maestre, un humilde cantante de vallenato oriundo de Villa Esperanza, que quiere llegar a ser el mejor intérprete de la región.
El jueves 30 de octubre, a cuatro días de la emisión de los dos estrenos, Ibope registraba un raiting de 14,6% para Oye Bonita, mientras que Valentino el argentino presentaba tan sólo 7%, una desigualdad que tuvo inmediatas repercusiones: RCN decidió no sacar la novela al aire al día siguiente. “La caída de producciones como Valentino y Aquí no hay quien viva demuestra una vez más que las audiencias en Colombia prefieren para el prime time propuestas con origen propio, con narrativa muy local y que cuenten historias con las que se puedan identificar fácilmente”, asegura el analista de medios Mario Morales.
Por su parte, el crítico de medios Ómar Rincón asegura que la televisión debe generar ante todo identificación. “La telenovela debe permitir que el público se vea reflejado en los personajes, en lo que ellos cuentan, en sus conflictos, y las dos producciones de RCN parten de otros imaginarios, una del argentino y la otra del español, que los colombianos no comparten”, explica el experto quien complementa “por el contrario las dos novelas enfrentadas, Vecinos y Oye bonita que transmite Caracol, son ‘recolombianas’ y aunque algunos puedan pensar que no son de tan buen gusto y que a veces resultan excesivas en coloquialismos generan identificación”.
Aunque según voceros de RCN, aún no se ha decidido qué hacer con las costosa producción colombo-argentina, ante la duda de que el comportamiento de las audiencias se deba en parte a la semana atípica que se vivió por las transmisiones de elecciones norteamericanas, lo cierto es que la novela ya lleva fuera del aire más tiempo del que estuvo en parrilla.
En Argentina, en donde el éxito de la novela venía decayendo se optó por adelantar la transmisión una hora para así consolidarse más entre el público joven, el que mejor recibió la producción en el país austral.
Pero mientras en un lado deciden cuál será la estrategia de salvamento, del lado de Oye Bonita los resultados siguen mejorando. Según los guionistas de la historia, el éxito de esta producción se debe a dos factores, la aceptación que tiene la banda sonora de la novela (los vallenatos de Diomedes Díaz reinterpretados por el protagonista) y la naturalidad del argumento y de los personajes. “Queríamos hacer una novela que mostrara muchas cosas agradables, bonitas, para que los televidentes cuando lleguen a su casa, después de todo el estrés del día, puedan sentarse frente al TV a ver algo tranquilo, con paisajes muy bellos. Por esta razón no utilizamos estudios para grabar la novela, todos los escenarios son reales, lo que la hace una historia que logra identificar a la audiencia”, comenta Arleth Castillo, director creativo del proyecto.
Expertos en la producción de televisión se preguntan por qué el canal RCN le apostó a una novela con tantos elementos argentinos si los melodramas gauchos son unos de los que menos recepción internacional tienen y si además la mujeres a pesar de ser hermosas resultan tan diferentes al concepto de mujeres dulces y amorosas que se maneja en Colombia.
Para Ómar Rincón, lo que está detrás de esta avalancha de audiencia que ha generado Oye bonita es que en cuanto a los elementos cómicos tan característicos de las producciones colombianas, “Caracol está más claro sobre lo que significa reír en Colombia, mientras RCN intenta ser más culta sin lograr apuntarle al chiste nacional”.
Otro elemento que reconoce Morales, es la habilidad que ha tenido Caracol en la programación de horarios de sus novelas “mientras que RCN ha fallado en la concepción de las audiencias de sus producciones, dejando por ejemplo a su novela exitosa El último matrimonio feliz, en una franja muy nocturna”.
Así con los vallenatos de Diomedes Díaz, uno de los cantautores que genera más afectividad y con una historia de personajes muy representativos de una de las idiosincrasias más fuertes del país, Oye bonita, una producción sencilla y sin pretensiones, se consolida como la novela del prime time.
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