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Cuando la médica Elsa Rojas preparaba su trabajo de doctorado, bajo la dirección del investigador Lázaro Vélez, de la Universidad de Antioquia, tenía muy pocas noticias de la Coxiella burnetti, una peligrosa bacteria capaz de viajar cientos de kilómetros a través del aire para infectar a los seres humanos y causar la enfermedad conocida como la fiebre Q.
Para su sorpresa, y la de Vélez, la Coxiella burnetti fue cobrando un protagonismo inesperado en la investigación. Luego de evaluar a 311 pacientes en 11 centros médicos de Medellín, descubrieron con asombro que la bacteria, de la que se tenía poca información en Colombia y se creía un problema propio de otras latitudes, ocupaba el sexto lugar entre los microorganismos causantes de neumonía.
Generalmente los humanos adquieren la fiebre Q al estar en contacto con animales infectados. Veinte días después se presentan los síntomas, que van desde dolor en el tórax, heces del color de la arcilla, tos, fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y dificultad para respirar.
“Fue una sorpresa encontrar 18 casos de neumonía por Coxiella burnetti en Medellín”, comentó Lázaro Vélez, y replicó: “Eso fue alarmante”. Hasta el momento sólo se sabía que entre la población campesina de Córdoba y Sucre un 23% de los pobladores tenían en su sangre anticuerpos contra la bacteria, prueba de que en algún momento de sus vidas habían sufrido la infección.
Un problema en potencia
Hoy, cuando en Holanda han muerto seis personas en el último brote y el gobierno ha dado la orden de sacrificar varios miles de cabras para detener la enfermedad, los investigadores colombianos aún no han recibido contestación a la comunicación que enviaron hace varios meses a la Secretaría de Salud de Medellín advirtiendo del problema y la necesidad de profundizar en su estudio.
La médica Elsa Rojas, quien se desempeña como investigadora en la Universidad Industrial de Santander, cuenta que cuando presentaron los resultados de la investigación en Washington, en 2008, expertos del Centro para el Control de Enfermedades de EE.UU. se mostraron preocupados por el hallazgo. Les explicaron que la Coxiella burnetti ocupa uno de los primeros lugares como potencial agente biológico en bioterrorismo por su capacidad para esparcirse por grandes territorios.
“Las esporas de esta bacteria pueden viajar kilómetros y kilómetros arrastradas por el viento. Una sola espora puede producir la enfermedad a una persona que no tenga defensas”, explicó Vélez.
El problema es que más allá de haber identificado la presencia de la bacteria en Medellín, es poco lo que se sabe en Colombia. ¿Qué animal puede estar transmitiendo la enfermedad? ¿Los pacientes se infectaron en Medellín o en zonas rurales? ¿Se trata de brotes esporádicos o los casos se están presentando con relativa frecuencia? ¿Qué tanto afecta a otras regiones del país?
“Identificar el animal que podría estar transmitiendo la bacteria en Colombia es el próximo paso y una prioridad”, según Vélez. La bacteria afecta por lo general al ganado bovino, ovino y caprino, aunque también ha sido identificada en gatos, roedores y garrapatas. Para esto necesitan trabajar de la mano con veterinarios en distintas regiones hasta descubrir al animal portador y repetir estudios como el que ya realizaron en otras zonas.
La atención que los europeos, en particular los holandeses, han puesto en el tema sacrificando miles de cabras es la mejor prueba de que se trata de un asunto de salud pública.
“Tenemos un problema potencial. El 6% de las neumonías son por Coxiella burnetti, eso equivale a un gran número de personas, porque la neumonía es un problema muy común”, apuntó Vélez.
En Holanda el gobierno ha sido duramente criticado por no actuar a tiempo. El ministro de Agricultura, Gerda Verburg, respondió a las críticas hace unas semanas diciendo que “se trata de una enfermedad imposible de erradicar que hemos ido frenando con higiene, vacunas y pruebas para detectar la bacteria en la leche”.
Los investigadores colombianos siguen a la espera de la atención de las autoridades de salud.
‘Coxiella burnetii’, un problema desconocido
Es muy poco lo que se conoce de la ‘Coxiella burnetti’ en Colombia. En otros países su transmisión a los humanos es por lo general asociada con el ganado bovino, ovino y caprino, pero aquí podría estar incluso relacionada con roedores o murciélagos.
Generalmente, los humanos adquieren la fiebre Q al inhalar gotitas contaminadas expulsadas por los animales infectados.
Campesinos, veterinarios y personas que tienen contacto con animales de granja son el grupo de más riesgo, pero dada la facilidad de la bacteria para viajar por el aire, cualquier persona puede resultar afectada.