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Seis días antes de ordenarse como sacerdote jesuita, Ramiro Rodríguez Pardo decidió abandonar su vocación espiritual para dedicarse a la cocina. Desde pequeño los olores y sabores de los platos de su abuela habían seducido inconscientemente su paladar y después de viajar a Buenos Aires con su tío y probar los suculentos platos gauchos, su vida cambió radicalmente.
Estudió en una de las mejores academias del mundo, la Escuela Hotelera de Laussanne (Suiza) y se formó al lado de reconocidos chefs como Allain Duccasse y Alain Chapel, junto con quien le dio vida al Canal Gourmet, dirigido a los amantes de la buena mesa. Este fin de semana el chef Rodríguez, reconocido como uno de los mejores cocineros del planeta, estuvo de visita en nuestro país protagonizando una cumbre gastronómica organizada por los hoteles 101 Park House y Habitel.
El Espectador se reunió con este español, quien ha recorrido diez veces el mundo en busca de nuevas recetas, para conocer los secretos de sus platos y descubrir los condimentos que le han permitido alcanzar el éxito en el cada vez más competitivo campo de la gastronomía.
¿Cuándo empezó su afición por la cocina?
Desde niño, porque mi abuela cocinaba como los dioses. Pero mi pasaporte a la libertad lo obtuve cuando viajé a Argentina y allí desarrollé mi profesión durante 50 años. En Buenos Aires abrí 26 restaurantes, de los cuales 15 fueron catalogados como los mejores de la ciudad y, uno de ellos, Catalina, obtuvo el premio al mejor restaurante americano.
¿Cuáles son los platos que más le gusta preparar?
Soy un enamorado de la cocina de mar. Estos son los platos más difíciles de preparar, porque hay mucha diversidad y los puntos de cocción son muy exactos. Pero mi comida predilecta es un gran plato de papas fritas, pimienta, aceite de oliva, azafrán y mínimo 6 huevos fritos, pan negro y un buen vino tinto.
¿Qué ingredientes se necesitan para ser un buen cocinero?
Un plato es una pieza musical en la boca, y las notas las dan los ingredientes. Para ser un excelente chef el secreto está en ser una buena persona, porque se debe ser honesto, generoso, sano y transparente para darle de comer a un ser humano igual que tú. A esto se suma el fuego sagrado de la profesión: ser creativo, refinado, elegante y tener buen paladar.
¿Y para ser uno de los mejores chefs del mundo?
La pasión y la seducción. ¿Qué sería de un artista plástico si no seduce con su obra de arte? Lo que no se debe perder jamás es la humildad. Un buen chef debe ser de corazón abierto y con una gran sensibilidad.
De los países que ha visitado, ¿en cuál se prepara la mejor comida?
En todas partes se come muy rico. Pero si tomamos Latinoamérica, por ejemplo, Lima (Perú) es el mejor lugar. Sus productos son maravillosos y hacen un gran esfuerzo desde hace 15 años cuando se instaló el Cordon Bleu de París y transformó la cocina peruana.
¿Prefiere cocinar sólo o acompañado?
Acompañado, porque la gran cocina es un equipo que se mueve hasta con la mirada.
¿Cuál es el secreto del éxito del Canal Gourmet?
La gastronomía, el turismo, el glamour y el placer de comer son temas que están teniendo una fuerte acogida. Además, el canal está mostrando las diferentes cocinas en vinos, culturas, champañas, un mercado inagotable que cada vez adquiere más adeptos.