San Andrés se queda sin playas
Investigadores de la U. del Norte advierten que si no se actúa a tiempo, el mar terminará tragándose una parte de la isla.
Pablo Correa
Basta comparar fotografías de hoy con las de unos años atrás para que salga a flote el problema: el mar se está comiendo las playas de San Andrés. Lugares como San Luis o Sound Bay en el este, y Spratt Bight en el norte, se han convertido en un estrecho corredor de arena en el que ya no cabe la toalla extendida de un turista.
Manuel Alvarado, director del Instituto de Estudios Hidráulicos y Ambientales de la Universidad del Norte y quien por más de 23 años estudió el comportamiento del río Magdalena, ahora dedica parte de su tiempo a analizar por qué San Andrés está perdiendo sus playas. Fonade, la Gobernación de San Andrés, Invemar, la Universidad Católica de Valencia y la Universidad de las Islas Baleares (España) unieron esfuerzos para buscar salidas al problema.
La lista de las causas que le están cambiando la cara a la isla es larga. Por un lado, señala Alvarado, están los huracanes que ocasionalmente barren el territorio destruyendo viviendas e infraestructura. A esto hay que sumar la interrupción de los sedimentos del sur por el barco hundido en el sector de Rocky Cay, el deterioro de la barrera coralina y por si fuera poco, que la isla por su formación geológica se inclina levemente hacia el este. La suma de factores hace que, como lo explica Alvarado, “el oleaje penetre cada vez con más fuerza y ocasione la migración y erosión de las barras de arenas y playas”. La Vía Circunvalar que bordea la isla está muy cerca de ser la próxima víctima.
Los investigadores ya han trazado algunas estrategias para contrarrestar el deterioro de las playas. Se ha pensado en rellenarlas con el material que salga del dragado del canal navegable y el puerto de la isla. También se considera reforzar la barrera fósil de corales. Con esto se disiparía el oleaje hacia las playas. Arena coralina traída de otros puntos de la isla y la reubicación de un tramo de la Vía Circunvalar, permitiendo que la vegetación natural se convierta en protectora de las playas, se suman a las propuestas de los investigadores.
La tarea ahora es conseguir los recursos para poner en marcha los proyectos de recuperación.
Basta comparar fotografías de hoy con las de unos años atrás para que salga a flote el problema: el mar se está comiendo las playas de San Andrés. Lugares como San Luis o Sound Bay en el este, y Spratt Bight en el norte, se han convertido en un estrecho corredor de arena en el que ya no cabe la toalla extendida de un turista.
Manuel Alvarado, director del Instituto de Estudios Hidráulicos y Ambientales de la Universidad del Norte y quien por más de 23 años estudió el comportamiento del río Magdalena, ahora dedica parte de su tiempo a analizar por qué San Andrés está perdiendo sus playas. Fonade, la Gobernación de San Andrés, Invemar, la Universidad Católica de Valencia y la Universidad de las Islas Baleares (España) unieron esfuerzos para buscar salidas al problema.
La lista de las causas que le están cambiando la cara a la isla es larga. Por un lado, señala Alvarado, están los huracanes que ocasionalmente barren el territorio destruyendo viviendas e infraestructura. A esto hay que sumar la interrupción de los sedimentos del sur por el barco hundido en el sector de Rocky Cay, el deterioro de la barrera coralina y por si fuera poco, que la isla por su formación geológica se inclina levemente hacia el este. La suma de factores hace que, como lo explica Alvarado, “el oleaje penetre cada vez con más fuerza y ocasione la migración y erosión de las barras de arenas y playas”. La Vía Circunvalar que bordea la isla está muy cerca de ser la próxima víctima.
Los investigadores ya han trazado algunas estrategias para contrarrestar el deterioro de las playas. Se ha pensado en rellenarlas con el material que salga del dragado del canal navegable y el puerto de la isla. También se considera reforzar la barrera fósil de corales. Con esto se disiparía el oleaje hacia las playas. Arena coralina traída de otros puntos de la isla y la reubicación de un tramo de la Vía Circunvalar, permitiendo que la vegetación natural se convierta en protectora de las playas, se suman a las propuestas de los investigadores.
La tarea ahora es conseguir los recursos para poner en marcha los proyectos de recuperación.