Sanción a profesor de Los Andes que envió trabajo a Piedad Bonnett sobre suicidio de su hijo
Mediante una columna en este diario, Piedad expuso que el docente le envió un texto de un estudiante en el que relata cruelmente cómo hacían matoneo a Daniel cuando era maestro y aún peor expone temas de su suicidio.
Redacción Actualidad
La columnista de El Espectador, Piedad Bonnett, decidió valientemente exponer una dramática situación de su vida privada en la que se vio involucrado su hijo Daniel Segura, y que sólo recordarlo le saca cientos de lágrimas. (Vea aquí la columna)
Relata que a comienzos de este año, un profesor de arte de la Universidad de los Andes le reenvió un trabajo que realizó un estudiante de la institución en clase de Literatura, el cual calificó de “agridulce”, en el que este recordaba a Daniel, quien fue su profesor en el Gimnasio Campestre.
En dicho texto, el alumno cuenta cómo se burlaban del maestro por su “voz afeminada” y no le permitían dar clase. Hasta detalla una situación en la que el profesor se salió de sus casillas y al parecer fue violento con uno de sus estudiantes. Y aún más cruel, dice el joven: la cara roja “probablemente muy similar a la cara roja que vieron quienes pasaban por la calle cuando Daniel se votó (sic) desde su apartamento”.
“¿Estaba el profesor autorizado por el estudiante a hacerme llegar ese trabajo? ¿qué evaluaba este? ¿La actitud cínica e inhumana del joven estudiante le valió algún comentario negativo de su maestro?”, se pregunta en la columna Piedad, quien envió al rector de los Andes, donde trabajó por más de 30 años, una carta donde se quejaba de este maestro y de la razón que tuvo para enviarle este mensaje a la madre de un muchacho muerto.
La dolorosa pérdida de su hijo y la cual detalla en su libro “Lo que no tiene nombre”, decidió exponerla en su columna para denunciar que además de permitir este tipo de trabajos educativos, la universidad tardó más de 8 meses en darle una respuesta y decidió cerrar el caso después de invitar al profesor “a hacer una reflexión sobre el límite que existe entre lo que él considera público y la sensibilidad de las personas”.
Aunque Piedad respetuosamente se abstuvo de decir el nombre de aquel docente, el mismo profesor Lucas Ospina, de Los Andes, emitió una respuesta a la columnista en la que exponía las razones para haber enviado dicho trabajo universitario.
“El texto sobre Daniel daba cuenta del matoneo a un profesor por parte de un grupo de estudiantes en un salón de clase de un colegio. Cuando leí el texto mi sensación fue de compasión por Daniel en su rol de profesor. Por un momento pude estar ahí, en ese salón, ante esa crueldad. Luego de leerlo pensé que esta podía ser una escena más del libro. Por supuesto, no compartía el tono del texto, ni la posición del que escribía”, indica en su blog Ospina.
Dice que ella le respondió que ya nada podía hacerle daño. Y se enteró que días después ella enviaría una carta oficial a la universidad. (Lea la respuesta de Lucas Ospina a Piedad Bonnett).
“Le dije, comprendía que había sido impulsivo, que no había calculado la lectura de mi mensaje o del texto a la luz de otras interpretaciones. Le dije que si hubiera sabido que iba a enturbiar la buena relación que tenía con ella, sobre todo luego de la experiencia feliz que fue hacer la exposición de arte (sobre Daniel), no lo habría enviado. Le dije que lo sentía y le pedí disculpas”, indicó.
Ante la polémica que surgió tras la publicación de la columna, el rector de Los Andes, Pablo Navas, rechazó el comportamiento del docente y se disculpó con la columnista por la demora en la revisión del caso por parte de la universidad.
“La decisión no fue compartida por Piedad. Y entiendo y la respeto. En la tardanza en el análisis tiene toda la razón, nos demoramos demasiado, le anoto que parte de la demora es que era un tema muy complejo y tiene dosis de sensibilidad que hizo que el proceso se tomara más tiempo del que se toma normalmente”, afirmó el rector.
En diálogo con Blu Radio lamentó lo sucedido y confirmó que Ospina sí fue sancionado disciplinariamente pero se mantenía en la confidencialidad el tipo de sanción. Entre tanto, el joven que escribió el texto no recibió una amonestación, explica, porque el caso era en contra del maestro y no del muchacho.
La columnista de El Espectador, Piedad Bonnett, decidió valientemente exponer una dramática situación de su vida privada en la que se vio involucrado su hijo Daniel Segura, y que sólo recordarlo le saca cientos de lágrimas. (Vea aquí la columna)
Relata que a comienzos de este año, un profesor de arte de la Universidad de los Andes le reenvió un trabajo que realizó un estudiante de la institución en clase de Literatura, el cual calificó de “agridulce”, en el que este recordaba a Daniel, quien fue su profesor en el Gimnasio Campestre.
En dicho texto, el alumno cuenta cómo se burlaban del maestro por su “voz afeminada” y no le permitían dar clase. Hasta detalla una situación en la que el profesor se salió de sus casillas y al parecer fue violento con uno de sus estudiantes. Y aún más cruel, dice el joven: la cara roja “probablemente muy similar a la cara roja que vieron quienes pasaban por la calle cuando Daniel se votó (sic) desde su apartamento”.
“¿Estaba el profesor autorizado por el estudiante a hacerme llegar ese trabajo? ¿qué evaluaba este? ¿La actitud cínica e inhumana del joven estudiante le valió algún comentario negativo de su maestro?”, se pregunta en la columna Piedad, quien envió al rector de los Andes, donde trabajó por más de 30 años, una carta donde se quejaba de este maestro y de la razón que tuvo para enviarle este mensaje a la madre de un muchacho muerto.
La dolorosa pérdida de su hijo y la cual detalla en su libro “Lo que no tiene nombre”, decidió exponerla en su columna para denunciar que además de permitir este tipo de trabajos educativos, la universidad tardó más de 8 meses en darle una respuesta y decidió cerrar el caso después de invitar al profesor “a hacer una reflexión sobre el límite que existe entre lo que él considera público y la sensibilidad de las personas”.
Aunque Piedad respetuosamente se abstuvo de decir el nombre de aquel docente, el mismo profesor Lucas Ospina, de Los Andes, emitió una respuesta a la columnista en la que exponía las razones para haber enviado dicho trabajo universitario.
“El texto sobre Daniel daba cuenta del matoneo a un profesor por parte de un grupo de estudiantes en un salón de clase de un colegio. Cuando leí el texto mi sensación fue de compasión por Daniel en su rol de profesor. Por un momento pude estar ahí, en ese salón, ante esa crueldad. Luego de leerlo pensé que esta podía ser una escena más del libro. Por supuesto, no compartía el tono del texto, ni la posición del que escribía”, indica en su blog Ospina.
Dice que ella le respondió que ya nada podía hacerle daño. Y se enteró que días después ella enviaría una carta oficial a la universidad. (Lea la respuesta de Lucas Ospina a Piedad Bonnett).
“Le dije, comprendía que había sido impulsivo, que no había calculado la lectura de mi mensaje o del texto a la luz de otras interpretaciones. Le dije que si hubiera sabido que iba a enturbiar la buena relación que tenía con ella, sobre todo luego de la experiencia feliz que fue hacer la exposición de arte (sobre Daniel), no lo habría enviado. Le dije que lo sentía y le pedí disculpas”, indicó.
Ante la polémica que surgió tras la publicación de la columna, el rector de Los Andes, Pablo Navas, rechazó el comportamiento del docente y se disculpó con la columnista por la demora en la revisión del caso por parte de la universidad.
“La decisión no fue compartida por Piedad. Y entiendo y la respeto. En la tardanza en el análisis tiene toda la razón, nos demoramos demasiado, le anoto que parte de la demora es que era un tema muy complejo y tiene dosis de sensibilidad que hizo que el proceso se tomara más tiempo del que se toma normalmente”, afirmó el rector.
En diálogo con Blu Radio lamentó lo sucedido y confirmó que Ospina sí fue sancionado disciplinariamente pero se mantenía en la confidencialidad el tipo de sanción. Entre tanto, el joven que escribió el texto no recibió una amonestación, explica, porque el caso era en contra del maestro y no del muchacho.