Shock: toda una quinceañera
Con una edición de lujo, esta publicación mensual sopla sus quince velitas.
Angélica Gallón Salazar
Shock cumple 15 años y ha sacado un publicación de lujo para celebrarlo. Se ha puesto un vestido rosa de tul, unas medias agujereadas y unos coquetos taconcitos como los que usaba Madonna en su video Bedtime stories para estar a la altura. Ha comprado un ponqué igual al que Katy Perry intentó destruir en un concierto —y sobre el que se fue de bruces y casi se descalabra— y ha encendido quince chispitas mariposas para iluminar a esos 15 jóvenes líderes que están creando opciones desde diferentes ámbitos para abrir nuevos caminos.
El show central de esta pomposa edición de 15 años es la joven Ana Wills, que coqueta se subirá a un ring con unos guantes de boxeo para dar cuenta de los valores que sacuden a esta generación que ni desencantada ni del todo optimista cree en el rock, el arte, la música y el arte como lugares de producción de una nueva realidad. A las páginas, vestidos de esmoquin y tenis blancos, llegarán Antanas Mockus, Hollman Morris, Gustavo Gómez y otras personalidades que ante tanta juventud suspirarán con nostalgia y recordarán lo que durante estos 15 años de vida (1995-2010) ha acontecido en Colombia.
La banda de punk Tr3s de Corazón, el reguetonero J Balvin y Matisyahu, el de los churumbelos judíos, cantarán casi con algarabía para crean una sinfonía de ritmos que hablarán, como Shock siempre lo ha promulgado, de tolerancia y respeto. Pero lo mejor de esta parranda hecha revista es que hay forma de colarse, porque usted será el invitado.
Desde 1995, un grupo de visionarios se les ocurrió que era hora de que una publicación nacional y seria se ocupara de los temas de los jóvenes. Desde entonces la revista Shock ha sido la abanderada de esas luchas invisibles para los medios más tradicionales, esos discursos incomprensibles para el trabado lenguaje de los noticieros y les ha dado un lugar a los jóvenes diferente al de las revueltas y la rebeldía.
“Cuando surgió la idea de hacer una revista que tuviera como eje central la música, las tendencias y contraculturas juveniles, muchos la tacharon de idea descabellada, pero estos 15 años son una cachetada a aquellos que no creyeron en los jóvenes como un público objetivo y son un triunfo para un equipo que ha sabido ser testigo de los cambios generacionales”, asegura Mariangela Rubinni, la directora de la revista desde hace 10 años y quien reemplazó a Isabella Santodomingo, cinco años después de ser creada la revista.
Shock apareció en escena para cumplir una función que hasta entonces nadie había siquiera considerado importante: visibilizar esos miles de bandas que entre destartalados garajes y a lo largo de toda Colombia estaban viendo la música como una opción para salir de la estrechez de sus mundos inmediatos. “Un semillero de talentos, en eso nos fuimos convirtiendo y nos consolidamos en esa función con los Premios Shock y la Vuelta a Rockombia que ha puesto en vivo a más de mil bandas nacionales de los lugares más recónditos de nuestra geografía”, explica por su parte Sofía Sánchez una de las más antiguas del equipo.
Es así como Shock fue la primera revista del mundo en tener en portada a Shakira y a Juanes, para entonces tímidos talentos por los que la revista apostó. Fue también una de las primeras atrevidas en hablar abiertamente y sin censura sobre la bisexualidad, sobre el polémico portal Suicide Girls y otra tonelada de temas que desde la tradicionalidad de otros medios eran inadmisibles. El rock, el pop, las reinas del entretenimiento como Madonna, Britney Spears y Lady Gaga han colonizado sus portadas, mientras los grandes personajes que protagonizan las películas de Hollywood, después de ser entrevistados de forma exclusiva para Colombia, se han dejado tomar una foto echándole una hojeada a la revista.
Como es costumbre, cada año esta publicación hace una edición especial que ha sido bautizada no sin polémicas y amenazas de excomunión: la Biblia Shock. Este año la Biblia celebra por partida doble y por eso, para cantarle el Happy Birthady a sus quince, Shock hace un rediseño y provoca un sacudón para que nuevos discursos y otras ideas inunden la revista.
“En esta edición especial que desde hoy circula en las tiendas, no sólo hicimos un recuento de lo que ha sucedido durante esta década y media, sino que hicimos sobre todo una apuesta por el futuro, por echarle un vistazo a lo que se viene. Creemos que la revista tiene que estar comprometida con las luchas que van a mejorar este país, debe tener también un contenido más exigente para un público que lo reclama y una inmersión en temas que van desde el cuerpo, el consumo y la ciudadanía, hasta la televisión y la moda”, explica por su parte Nicolás Vallejo, el elemento creativo del equipo.
Cinco mil novecientos pesos (el precio de la revista) serán suficientes para hacer parte de esta celebración, que entre muchos ponches y unos cuantos giritos de cadera grita con potencia estomacal que los jóvenes en Colombia existen y existen para comprometerse y hacer cosas grandes.
Shock cumple 15 años y ha sacado un publicación de lujo para celebrarlo. Se ha puesto un vestido rosa de tul, unas medias agujereadas y unos coquetos taconcitos como los que usaba Madonna en su video Bedtime stories para estar a la altura. Ha comprado un ponqué igual al que Katy Perry intentó destruir en un concierto —y sobre el que se fue de bruces y casi se descalabra— y ha encendido quince chispitas mariposas para iluminar a esos 15 jóvenes líderes que están creando opciones desde diferentes ámbitos para abrir nuevos caminos.
El show central de esta pomposa edición de 15 años es la joven Ana Wills, que coqueta se subirá a un ring con unos guantes de boxeo para dar cuenta de los valores que sacuden a esta generación que ni desencantada ni del todo optimista cree en el rock, el arte, la música y el arte como lugares de producción de una nueva realidad. A las páginas, vestidos de esmoquin y tenis blancos, llegarán Antanas Mockus, Hollman Morris, Gustavo Gómez y otras personalidades que ante tanta juventud suspirarán con nostalgia y recordarán lo que durante estos 15 años de vida (1995-2010) ha acontecido en Colombia.
La banda de punk Tr3s de Corazón, el reguetonero J Balvin y Matisyahu, el de los churumbelos judíos, cantarán casi con algarabía para crean una sinfonía de ritmos que hablarán, como Shock siempre lo ha promulgado, de tolerancia y respeto. Pero lo mejor de esta parranda hecha revista es que hay forma de colarse, porque usted será el invitado.
Desde 1995, un grupo de visionarios se les ocurrió que era hora de que una publicación nacional y seria se ocupara de los temas de los jóvenes. Desde entonces la revista Shock ha sido la abanderada de esas luchas invisibles para los medios más tradicionales, esos discursos incomprensibles para el trabado lenguaje de los noticieros y les ha dado un lugar a los jóvenes diferente al de las revueltas y la rebeldía.
“Cuando surgió la idea de hacer una revista que tuviera como eje central la música, las tendencias y contraculturas juveniles, muchos la tacharon de idea descabellada, pero estos 15 años son una cachetada a aquellos que no creyeron en los jóvenes como un público objetivo y son un triunfo para un equipo que ha sabido ser testigo de los cambios generacionales”, asegura Mariangela Rubinni, la directora de la revista desde hace 10 años y quien reemplazó a Isabella Santodomingo, cinco años después de ser creada la revista.
Shock apareció en escena para cumplir una función que hasta entonces nadie había siquiera considerado importante: visibilizar esos miles de bandas que entre destartalados garajes y a lo largo de toda Colombia estaban viendo la música como una opción para salir de la estrechez de sus mundos inmediatos. “Un semillero de talentos, en eso nos fuimos convirtiendo y nos consolidamos en esa función con los Premios Shock y la Vuelta a Rockombia que ha puesto en vivo a más de mil bandas nacionales de los lugares más recónditos de nuestra geografía”, explica por su parte Sofía Sánchez una de las más antiguas del equipo.
Es así como Shock fue la primera revista del mundo en tener en portada a Shakira y a Juanes, para entonces tímidos talentos por los que la revista apostó. Fue también una de las primeras atrevidas en hablar abiertamente y sin censura sobre la bisexualidad, sobre el polémico portal Suicide Girls y otra tonelada de temas que desde la tradicionalidad de otros medios eran inadmisibles. El rock, el pop, las reinas del entretenimiento como Madonna, Britney Spears y Lady Gaga han colonizado sus portadas, mientras los grandes personajes que protagonizan las películas de Hollywood, después de ser entrevistados de forma exclusiva para Colombia, se han dejado tomar una foto echándole una hojeada a la revista.
Como es costumbre, cada año esta publicación hace una edición especial que ha sido bautizada no sin polémicas y amenazas de excomunión: la Biblia Shock. Este año la Biblia celebra por partida doble y por eso, para cantarle el Happy Birthady a sus quince, Shock hace un rediseño y provoca un sacudón para que nuevos discursos y otras ideas inunden la revista.
“En esta edición especial que desde hoy circula en las tiendas, no sólo hicimos un recuento de lo que ha sucedido durante esta década y media, sino que hicimos sobre todo una apuesta por el futuro, por echarle un vistazo a lo que se viene. Creemos que la revista tiene que estar comprometida con las luchas que van a mejorar este país, debe tener también un contenido más exigente para un público que lo reclama y una inmersión en temas que van desde el cuerpo, el consumo y la ciudadanía, hasta la televisión y la moda”, explica por su parte Nicolás Vallejo, el elemento creativo del equipo.
Cinco mil novecientos pesos (el precio de la revista) serán suficientes para hacer parte de esta celebración, que entre muchos ponches y unos cuantos giritos de cadera grita con potencia estomacal que los jóvenes en Colombia existen y existen para comprometerse y hacer cosas grandes.