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Las suculentas son algunas de las platas más comunes en las casas por razones que, aunque obvias, no dejan de ser importantes: son fáciles de cuidar, no ocupan mucho espacio y su gama de formas y texturas permite tener varias sin que la persona sienta que está arborizando por metros.
Además de esto, hay quienes creen que tienen propiedades energéticas bajo lecturas como las que hace el Feng Shui. Bajo esta mirada, se dice que las suculentas atraen riqueza y abundancia, además de equilibrar la energía de un hogar.
Si esto suena demasiado hippie o delirante para su gusto, también podemos optar por una opción tanto más racional y sencilla: las plantas, en general, y en este caso las suculentas, traen vida, color y dinamismo a una casa.
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Cuidados básicos para las suculentas
Las suculentas son plantas que, con alguna distancia, están emparentadas con los cactus. Por esto, su régimen de agua es bajo: una vez a la semana puede resultar suficiente. Hablamos acá de una regada no para encharcar la planta, sino más bien para mantener húmeda la tierra.
Aunque hay una gran variedad, las suculentas se caracterizan por ser plantas que, con mayor o menos efectividad, capturan humedad del ambiente. Y esto ya ofrece pistas para entender el cuidado que hay que tener con el agua.
Así mismo, se recomienda dirigir el riego hacia la tierra y el sustrato y no hacia las hojas. Como son aptas para capturar humedad del ambiente, mojar las hojas puede volverlas susceptibles a hongos o enfermedades por el exceso de agua.
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El cuidado con el agua se traduce también en una necesidad de que la matera en la que sean plantadas las suculentas tenga buen drenaje, para así evitar encharcamientos. Si no se cuenta con la posibilidad de desaguar, la recomendación es tener cuidado extra con las regadas.
De fondo, una suculenta puede sobrevivir mucho más tiempo sin mucha agua de lo que puede hacerlo cuando esta ecuación se invierte.
La relación de estas plantas con la luz es un poco similar a la que tienen con el agua: son plantas de luz, definitivamente, pero no son las mejores amigas del sol directo (a pesar de sus relaciones distantes con los cactus). En especial, las altas temperaturas pueden ser desastrosas para estas plantas.
Por ello, suelen ser preferidas como plantas de interiores. Su lugar se encuentra cerca a las ventanas, pero no necesariamente al rayo directo del sol. Sus formas variadas y pequeño tamaño las vuelve perfectas para decorar bibliotecas, estanterías o escritorios de oficinas en casa.