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                                                                                                                                Te amo, pero no quiero dormir contigo

                                                                                                                                Dormir separados es más común de lo que se piensa: una de cada cinco parejas duerme en habitaciones distintas, y casi dos tercios de estas personas duermen separadas todas las noches. ¿Estamos haciendo algo mal?

                                                                                                                                Ronda Kaysen / The New York Times

                                                                                                                                Encuestas señalan que cerca del 33% de parejas afirman tener una relación sin sexo.
                                                                                                                                Foto: Getty Images/iStockphoto - Irina Cheremisinova
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                “¿Hay algo malo en mí por querer esto?”, recuerda haber pensado Weisler, de 24 años. “Conoces a alguien, te enamoras y se van a vivir juntos. Y vivir juntos significa compartir habitación. Y así es la vida”.

                                                                                                                                📝 Sugerimos: Heridas sexuales, un problema invisible que puede llevar a la infelicidad

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Después de que Weisler le explicara cómo había llegado a valorar el espacio personal durante su estancia en el extranjero, a Dates le pareció bien la idea. Y en septiembre, la pareja se mudó a un departamento de cuatro dormitorios en Brooklyn, que comparte con dos compañeros de piso. Cada uno tiene su propia habitación.

                                                                                                                                Dormir separados es más común de lo que se piensa: una de cada cinco parejas duerme en habitaciones distintas, y casi dos tercios de estas personas duermen separadas todas las noches, según una encuesta realizada en enero a 2200 estadounidenses por la International Housewares Association para The New York Times. Y los diseñadores de interiores han reconfigurado las casas para transformar dormitorios separados en dormitorios contiguos, un arreglo que las parejas piden cada vez más, según los diseñadores, quienes han observado un aumento de las peticiones de parejas que duermen separadas y quieren que una habitación secundaria esté tan cuidadosamente decorada como la principal.

                                                                                                                                Le puede interesar: ¿Tienen los hombres un punto G?

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                                                                                                                                Quizá estas parejas hayan encontrado el secreto de la felicidad doméstica: una habitación propia. Todo el mundo duerme mejor, sin que le molesten los ronquidos incesantes de su pareja, su afición a robar mantas o su devoción por revisar TikTok hasta altas horas de la noche.

                                                                                                                                Además, si añades un poco de espacio, tendrás sitio para más pasión.

                                                                                                                                ‘Una muy ligera señal de alerta’

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Los terapeutas sexuales y los consejeros matrimoniales tienen sus dudas. A Katherine Hertlein, profesora del Programa de Terapia Familiar y de Pareja de la Universidad de Nevada en Las Vegas, le preocupa la motivación que hay detrás de la decisión de dormir en habitaciones separadas. ¿Se debe realmente a que la pareja se mueve mucho al dormir? ¿O es una excusa para evitar hablar de problemas mayores en casa? ¿O una forma no conflictiva de escapar de una pareja infeliz? “¿Qué pretendes no saber?”, se preguntó. “Hay gente que me dice cosas como esta: ‘Me mudé a ese otro dormitorio por mi espalda’, y yo digo: ‘¿En serio? ¿De verdad?’”.

                                                                                                                                Cinco formas de romper la rutina sexual | Del 1 al 5 | El Espectador
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                “Para mí, se trata de una muy ligera señal de alerta”, explicó Cheryl Fraser, psicóloga clínica, terapeuta sexual y autora de “Buddha’s bedroom”. “La línea entre la soledad saludable y un poco de distancia es muy delgada”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En sus encuestas a 3000 parejas en relaciones duraderas, Fraser ha descubierto que cerca del 33 y el 40 por ciento afirman tener una relación sin sexo, definida clínicamente como mantener relaciones sexuales juntos no más de seis veces al año. Si se suprimen los momentos de intimidad en la cama compartida, el sexo también desaparece. “Cuando se duerme en la misma cama, el sexo es algo natural”, aseguró. “Nos casamos por amor y por eso queremos estar en la misma cama y tener sexo el uno con el otro”.

                                                                                                                                Pero según la International Housewares Association, el 31 por ciento de las parejas encuestadas que afirmaron dormir separadas declararon que ese arreglo no tuvo ninguna repercusión en su relación, y el 21 por ciento señaló que su relación mejoró gracias a eso. (Es cierto que la mitad restante de los encuestados no veían el arreglo de forma tan positiva).

                                                                                                                                Diseñando una habitación propia

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Rich Newhart dice que se siente más cerca de su mujer —y con más ganas de intimar con ella— porque tienen sus propias habitaciones en su casa del condado de Burlington, al sur de Nueva Jersey.

                                                                                                                                📌Le puede interesar: ¿Aumentó la actividad sexual en cuarentena?

                                                                                                                                “Ya no tienes que buscar la manera de separarte de tu familia y pasar tiempo a solas”, afirmó Newhart, de 31 años, que trabaja en una compañía de seguros médicos.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La pareja empezó a dormir separada al principio de la pandemia, cuando vivían juntos las 24 horas del día en una casa de Houston de planta abierta. Todo ese tiempo en familia era más de lo que su mujer, Cara Newhart, podía soportar.

                                                                                                                                Cara Newhart, de 30 años, se mudó a una habitación de invitados.

                                                                                                                                “Soy introvertida y necesito tiempo a solas para recargar energía”, relató la diseñadora de interiores y presentadora de un pódcast llamado “Make Space”.

                                                                                                                                Una vez hecha la mudanza, le encantó. Se dio cuenta de lo que se perdía, ya que únicamente había vivido sola un tiempo en la universidad y se había vuelto madre a los 24 años.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Con su propia habitación, tuvo la oportunidad de expresarse. “Tuvimos que lanzarnos a ser padres; los dos nos perdimos. A medida que nuestra hija crece, resurgimos y nos preguntamos: ‘¿Cuáles son mis aficiones? ¿Quién soy?’”, opinó Cara Newhart. “Tener un espacio físico para ese proceso nos ha ayudado mucho. No tenemos la sensación de estar pegados a alguien”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El pasado junio, la pareja decidió hacer permanente su manera de dormir en Texas cuando se mudaron a una casa de tres habitaciones en Nueva Jersey. Cara Newhart diseñó su habitación con tonos naranja quemado y azul marino, madera clara y natural, y una atrevida pared estampada detrás de la cama. La habitación de Rich Newhart la diseñó con azules fríos, grises y tonos de madera más oscuros. Su hija de 6 años duerme al final del pasillo. “Quiero que mi espacio se parezca a mi personalidad, y eso es muy importante para mí”, aseguró. “Quería una habitación en la que no mezcláramos nuestros estilos de diseño”.

                                                                                                                                ‘Él prefiere su habitación y yo prefiero la mía’

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En los trece años que Laura Perna y Geoffrey Glass llevan juntos, la pareja nunca ha compartido dormitorio. Viven en una casa de cuatro dormitorios que comparten con un compañero de piso en Austin, Texas. A Perna, de 40 años, directora de comunicaciones de una organización de defensa de los derechos de los discapacitados, le gusta tener un espacio propio, limpio y ordenado. Y Glass, técnico veterinario del refugio de animales de la ciudad de Austin, prefiere su espacio lleno de cosas y acogedor. “Él prefiere su habitación y yo la mía, pero lo importante es que estemos el uno con el otro”, aclaró Perna.

                                                                                                                                De vez en cuando, pasan una noche entera juntos, como cuando ven una película de miedo, o en momentos en los que necesitan consuelo, como tras la muerte de uno de sus gatos hace un año. “Hay momentos en los que dormimos juntos como apoyo emocional”, reveló Glass, de 47 años. “A menudo es algo de lo que ni siquiera hablamos. Si estamos pasando por un mal momento, a menudo es lo que hacemos”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Como muchas parejas entrevistadas para este artículo, Glass no veía el sexo y el sueño como dos actividades necesariamente relacionadas. “En cuanto a coquetear, abrazarse y besarse, lo hacemos bastante, y eso es muy espontáneo”, comentó Glass. “Pero, normalmente, si nos vamos juntos al cuarto, es algo aparte y hay un aspecto más deliberado en ese nivel de intimidad”.

                                                                                                                                Ermelinda y Jay Wood llevan 40 años casados. Durante los últimos veinte, han dormido en habitaciones separadas porque Jay Wood ronca fuerte y le amontona a su mujer todas sus almohadas. Ermelinda Wood no lo tolera.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                “Hay que ser práctico con el matrimonio si quieres seguir casado”, sugirió Ermelinda Wood, de 67 años, que vive con su marido, de 66, en un departamento de dos dormitorios en Pacifica, California, una ciudad costera al sur de San Francisco. “Tienes que entender que no siempre vas a estar de acuerdo y no siempre vas a estar cariñoso”.

                                                                                                                                Pero a Ermelinda Wood le preocupa el estigma social asociado a que una pareja duerma separada. (Cuando su madre aún vivía, solía regañarla por eso hasta que una vez oyó roncar a Jay Wood. Entonces cedió).

                                                                                                                                “Es casi como un secreto sucio”, comentó Ermelinda Wood. Le preocupa que si contara a sus amigos cómo viven, ella y su marido serían juzgados por romper una regla cardinal del matrimonio: los casados duermen juntos.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Pero Ermelinda Wood ha llegado a apreciar tener su propia habitación, y empieza a preguntarse si es un espacio al que renunciaría en cualquier circunstancia. “¿Por qué esperar a que alguien muera para dormir bien?”, dice, y añade: “Quizá la pregunta sea esta: ¿qué es un dormitorio? ¿Es un espacio para tener sexo? ¿Es un lugar para leer un libro? Para mí, el dormitorio siempre ha sido el lugar donde voy a rejuvenecer y dormir”.

                                                                                                                                Y a veces, es mejor dormir solo.

                                                                                                                                Encuestas señalan que cerca del 33% de parejas afirman tener una relación sin sexo.
                                                                                                                                Foto: Getty Images/iStockphoto - Irina Cheremisinova
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                “¿Hay algo malo en mí por querer esto?”, recuerda haber pensado Weisler, de 24 años. “Conoces a alguien, te enamoras y se van a vivir juntos. Y vivir juntos significa compartir habitación. Y así es la vida”.

                                                                                                                                📝 Sugerimos: Heridas sexuales, un problema invisible que puede llevar a la infelicidad

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Después de que Weisler le explicara cómo había llegado a valorar el espacio personal durante su estancia en el extranjero, a Dates le pareció bien la idea. Y en septiembre, la pareja se mudó a un departamento de cuatro dormitorios en Brooklyn, que comparte con dos compañeros de piso. Cada uno tiene su propia habitación.

                                                                                                                                Dormir separados es más común de lo que se piensa: una de cada cinco parejas duerme en habitaciones distintas, y casi dos tercios de estas personas duermen separadas todas las noches, según una encuesta realizada en enero a 2200 estadounidenses por la International Housewares Association para The New York Times. Y los diseñadores de interiores han reconfigurado las casas para transformar dormitorios separados en dormitorios contiguos, un arreglo que las parejas piden cada vez más, según los diseñadores, quienes han observado un aumento de las peticiones de parejas que duermen separadas y quieren que una habitación secundaria esté tan cuidadosamente decorada como la principal.

                                                                                                                                Le puede interesar: ¿Tienen los hombres un punto G?

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                                                                                                                                Además, si añades un poco de espacio, tendrás sitio para más pasión.

                                                                                                                                ‘Una muy ligera señal de alerta’

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Los terapeutas sexuales y los consejeros matrimoniales tienen sus dudas. A Katherine Hertlein, profesora del Programa de Terapia Familiar y de Pareja de la Universidad de Nevada en Las Vegas, le preocupa la motivación que hay detrás de la decisión de dormir en habitaciones separadas. ¿Se debe realmente a que la pareja se mueve mucho al dormir? ¿O es una excusa para evitar hablar de problemas mayores en casa? ¿O una forma no conflictiva de escapar de una pareja infeliz? “¿Qué pretendes no saber?”, se preguntó. “Hay gente que me dice cosas como esta: ‘Me mudé a ese otro dormitorio por mi espalda’, y yo digo: ‘¿En serio? ¿De verdad?’”.

                                                                                                                                Cinco formas de romper la rutina sexual | Del 1 al 5 | El Espectador
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                “Para mí, se trata de una muy ligera señal de alerta”, explicó Cheryl Fraser, psicóloga clínica, terapeuta sexual y autora de “Buddha’s bedroom”. “La línea entre la soledad saludable y un poco de distancia es muy delgada”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En sus encuestas a 3000 parejas en relaciones duraderas, Fraser ha descubierto que cerca del 33 y el 40 por ciento afirman tener una relación sin sexo, definida clínicamente como mantener relaciones sexuales juntos no más de seis veces al año. Si se suprimen los momentos de intimidad en la cama compartida, el sexo también desaparece. “Cuando se duerme en la misma cama, el sexo es algo natural”, aseguró. “Nos casamos por amor y por eso queremos estar en la misma cama y tener sexo el uno con el otro”.

                                                                                                                                Pero según la International Housewares Association, el 31 por ciento de las parejas encuestadas que afirmaron dormir separadas declararon que ese arreglo no tuvo ninguna repercusión en su relación, y el 21 por ciento señaló que su relación mejoró gracias a eso. (Es cierto que la mitad restante de los encuestados no veían el arreglo de forma tan positiva).

                                                                                                                                Diseñando una habitación propia

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Rich Newhart dice que se siente más cerca de su mujer —y con más ganas de intimar con ella— porque tienen sus propias habitaciones en su casa del condado de Burlington, al sur de Nueva Jersey.

                                                                                                                                📌Le puede interesar: ¿Aumentó la actividad sexual en cuarentena?

                                                                                                                                “Ya no tienes que buscar la manera de separarte de tu familia y pasar tiempo a solas”, afirmó Newhart, de 31 años, que trabaja en una compañía de seguros médicos.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La pareja empezó a dormir separada al principio de la pandemia, cuando vivían juntos las 24 horas del día en una casa de Houston de planta abierta. Todo ese tiempo en familia era más de lo que su mujer, Cara Newhart, podía soportar.

                                                                                                                                Cara Newhart, de 30 años, se mudó a una habitación de invitados.

                                                                                                                                “Soy introvertida y necesito tiempo a solas para recargar energía”, relató la diseñadora de interiores y presentadora de un pódcast llamado “Make Space”.

                                                                                                                                Una vez hecha la mudanza, le encantó. Se dio cuenta de lo que se perdía, ya que únicamente había vivido sola un tiempo en la universidad y se había vuelto madre a los 24 años.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Con su propia habitación, tuvo la oportunidad de expresarse. “Tuvimos que lanzarnos a ser padres; los dos nos perdimos. A medida que nuestra hija crece, resurgimos y nos preguntamos: ‘¿Cuáles son mis aficiones? ¿Quién soy?’”, opinó Cara Newhart. “Tener un espacio físico para ese proceso nos ha ayudado mucho. No tenemos la sensación de estar pegados a alguien”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El pasado junio, la pareja decidió hacer permanente su manera de dormir en Texas cuando se mudaron a una casa de tres habitaciones en Nueva Jersey. Cara Newhart diseñó su habitación con tonos naranja quemado y azul marino, madera clara y natural, y una atrevida pared estampada detrás de la cama. La habitación de Rich Newhart la diseñó con azules fríos, grises y tonos de madera más oscuros. Su hija de 6 años duerme al final del pasillo. “Quiero que mi espacio se parezca a mi personalidad, y eso es muy importante para mí”, aseguró. “Quería una habitación en la que no mezcláramos nuestros estilos de diseño”.

                                                                                                                                ‘Él prefiere su habitación y yo prefiero la mía’

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En los trece años que Laura Perna y Geoffrey Glass llevan juntos, la pareja nunca ha compartido dormitorio. Viven en una casa de cuatro dormitorios que comparten con un compañero de piso en Austin, Texas. A Perna, de 40 años, directora de comunicaciones de una organización de defensa de los derechos de los discapacitados, le gusta tener un espacio propio, limpio y ordenado. Y Glass, técnico veterinario del refugio de animales de la ciudad de Austin, prefiere su espacio lleno de cosas y acogedor. “Él prefiere su habitación y yo la mía, pero lo importante es que estemos el uno con el otro”, aclaró Perna.

                                                                                                                                De vez en cuando, pasan una noche entera juntos, como cuando ven una película de miedo, o en momentos en los que necesitan consuelo, como tras la muerte de uno de sus gatos hace un año. “Hay momentos en los que dormimos juntos como apoyo emocional”, reveló Glass, de 47 años. “A menudo es algo de lo que ni siquiera hablamos. Si estamos pasando por un mal momento, a menudo es lo que hacemos”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Como muchas parejas entrevistadas para este artículo, Glass no veía el sexo y el sueño como dos actividades necesariamente relacionadas. “En cuanto a coquetear, abrazarse y besarse, lo hacemos bastante, y eso es muy espontáneo”, comentó Glass. “Pero, normalmente, si nos vamos juntos al cuarto, es algo aparte y hay un aspecto más deliberado en ese nivel de intimidad”.

                                                                                                                                Ermelinda y Jay Wood llevan 40 años casados. Durante los últimos veinte, han dormido en habitaciones separadas porque Jay Wood ronca fuerte y le amontona a su mujer todas sus almohadas. Ermelinda Wood no lo tolera.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                “Hay que ser práctico con el matrimonio si quieres seguir casado”, sugirió Ermelinda Wood, de 67 años, que vive con su marido, de 66, en un departamento de dos dormitorios en Pacifica, California, una ciudad costera al sur de San Francisco. “Tienes que entender que no siempre vas a estar de acuerdo y no siempre vas a estar cariñoso”.

                                                                                                                                Pero a Ermelinda Wood le preocupa el estigma social asociado a que una pareja duerma separada. (Cuando su madre aún vivía, solía regañarla por eso hasta que una vez oyó roncar a Jay Wood. Entonces cedió).

                                                                                                                                “Es casi como un secreto sucio”, comentó Ermelinda Wood. Le preocupa que si contara a sus amigos cómo viven, ella y su marido serían juzgados por romper una regla cardinal del matrimonio: los casados duermen juntos.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Pero Ermelinda Wood ha llegado a apreciar tener su propia habitación, y empieza a preguntarse si es un espacio al que renunciaría en cualquier circunstancia. “¿Por qué esperar a que alguien muera para dormir bien?”, dice, y añade: “Quizá la pregunta sea esta: ¿qué es un dormitorio? ¿Es un espacio para tener sexo? ¿Es un lugar para leer un libro? Para mí, el dormitorio siempre ha sido el lugar donde voy a rejuvenecer y dormir”.

                                                                                                                                Y a veces, es mejor dormir solo.

                                                                                                                                Por Ronda Kaysen / The New York Times

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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