Una lección para todos
Habla la universitaria que hace dos semanas sorprendió al país cuando le dijo en su cara al Presidente de la República: “usted tiene huevo”.Manuel Solórzano, psicólogo especialista en procesos de construcción de confianza, analiza la situación.
Cecilia Orozco Tascón / Especial para El Espectador
Explica en qué consiste el movimiento estudiantil que se denomina de esa manera. Manuel Solórzano, psicólogo especialista en procesos de construcción de confianza, analiza la situación, la conducta de Liliana Pardo y la reacción de Álvaro Uribe. Y concluye con la importancia de las expresiones no convencionales de protesta pacífica.
Estudiante Liliana Pardo
“Puse dos huevitos en mi maleta, por si las moscas”
Cecilia Orozco Tascón.- Usted sorprendió al país entregándole un huevo al Presidente. ¿Planeó con anticipación lo que iba a hacer?
Estudiante Liliana Pardo.- El foro al que fue el Presidente era parte de mi formación profesional, porque el tema era de responsabilidad social empresarial. Cuando leí la programación, me di cuenta de que tenía la posibilidad de estar cerca de él. Puse dos huevitos en mi maleta, por si las moscas. No estaban de más.
C.O.T.- ¿Cómo hizo para que los escoltas le permitieran subir a la tarima del Presidente?
L.P.- Se hizo totalmente sobre la marcha. El foro fue muy largo y hubo varias intervenciones antes de la del Presidente. Mientras hablaban los conferencistas, yo charlaba (por internet) con amigos que se encontraban en distintas ciudades del país sobre cómo iba a hacerlo. Se dio la oportunidad de que él armó su circo de consejo comunitario. Me levanté, pedí la palabra y le dije que si me permitía entregarle un regalo. El Presidente accedió. Me autorizaron a subir a la tarima. Él se dio cuenta de que llevaba un huevo cuando iba subiendo las escaleras y me preguntó: “¿Trae un huevo?”. Y le dije: “Sí, Presidente, de parte del movimiento Tienen Huevo, porque usted tiene huevo y está bien merecido”. En ese momento empezamos un diálogo de casi veinte minutos durante los cuales intercambiamos ideas frente a la percepción que él tiene del país y la percepción que tenemos los colombianos en la realidad, es decir, que este país anda mal.
C.O.T.- ¿No le llamó la atención la actitud del Presidente? Se lo pregunto porque aunque él estalla con mucha frecuencia, con usted no actuó así.
L.P.- La experiencia le ha enseñado calma y tranquilidad y un manejo muy oportuno de los medios. Se vio la ‘cancha’ tan grande que tiene en su reacción, pero también tuvo un gesto malintencionado al final: con una mano me estrujaba y con la otra ofrecía muy amablemente un saludo hipócrita porque era a la fuerza y no se lo había ganado con respeto.
C.O.T.- ¿Por qué dice que la agredió? El video dice todo lo contrario: era un gesto amable.
L.P.- Fueron reacciones de instantes. Estás ahí, parada, tratando de bajar en medio de un cerco de seguridad. Lo que hizo el Presidente se nota, si se mira en detalle el video. Se puede observar al final una sacudida que me hizo con una mano mientras me ofrecía la otra con amabilidad. Es decir, actuó como gobierna al país.
C.O.T.- Incluso si eso fuera cierto, ¿un movimiento de jóvenes universitarios no debería dar, más bien, lecciones de tolerancia?
L.P.- Claro que sí. Por eso todo el acto ocurrió dentro de la tolerancia. Accedí al recinto en forma pacífica; le entregué un huevo al Presidente de manera simbólica y no violenta. Por el contrario, lo hice con toda cortesía. Creo que ese fue el mensaje que transmitimos.
C.O.T.- No corresponder el gesto de estrecharse las manos, ¿no era agresivo?
L.P.- No. Realmente lo que pasó por mi mente fue que me estaba obligando a saludarlo. Debe ser que está acostumbrado a obtener todo a la fuerza.
C.O.T.- ¿Otros miembros del movimiento han realizado actos similares con personajes públicos?
L.P.- Sí. La primera vez fue en 2002. Se entró al Congreso con unos avioncitos que representaban la fuerza aérea ‘pollítica’. En 2007 se ingresó cuando el ministro Santos estaba hablando en el debate de las chuzadas (del DAS) y se le pusieron dos huevitos. Uno de ellos encima de los papeles de su discurso. Se lo merecía porque realmente tenía mucho huevo con las explicaciones que estaba dando y porque en ese entonces, como ahora, buscaba una candidatura presidencial. En otra ocasión quisimos entrar al recinto, pero no tuvimos suerte y nos retuvieron unas horas. Y se logró un golpe nacional hace poco, cuando un estudiante le puso un huevo en la cabeza a José Obdulio Gaviria.
C.O.T.- ¿Ese estudiante era parte de su movimiento?
L.P.- Formalmente no, pero aparecen miembros de Tienen Huevo en cada sitio donde te den la oportunidad. Tenemos a varios congresistas en fila y a muchos otros candidatos a ganarse un huevo.
C.O.T.- ¿Qué pasó en su web después de que usted le entregó el huevo al Presidente?
L.P.- Las visitas aumentaron muchísimo. En Google tuvimos casi 19 mil entradas. En Facebook ocurrió un fenómeno con el grupo que se llama ‘Uribe: tiene huevo’. En este momento cuenta con 3 mil 728 miembros.
C.O.T.- Supongo que también se ha provocado el efecto contrario: mensajes agresivos.
L.P.- Sí, hay bastantes. También se creó un grupo en contra del acto. No entendemos cómo se indignan por gestos como el de la negativa a saludar a la fuerza y no se conmueven por lo que diariamente pasa aquí con los falsos positivos, las masacres, o la caída de la ley de víctimas.
C.O.T.- ¿Cómo se vinculó usted al movimiento?
L.P.- Tienen Huevo inició en 2004 una publicación escrita. Cuando vi la revista, busqué al grupo que la estaba haciendo y decidí vincularme a él. Empezamos a trabajar en las universidades y en otros escenarios juveniles y nos dimos cuenta de que todos teníamos un sentimiento similar: contar con una expresión de humor político y de ironía que cause efectos y pueda formar una opinión que sea tenida en cuenta, lo que es muy difícil para la mayoría de colombianos.
C.O.T.- ¿Qué tipo de organización tienen?
L.P.- Somos un colectivo joven que funciona por internet. Nuestro movimiento está en distintas espacios del país donde tenemos nidos. Mantenemos comunicación permanente a través de la página web y vía telefónica y no hay una estructura organizativa fija y vertical, como suelen tenerla las organizaciones tradicionales, pero nos cohesiona la indignación que nos produce lo que sucede en Colombia.
C.O.T.- Según ustedes, ¿quiénes tendrían huevo y quiénes no lo tendrían?
L.P.- Hay muchas personas que están trabajando seria y honestamente. Desayunamos con ellas todos los días. Ellos no tienen huevo. Pero si nos fijamos en las figuras públicas que nos representan desde el poder, encontramos a los que sí son merecedores de un huevo, porque este país está mal y hay muchas cosas que están fallando.
Manifestantes en red
Cecilia Orozco T.– ¿En qué consiste el movimiento Tienen Huevo?
Liliana Pardo.– Es un movimiento de opinión que busca interpretar y expresar la indignación que nos causan las atrocidades que ocurren en nuestro país.
C.O.T.– ¿Quiénes forman parte de éste y cuándo se inició?
L.P.– Nació en 2001 en Cali, en el periódico universitario El Grafito. Lo conformamos estudiantes de distintas ciudades.
C.O.T.– ¿Cuántos son los miembros?
L.P.– No se puede hablar de un número exacto porque nos movemos a través de la red. Por ejemplo, en Facebook, el grupo ‘Uribe: tiene huevo’ cuenta con 3.347 miembros, a la fecha de esta entrevista. Y tenemos puntos de concentración (digital) de miembros en Nariño, Valle, costa Atlántica, costa Pacífica y centro del país.
C.O.T.– ¿Cuál es la razón de su existencia y de su nombre?
L.P.– Se buscó montar un movimiento nacional denominado Tienen Huevo, para que fuera la expresión de gente del común que pide a gritos que la dejen protestar por lo que está pasando en Colombia.
C.O.T.– ¿Cómo les explican a sus amigos de otros países lo que significa esa expresión?
L.P.– Les decimos que en Colombia es una voz de indignación, descontento y desprecio. Y que en plural, también puede significar verraquera, energía y fuerza interna.
Para ver la entrevista al Psicólogo Manuel Solórzano, haga clic AQUÍ
Para ver el articulo El huevo no es casualidad, haga clic AQUÍ
Explica en qué consiste el movimiento estudiantil que se denomina de esa manera. Manuel Solórzano, psicólogo especialista en procesos de construcción de confianza, analiza la situación, la conducta de Liliana Pardo y la reacción de Álvaro Uribe. Y concluye con la importancia de las expresiones no convencionales de protesta pacífica.
Estudiante Liliana Pardo
“Puse dos huevitos en mi maleta, por si las moscas”
Cecilia Orozco Tascón.- Usted sorprendió al país entregándole un huevo al Presidente. ¿Planeó con anticipación lo que iba a hacer?
Estudiante Liliana Pardo.- El foro al que fue el Presidente era parte de mi formación profesional, porque el tema era de responsabilidad social empresarial. Cuando leí la programación, me di cuenta de que tenía la posibilidad de estar cerca de él. Puse dos huevitos en mi maleta, por si las moscas. No estaban de más.
C.O.T.- ¿Cómo hizo para que los escoltas le permitieran subir a la tarima del Presidente?
L.P.- Se hizo totalmente sobre la marcha. El foro fue muy largo y hubo varias intervenciones antes de la del Presidente. Mientras hablaban los conferencistas, yo charlaba (por internet) con amigos que se encontraban en distintas ciudades del país sobre cómo iba a hacerlo. Se dio la oportunidad de que él armó su circo de consejo comunitario. Me levanté, pedí la palabra y le dije que si me permitía entregarle un regalo. El Presidente accedió. Me autorizaron a subir a la tarima. Él se dio cuenta de que llevaba un huevo cuando iba subiendo las escaleras y me preguntó: “¿Trae un huevo?”. Y le dije: “Sí, Presidente, de parte del movimiento Tienen Huevo, porque usted tiene huevo y está bien merecido”. En ese momento empezamos un diálogo de casi veinte minutos durante los cuales intercambiamos ideas frente a la percepción que él tiene del país y la percepción que tenemos los colombianos en la realidad, es decir, que este país anda mal.
C.O.T.- ¿No le llamó la atención la actitud del Presidente? Se lo pregunto porque aunque él estalla con mucha frecuencia, con usted no actuó así.
L.P.- La experiencia le ha enseñado calma y tranquilidad y un manejo muy oportuno de los medios. Se vio la ‘cancha’ tan grande que tiene en su reacción, pero también tuvo un gesto malintencionado al final: con una mano me estrujaba y con la otra ofrecía muy amablemente un saludo hipócrita porque era a la fuerza y no se lo había ganado con respeto.
C.O.T.- ¿Por qué dice que la agredió? El video dice todo lo contrario: era un gesto amable.
L.P.- Fueron reacciones de instantes. Estás ahí, parada, tratando de bajar en medio de un cerco de seguridad. Lo que hizo el Presidente se nota, si se mira en detalle el video. Se puede observar al final una sacudida que me hizo con una mano mientras me ofrecía la otra con amabilidad. Es decir, actuó como gobierna al país.
C.O.T.- Incluso si eso fuera cierto, ¿un movimiento de jóvenes universitarios no debería dar, más bien, lecciones de tolerancia?
L.P.- Claro que sí. Por eso todo el acto ocurrió dentro de la tolerancia. Accedí al recinto en forma pacífica; le entregué un huevo al Presidente de manera simbólica y no violenta. Por el contrario, lo hice con toda cortesía. Creo que ese fue el mensaje que transmitimos.
C.O.T.- No corresponder el gesto de estrecharse las manos, ¿no era agresivo?
L.P.- No. Realmente lo que pasó por mi mente fue que me estaba obligando a saludarlo. Debe ser que está acostumbrado a obtener todo a la fuerza.
C.O.T.- ¿Otros miembros del movimiento han realizado actos similares con personajes públicos?
L.P.- Sí. La primera vez fue en 2002. Se entró al Congreso con unos avioncitos que representaban la fuerza aérea ‘pollítica’. En 2007 se ingresó cuando el ministro Santos estaba hablando en el debate de las chuzadas (del DAS) y se le pusieron dos huevitos. Uno de ellos encima de los papeles de su discurso. Se lo merecía porque realmente tenía mucho huevo con las explicaciones que estaba dando y porque en ese entonces, como ahora, buscaba una candidatura presidencial. En otra ocasión quisimos entrar al recinto, pero no tuvimos suerte y nos retuvieron unas horas. Y se logró un golpe nacional hace poco, cuando un estudiante le puso un huevo en la cabeza a José Obdulio Gaviria.
C.O.T.- ¿Ese estudiante era parte de su movimiento?
L.P.- Formalmente no, pero aparecen miembros de Tienen Huevo en cada sitio donde te den la oportunidad. Tenemos a varios congresistas en fila y a muchos otros candidatos a ganarse un huevo.
C.O.T.- ¿Qué pasó en su web después de que usted le entregó el huevo al Presidente?
L.P.- Las visitas aumentaron muchísimo. En Google tuvimos casi 19 mil entradas. En Facebook ocurrió un fenómeno con el grupo que se llama ‘Uribe: tiene huevo’. En este momento cuenta con 3 mil 728 miembros.
C.O.T.- Supongo que también se ha provocado el efecto contrario: mensajes agresivos.
L.P.- Sí, hay bastantes. También se creó un grupo en contra del acto. No entendemos cómo se indignan por gestos como el de la negativa a saludar a la fuerza y no se conmueven por lo que diariamente pasa aquí con los falsos positivos, las masacres, o la caída de la ley de víctimas.
C.O.T.- ¿Cómo se vinculó usted al movimiento?
L.P.- Tienen Huevo inició en 2004 una publicación escrita. Cuando vi la revista, busqué al grupo que la estaba haciendo y decidí vincularme a él. Empezamos a trabajar en las universidades y en otros escenarios juveniles y nos dimos cuenta de que todos teníamos un sentimiento similar: contar con una expresión de humor político y de ironía que cause efectos y pueda formar una opinión que sea tenida en cuenta, lo que es muy difícil para la mayoría de colombianos.
C.O.T.- ¿Qué tipo de organización tienen?
L.P.- Somos un colectivo joven que funciona por internet. Nuestro movimiento está en distintas espacios del país donde tenemos nidos. Mantenemos comunicación permanente a través de la página web y vía telefónica y no hay una estructura organizativa fija y vertical, como suelen tenerla las organizaciones tradicionales, pero nos cohesiona la indignación que nos produce lo que sucede en Colombia.
C.O.T.- Según ustedes, ¿quiénes tendrían huevo y quiénes no lo tendrían?
L.P.- Hay muchas personas que están trabajando seria y honestamente. Desayunamos con ellas todos los días. Ellos no tienen huevo. Pero si nos fijamos en las figuras públicas que nos representan desde el poder, encontramos a los que sí son merecedores de un huevo, porque este país está mal y hay muchas cosas que están fallando.
Manifestantes en red
Cecilia Orozco T.– ¿En qué consiste el movimiento Tienen Huevo?
Liliana Pardo.– Es un movimiento de opinión que busca interpretar y expresar la indignación que nos causan las atrocidades que ocurren en nuestro país.
C.O.T.– ¿Quiénes forman parte de éste y cuándo se inició?
L.P.– Nació en 2001 en Cali, en el periódico universitario El Grafito. Lo conformamos estudiantes de distintas ciudades.
C.O.T.– ¿Cuántos son los miembros?
L.P.– No se puede hablar de un número exacto porque nos movemos a través de la red. Por ejemplo, en Facebook, el grupo ‘Uribe: tiene huevo’ cuenta con 3.347 miembros, a la fecha de esta entrevista. Y tenemos puntos de concentración (digital) de miembros en Nariño, Valle, costa Atlántica, costa Pacífica y centro del país.
C.O.T.– ¿Cuál es la razón de su existencia y de su nombre?
L.P.– Se buscó montar un movimiento nacional denominado Tienen Huevo, para que fuera la expresión de gente del común que pide a gritos que la dejen protestar por lo que está pasando en Colombia.
C.O.T.– ¿Cómo les explican a sus amigos de otros países lo que significa esa expresión?
L.P.– Les decimos que en Colombia es una voz de indignación, descontento y desprecio. Y que en plural, también puede significar verraquera, energía y fuerza interna.
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