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Un nuevo estudio, publicado en la revista científica Plants People Planet, evaluó 881 especies de árboles nativos de los Estados Unidos continental. Esto quiere decir que se tuvieron en cuenta 49 de los 50 estados del país norteamericano. Hawái, por su particular flora, la evalúan por separado.
Los investigadores evaluaron el peligro de extinción de cada árbol según los criterios desarrollados por las organizaciones NatureServe y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Como resultado encontraron que los insectos invasores, los patógenos, el cambio climático, el desarrollo y otras amenazas, son reponsables de la posible extinción de entre el 11 y el 16% de los árboles, es decir, 135 especies nativas.
El número coincide con las estimaciones de extinción de otros grupos de flora y fauna, dijo Noah Greenwald, director de especies en peligro de extinción del Centro para la Diversidad Biológica de Tucson (Arizona) a la revista Nature. Esa organización, dice el mismo medio, informó a principios de este año que uno de cada cinco reptiles del mundo está amenazado.
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Dentro del grupo de los responsables, resaltan los insectos y patógenos invasores. “Casi la mitad de las especies de fresnos, por ejemplo, están amenazadas por el barrenador esmeralda del fresno (Agrilus planipennis), un escarabajo que llegó de Asia hace unas dos décadas y se ha extendido por medio continente. Las especies de castaños, abetos, pinos y laureles también se enfrentan a plagas mortales”, explican en el artículo. La segunda amenaza más fuerte para los árboles en Estados Unidos es el cambio climático.
“Son muchas especies”, le dijo Murphy Westwood, vicepresidenta de ciencia y conservación en Morton Arboretum y autora principal del estudio a la revista Nature.
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Una de las especies más afectadas es el Quercus tardifolia o la carrasca. Según los investigadores solo queda un individuo conocido en la naturaleza en todo el país, en el Parque Nacional Big Bend de Texas. Sin embargo, aunque este árbol está prácticamente condenado a la extinción, otras especies podrían salvarse si las autoridades tomas acciones importantes, pero hasta en eso pueden haber obstáculos.
Algo que le preocupa a los investigadores es que no todas las especies, que identificaron en el nuevo estudio, calificarán para la protección federal porque el gobierno utiliza criterios diferentes a los de la a UICN y NatureServe. De hecho Greenwald descubrió que, incluso las que podrían entrar en la lista de “protegidas”, tardarían en promedio 12,1 años en entrar a la lista.
De todas formas, Westwood aseguró que Estados Unidos tiene la riqueza y la experiencia para salvar al menos algunos de sus árboles amenazados. “Podemos hacer una diferencia. Tenemos que intentar”, dijo.
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