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Hemos visto como en los últimos años han incrementado los países que registran constantes inundaciones o deslizamientos de tierra; en otros las lluvias se han vuelto cada vez más intensas; o en otros las nevadas han sido extremas. Y aunque siempre hemos sabido que estos eventos son provocados por el cambio climático, muy poco se conocía de la influencia de la actividad humana en ellos. (Lea: ¿Qué papel juega la justicia en la lucha contra el cambio climático en el mundo?)
Para determinar si la actividad humana - como las emisiones de gases de efecto invernadero y el cambio de uso de la tierra - fueron un factor clave en los eventos de precipitación extrema, un grupo de investigadores de la Universidad de California, en Los Ángeles, observaron registros climáticos globales para poder examinar si la influencia antropogénica, que son los cambios en el clima inducidos por el hombre, había afectado o no las precipitaciones extremas.
Luego de recopilar los datos y examinarlos, los científicos construyeron una imagen global y descubrieron que había evidencia de cómo la actividad humana había afectado la precipitación extrema en la mayoría de estos eventos de variaciones naturales del clima. Los resultados fueron publicados en la revista Nature Communications. (Puede leer: El cambio climático incrementó la ola de calor en EE. UU. y Canadá)
Gavin Madakumbura, investigador principal del estudio, explicó que es muy importante lograr identificar los cambios en los patrones de precipitación causados por la acción humana, “en comparación con los cambios causados por la variabilidad climática natural. Nos permite gestionar los recursos hídricos y planificar medidas de adaptación a los cambios impulsados por el cambio climático”.
Según Madakumbura, pese a que hay diferencias climáticas en los países, datos de Met Office muestran que, en general, las lluvias intensas están aumentando a nivel mundial. Esto quiere decir que los días más lluviosos del año se están volviendo más húmedos. Además, añadió el experto, los cambios en las precipitaciones extremas, como el número de días con lluvias muy intensas, son un problema adicional, porque pueden provocar inundaciones repentinas, con impactos devastadores en la infraestructura y el medio ambiente. (Le puede interesar: Se filtra el informe de la ONU sobre cambio climático y sus conclusiones son muy preocupantes)
Hasta el momento, el trabajo en este campo se ha restringido a los países y no se ha aplicado a nivel mundial. Sin embargo, el equipo de investigación utilizó el aprendizaje automático para crear un conjunto de datos global. Y aunque por el momento todo se basa solo en datos, Madakumbura señaló que en el futuro, “podemos ayudar a este aprendizaje imponiendo la física climática en el algoritmo, para que no solo aprenda si la precipitación extrema ha cambiado, sino también los mecanismos, por qué ha cambiado. Ese es el siguiente paso”, aseguró.