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En la mañana de este viernes, tres activistas del grupo “Última Generación” lanzaron sopa de verduras sobre El Sembrador, una obra de arte realizada por Vincent Van Gogh en 1988, que se expone en el Palacio Bonaparte en Roma (Italia). Según las autoridades del museo, los jóvenes realizaron este acto para denunciar el calentamiento global.
Además de lanzar la sopa, los activistas se pegaron a la pared y gritaron frases contra el uso del carbón. “Todo lo que tendríamos derecho a ver en nuestro presente y nuestro futuro está siendo oscurecido por una catástrofe real e inminente”, aseguró el grupo en un comunicado. (Le puede interesar Sopa en pintura de Van Gogh: ¿los ambientalistas protestan atacando obras de arte?)
Tras la acción, el personal del museo aseguró que la obra no sufrió daños al estar protegida por un cristal. El ministro de Cultura de Italia, Gennaro Sangiuliano, criticó el evento y avisó que los ataques al patrimonio “pueden ser perseguidos penalmente”. El Código Penal incluye penas de entre dos y cinco años de presión y multas de hasta 20.000 euros.
“Atacar al arte es un acto innoble que debe ser firmemente condenado. La cultura, que es la base de nuestra identidad, debe ser defendida y protegida, no usada como megáfono para otras formas de protesta”, dijo el ministro conservador en un comunicado. (Le puede interesar Sobre las implicaciones de la sopa de tomate en “Los Girasoles” de Van Gogh)
No es la primera vez que activistas protagonizan acciones similares. Hace unas semanas, un grupo de jóvenes lanzó sopa de tomate a otra obra de Van Gogh. Y la semana pasada, tres personas fueron detenidas en Países Bajos después de derramar salsa de tomate cerca “La Joven de la Perla”, del artista Johannes Vermeer, en el museo Mauritshuis, en La Haya. Todas las pinturas estaban protegidas por un vidrio.
*Con información de EFE