Vereda La Cucuana, en Cajamarca, Tolima. Los emblemáticos loros orejiamarillos se resguardan en las últimas palmas que dejan los cultivos extensivos de aguacate hass.
Foto: Terumoto Fukuda
En uno de sus incontables viajes, Alexander von Humbolt describió la palma de cera (Ceroxylon quindiuense) como “el bosque sobre el bosque”, tomando prestada la imagen de la novela francesa Pablo y Virginia, de Jacques Henri Bernardino de Saint-Pierre. Y en su Cosmos. Ensayo de una descripción física del universo, confesó que se conmovió al borde del llanto cuando vio las montañas inundadas de esta palma en lo que hoy es Colombia. También le ocurrió con la estepa de Asia.