Agujero de la capa de ozono siguió disminuyendo en 2024
Aunque la recuperación del agujero en la capa de ozono volvió a mostrar mejoría durante este año, los científicos creen que faltan décadas para que esté completamente curado.
Durante lo que va de 2024, el agujero que se abre anualmente en la capa de ozono sobre el polo sur de la Tierra fue relativamente pequeño si se compara con años anteriores, concluyeron recientemente científicos del equipo de investigación del ozono de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos (NASA).
De acuerdo con los investigadores, entre el 7 de septiembre y el 13 de octubre, un periodo conocido como la temporada de agotamiento de la capa de ozono, el área del agujero fue la séptima más pequeña en los últimos 32 años. En 1992 entró en vigor el Protocolo de Montreal, un acuerdo internacional que busca eliminar de manera progresiva las sustancias químicas que afectan a la capa de ozono.
De acuerdo con Stephen Montzka, científico principal del Laboratorio de Monitorización Global de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), “para 2024, podemos ver que la gravedad del agujero de ozono está por debajo de la media en comparación con otros años de las últimas tres décadas, pero la capa de ozono todavía está lejos de estar completamente curada”.
Y es que la media mensual de la región de la Antártida afectada por la disminución de la capa de ozono fue de 20 millones de kilómetros cuadrados. El 28 de septiembre, cuando se registró la mayor extensión del año, el tamaño del agujero fue de 22,4 millones de kilómetros cuadrados.
“El agujero antártico de 2024 es más pequeño que los agujeros de ozono observados a principios de la década de 2000. La mejora gradual que hemos visto en las últimas dos décadas demuestra que los esfuerzos internacionales que frenaron los productos químicos que destruyen el ozono están funcionando”, manifestó Paul Newman, jefe del equipo de investigación del ozono de la NASA y científico jefe de ciencias de la Tierra en el Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA.
Si bien la mejora se debe en parte a los continuos descensos en el uso de las sustancias químicas que afectan a la capa de ozono, los científicos también identificaron que una “inesperada infusión de ozono transportada por las corrientes de aires desde el norte del Antártico”, ayudaron a su recuperación durante este año.
La capa de la atmósfera, que es rica en ozono, actúa como una pantalla solar planetaria que nos protege de la radiación ultravioleta (UV) del Sol, que puede provocar un aumento de los casos de cáncer de piel, cataratas, así como disminuir los rendimientos agrícolas y dañar las plantas.
Con base en la recuperación que ha ido mostrando en las últimas décadas, los científicos de la NASA y la NOAA, prevén que la capa de ozono se pueda recuperar por completo en 2066.
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Durante lo que va de 2024, el agujero que se abre anualmente en la capa de ozono sobre el polo sur de la Tierra fue relativamente pequeño si se compara con años anteriores, concluyeron recientemente científicos del equipo de investigación del ozono de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos (NASA).
De acuerdo con los investigadores, entre el 7 de septiembre y el 13 de octubre, un periodo conocido como la temporada de agotamiento de la capa de ozono, el área del agujero fue la séptima más pequeña en los últimos 32 años. En 1992 entró en vigor el Protocolo de Montreal, un acuerdo internacional que busca eliminar de manera progresiva las sustancias químicas que afectan a la capa de ozono.
De acuerdo con Stephen Montzka, científico principal del Laboratorio de Monitorización Global de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), “para 2024, podemos ver que la gravedad del agujero de ozono está por debajo de la media en comparación con otros años de las últimas tres décadas, pero la capa de ozono todavía está lejos de estar completamente curada”.
Y es que la media mensual de la región de la Antártida afectada por la disminución de la capa de ozono fue de 20 millones de kilómetros cuadrados. El 28 de septiembre, cuando se registró la mayor extensión del año, el tamaño del agujero fue de 22,4 millones de kilómetros cuadrados.
“El agujero antártico de 2024 es más pequeño que los agujeros de ozono observados a principios de la década de 2000. La mejora gradual que hemos visto en las últimas dos décadas demuestra que los esfuerzos internacionales que frenaron los productos químicos que destruyen el ozono están funcionando”, manifestó Paul Newman, jefe del equipo de investigación del ozono de la NASA y científico jefe de ciencias de la Tierra en el Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA.
Si bien la mejora se debe en parte a los continuos descensos en el uso de las sustancias químicas que afectan a la capa de ozono, los científicos también identificaron que una “inesperada infusión de ozono transportada por las corrientes de aires desde el norte del Antártico”, ayudaron a su recuperación durante este año.
La capa de la atmósfera, que es rica en ozono, actúa como una pantalla solar planetaria que nos protege de la radiación ultravioleta (UV) del Sol, que puede provocar un aumento de los casos de cáncer de piel, cataratas, así como disminuir los rendimientos agrícolas y dañar las plantas.
Con base en la recuperación que ha ido mostrando en las últimas décadas, los científicos de la NASA y la NOAA, prevén que la capa de ozono se pueda recuperar por completo en 2066.
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