Aletas de este delfín llaman la atención: son ganchudas y dan la apariencia de pulgares
Los investigadores del instituto dicen que durante el monitoreo vieron a este ejemplar “nadando, saltando, montando en la proa y jugando”, por lo que consideran que esta condición no interfiere con la vida cotidiana del delfín.
En una de las costas del Golfo de Corinto, en Grecia, fue captado en imágenes un ejemplar particular de delfín listado (Stenella coeruleoalba). Sus aletas tenían una forma ganchuda, dando la apariencia de que el individuo contaba con “pulgares”. (Lea: La actividad humana provocó, por primera vez, la extinción de una especie marina)
Las imágenes, que fueron publicadas por el Instituto de Investigación de Cetáceos Pelagos, llamaron la atención, según contó a Live Science, Alexandros Frantzis, coordinador científico y presidente de esta entidad, porque era la primera vez en 30 años de estudios que veía esta sorprendente morfología en las aletas de un delfín.
“Tampoco la habíamos visto en otros estudios que llevábamos a cabo mientras monitoreábamos a todos los delfines varados a lo largo de las costas de Grecia en estos últimos 30 años”, complementó. Pero, ¿por qué se presentó esta extraña forma en la aleta del delfín? (Puede leer: Los renos cambian el color de sus ojos durante el invierno, ¿por qué?)
La principal causa a la que le apunta el instituto es a la de una posible malformación que fue apareciendo durante el desarrollo genético del delfín en el útero. Bruno Cozzi, especialista en anatomía veterinaria, también la respalda. En entrevista con IFL Science dice que no puede ser una lesión, porque solo se presentaría en un lado (donde ocurrió el trauma). Pero, en este caso, “está en ambas aletas. Por lo que es genético”.
De acuerdo con Cozzi, los dedos “se unen en un orden único, con tejido conectivo muy resistente. En este caso, una de las yemas, en lugar de pegarse a las demás, ha quedado separada y esto probablemente ocurre entre el primer y segundo mes de vida fetal. Es difícil decir qué parte sin una radiografía”. Por eso, añade, se puede plantear que se ha registrado alguna anomalía durante el desarrollo. Este sería un caso entre un millón.
Los investigadores del instituto dicen que durante el monitoreo vieron a este ejemplar “nadando, saltando, montando en la proa y jugando”, por lo que consideran que esta anomalía no interfiere con la vida cotidiana de este delfín. (Le puede interesar: La disputa por el oro ilegal que financia el terrorismo de los grupos armados en Colombia)
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En una de las costas del Golfo de Corinto, en Grecia, fue captado en imágenes un ejemplar particular de delfín listado (Stenella coeruleoalba). Sus aletas tenían una forma ganchuda, dando la apariencia de que el individuo contaba con “pulgares”. (Lea: La actividad humana provocó, por primera vez, la extinción de una especie marina)
Las imágenes, que fueron publicadas por el Instituto de Investigación de Cetáceos Pelagos, llamaron la atención, según contó a Live Science, Alexandros Frantzis, coordinador científico y presidente de esta entidad, porque era la primera vez en 30 años de estudios que veía esta sorprendente morfología en las aletas de un delfín.
“Tampoco la habíamos visto en otros estudios que llevábamos a cabo mientras monitoreábamos a todos los delfines varados a lo largo de las costas de Grecia en estos últimos 30 años”, complementó. Pero, ¿por qué se presentó esta extraña forma en la aleta del delfín? (Puede leer: Los renos cambian el color de sus ojos durante el invierno, ¿por qué?)
La principal causa a la que le apunta el instituto es a la de una posible malformación que fue apareciendo durante el desarrollo genético del delfín en el útero. Bruno Cozzi, especialista en anatomía veterinaria, también la respalda. En entrevista con IFL Science dice que no puede ser una lesión, porque solo se presentaría en un lado (donde ocurrió el trauma). Pero, en este caso, “está en ambas aletas. Por lo que es genético”.
De acuerdo con Cozzi, los dedos “se unen en un orden único, con tejido conectivo muy resistente. En este caso, una de las yemas, en lugar de pegarse a las demás, ha quedado separada y esto probablemente ocurre entre el primer y segundo mes de vida fetal. Es difícil decir qué parte sin una radiografía”. Por eso, añade, se puede plantear que se ha registrado alguna anomalía durante el desarrollo. Este sería un caso entre un millón.
Los investigadores del instituto dicen que durante el monitoreo vieron a este ejemplar “nadando, saltando, montando en la proa y jugando”, por lo que consideran que esta anomalía no interfiere con la vida cotidiana de este delfín. (Le puede interesar: La disputa por el oro ilegal que financia el terrorismo de los grupos armados en Colombia)
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