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Algo grave está sucediendo con las aves del planeta

Investigadores de varios países concluyeron que el 48 % de las especies de aves en el mundo está experimentando una disminución en la población. La situación en Colombia no es buena, pero es mejor que en otras partes del planeta.

Juan Pablo Correa
17 de junio de 2022 - 02:00 a. m.
(Fotografía de una Mirla Embarradora en el corregimiento la Elvira de Cali). 
La proporción de especies amenazadas en el país es del 8%.
(Fotografía de una Mirla Embarradora en el corregimiento la Elvira de Cali). La proporción de especies amenazadas en el país es del 8%.
Foto: EFE - Ernesto Guzmán - EFE
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Las aves son un grupo extraordinariamente diverso, no solo por el número de especies, sino también por su distribución en el mundo. Prácticamente habitan toda la superficie de la Tierra y cualquier ecosistema. Por ejemplo, los petreles antárticos (Thalassoica antarctica) no le temen al frío y anidan en el interior de la Antártida a 200 km de la costa, mientras que las golondrinas de mar (Oceanodroma hornbyi) lo hacen en las zonas más hostiles del desierto de Atacama en Chile. En cuanto a altitud, el récord lo tiene un buitre moteado (Gyps rueppelli) que colisionó con un avión a 11.300 metros de altura. En el agua la “marca” la puso un pingüino emperador (Aptenodytes forsteri) al nadar a 564 metros por debajo del mar.

Por su diversidad, este grupo de animales cumple múltiples papeles ecológicos: son polinizadores, dispersores de semillas, controlan especies y reubican nutrientes. Además, gran parte de la comprensión de cómo funciona el mundo natural se basa en investigación de aves; incluso fueron nucleares en la concepción de la teoría de la evolución. “Son importantes hasta en la cultura, desde la prehistoria hasta la actualidad. Por ejemplo, hay una actividad popular entre los seres humanos, que es la observación de aves, millones de personas se dedican a eso”, dice Luis Miguel Renjifo, profesor de la Pontificia Universidad Javeriana y experto en aves. De hecho, Colombia es el líder en el número de especies avistadas durante el Global Big Day con 1.538 reportes. (Puede leer: Vuelve y juega: Barranquilla quiere evitar inundaciones con solución a medias)

Renjifo, junto con otros siete investigadores, analizó el estado de las aves en el mundo. Hace unas semanas publicaron su trabajo en la revista académica Annual Review of Environment and Resources. La conclusión a la que llegaron es que el panorama de estos animales no es bueno y que se enfrentan a docenas de amenazas. El profesor fue el único latinoamericano entre los científicos; los otros pertenecían a universidades como Cornell (Estados Unidos), Cambridge (Reino Unido), Manchester (Reino Unido) y Johannesburgo (Sudáfrica), así como a la Fundación para la Conservación de la Naturaleza en India y BirdLife Sudáfrica.

Stuart Butchart, uno de los investigadores sénior de la publicación, y Renjifo ya habían realizado estudios sobre el panorama de las aves en Colombia. En esa investigación, que publicaron en 2020, encontraron que la situación del país no era buena, pero era mejor que en otras partes del mundo. “Butchart fue el inventor del índice de medición de la Lista Roja [un indicador que se utiliza para medir el riesgo de extinción de las especies]. Con él hicimos la Lista Roja para Colombia y, aunque son dos investigaciones diferentes, juntas nos permite tener un panorama importante de cómo están las aves en Colombia”, explica Renjifo. (Le puede interesar: Ya hay en el mercado cuero a base de peces invasores. ¿Usaría una correa de pez león?)

Según un estudio mundial de aves, el 48 % de las especies está experimentando una disminución en la población, el 39 % está estable y solo el 6 % tiene una tendencia en aumento. Para que se lleve una idea, la pérdida de aves en Norteamérica es de 3 mil millones de individuos desde 1970 y en Europa estiman que ha sido entre 560 y 620 millones desde 1980. En Sudáfrica creen que al menos 50 % de las aves presenta una disminución y la abundancia en Costa Rica y el área amazónica también se redujo durante los últimos 12 y 35 años, respectivamente. Las aves más amenazadas son los loros (Psittaciformes), faisanes (Phasianidae), albatros (Procellariiformes), grullas (Gruidae), zambullidores (Podicipediformes), palomas (Columbiformes), entre otros.

Como lo revelan en su investigación, desde 1500 el número de aves extintas se incrementó a 187 y actualmente los dos países con más especies amenazadas son Brasil (171) e Indonesia (175). “Históricamente, el 90 % de especies se ha perdido en las islas y progresivamente en los continentes. Esto ocurre porque son ecosistemas muy vulnerables porque han evolucionado en ambientes aislados y con pocos depredadores. Con los seres humanos, llegaron los perros, las ratas y los gatos, muchas veces las especies insulares no tienen defensas e incluso no reconocen a esos animales como un depredadores”, asegura Renjifo. En Brasil han ocurrido las extinciones más recientes, como el ticotico críptico (Cryptic treehunter) y el ticotico de Alagoas (Philydor novaesi). (También puede leer: Así están ayudando los científicos a recuperar los corales de Islas del Rosario)

Entre las principales causas que contribuyen a la pérdida de la biodiversidad aviar está el cambio en el uso de la tierra, la fragmentación y degradación de hábitats, la contaminación y la demanda de energía, los agroquímicos, el cambio climático, el tráfico de especies y el comercio internacional. Sin embargo, los investigadores aseguran que hay soluciones. Entre ellas, reforzar las medidas para evitar la caza y el tráfico ilegal de aves y desarrollar paisajes sostenibles en producción agrícola. Por ejemplo, conservar o incluir especies de árboles nativos y establecer cercas vivas en los límites de los cultivos.

Según los expertos, una medida importante para la protección de las aves es la erradicación de las especies invasoras en las islas, como el caso de la pardela mexicana o culinegra (Puffinus opisthomelas), cuya población se recuperó después del control de cerdos, cabras y gatos en la Isla Natividad en México. Adicionalmente, en situaciones críticas de peligro de extinción recomiendan los “cuartos de emergencia”, que consiste en la conservación de especies ex situ o fuera de sus hábitats naturales para asegurar su supervivencia.

El panorama en Colombia

“Somos el país más diverso en aves en el mundo. Primero, porque en el trópico hay más especies y, segundo, porque la humedad es otro factor determinante en la diversidad. Colombia tiene la combinación de ser tropical y tener regiones desde muy secas a muy húmedas, y eso nos convierte en un mosaico ecosistémico. Además, estamos en la esquina del movimiento, muchas de las aves que migran del norte, centro y Sudamérica pasan por nuestro territorio”, explica Renjifo.

Según el listado actualizado de las aves endémicas y casi-endémicas de Colombia, que publicó el Instituto Humboldt en 2013 y en el que evaluó 1.639 especies de aves, en el país habitan 79 endémicas, 193 casi-endémicas y 19 especies de interés. Solo una la han declarado extinta: el zambullidor cira (Podiceps andinus). Esta ave, que era endémica de los humedales altoandinos de la cordillera Oriental, desapareció por el drenaje de los humedales, el deterioro de la calidad del agua y la introducción de especies invasoras.

En 2020, Renjifo junto con Butchart y Ángela María Amaya Villarreal realizaron un estudio para conocer el estado de las aves específicamente en Colombia. Concluyeron algo alentador, pero no positivo. Mientras que la proporción de especies amenazadas en todo el mundo es del 13 %, en el país es del 8 %. “Ese índice muestra que Colombia está empeorando, pero el mundo está empeorando 400 veces más rápido. No es algo de lo que debemos alegrarnos, pero sí nos da más tiempo”, explica Renjifo. Los resultados los obtuvieron a través estimar un índice de listas rojas para Colombia y lo compararon con el índice de listas rojas del mundo. (Puede interesarle: Pescador confiesa haber matado a periodista e indigenista desaparecidos en Amazonia)

“Nuestros hallazgos son alentadores, pero, al tratarse de seres vivos, hacemos énfasis en que no deja de ser grave. Encontramos que en Colombia más especies han aumentado su riesgo de extinción y pocas han mejorado su estado de conservación. Esto muestra la velocidad en la que están siendo llevadas a la extinción y la urgencia con la que se deben implementar medidas de conservación”, puntualiza Amaya Villarreal, coautora del estudio de 2020 e investigadora independiente.

Juan Pablo Correa

Por Juan Pablo Correa

Periodista y antropólogo de la Universidad Javeriana, con énfasis en temas en medio ambiente y salud.@jpablocorreapjcorrea@elespectador.com

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