Cerca de 500.000 niños afectados por la sequía en la Amazonia, advierte UNICEF

Más de 420.000 niños de Brasil, Colombia y Perú se han visto afectados por la histórica sequía que atraviesa la región amazónica, asegura el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Escuelas y centros de salud cerrados, aumento del riesgo de reclutamiento y un incremento en algunas enfermedades, son los principales impactos sobre los que advierte la agencia.

08 de noviembre de 2024 - 02:32 p. m.
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La histórica sequía que atraviesa la región ha dejado miles de escuelas y centros de salud cerrados. Las enfermedades y el riesgo de reclutamiento también han aumentado.

Vista aérea de indígenas yagua transportando agua y otros enseres debido al bajo nivel del río Amazonas en la Isla de los Micos, departamento del Amazonas, Colombia.
Vista aérea de indígenas yagua transportando agua y otros enseres debido al bajo nivel del río Amazonas en la Isla de los Micos, departamento del Amazonas, Colombia.
Foto: AFP - LUIS ACOSTA

La histórica sequía que vive la Amazonia, y que se registra desde el año pasado, ha dejado a los ríos de la cuenca en sus niveles más bajos, afectando a más de 420.000 niños de Brasil, Colombia y Perú, advirtió recientemente el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés).

La sequía, dice esta agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “está afectando gravemente a los niños y las comunidades ribereñas e indígenas de Brasil, Colombia y Perú, donde las familias dependen de los ríos para transportar y acceder a alimentos, agua, combustible y suministros médicos básicos, así como para desplazarse a la escuela”.

En la Amazonia brasileña, por ejemplo, más de 1.700 escuelas y más de 760 centros de salud han cerrado o no se puede acceder a ellos por cuenta de los bajos caudales de los ríos. En 14 comunidades del sur de la Amazonia de este país, la mitad de las familias aseguraron que los niños no asisten a la escuela por cuenta de la sequía, documentó una de las últimas evaluaciones en terreno adelantadas por UNICEF.

La agencia también estima que en la Amazonia colombiana cerca de 130 escuelas han suspendido las clases como consecuencia del descenso de hasta un 80 % en los caudales de los ríos. Esto, a su vez, advierte el Fondo, “ha aumentado el riesgo de reclutamiento, utilización y explotación de los niños por parte de grupos armados no estatales, y también ha provocado un aumento de las infecciones respiratorias, las enfermedades diarreicas, la malaria y la desnutrición aguda entre los niños menores de 5 años”.

La situación en Perú es similar: más de 50 centros de salud han quedado inaccesibles, sobre todo en la región nororiental de Loreto, la más afectada por la reciente sequía. Los incendios forestales, provocados por el hombre, pero exacerbados por las condiciones climáticas, “ponen en peligro a las comunidades remotas, en su mayoría indígenas y ya vulnerables”.

Aunque la magnitud de la emergencia varía de acuerdo a cada país, la UNICEF llama la atención sobre los problemas que son comunes a todas las comunidades de la Amazonia. Resaltan, por ejemplo, que la inseguridad alimentaria causada por la sequía aumenta el riesgo de malnutrición, retrasa el crecimiento, e incrementa el riesgo de muerte infantil, sobre todo en menores de cinco años.

A su vez, la escasez de agua, agravada por la sequía, “puede dar lugar a un peor acceso al agua potable y a un aumento de las enfermedades infecciosas. Las investigaciones también han descubierto que las mujeres embarazadas que sufren sequías tienen más probabilidades de tener hijos con menor peso al nacer”.

Según cálculos de la agencia, se necesitan USD $10 millones para atender las necesidades más urgentes en estos tres países, incluyendo la distribución de agua, la movilización de brigadas de salud, así como el fortalecimiento de la capacidad de recuperación de los sistemas comunitarios.

Al respecto, Catherine Russell, Directora Ejecutiva de UNICEF, aseguró que “durante siglos, la Amazonia ha albergado valiosos recursos naturales. Estamos siendo testigos de la devastación de un ecosistema esencial del que dependen las familias, dejando a muchos niños sin acceso a alimentos adecuados, agua, atención sanitaria y escuelas. Debemos mitigar los efectos de las crisis climáticas extremas para proteger a los niños de hoy y a las generaciones futuras. La salud de la Amazonia afecta a la salud de todos nosotros”.

*Este artículo es publicado gracias a una alianza entre El Espectador e InfoAmazonia, con el apoyo de Amazon Conservation Team.

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