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Con una red de melicultura y apicultura, un proyecto de monitoreo comunitario del jaguar, viverismo para conservación de los bosques, agroecología y una escuela de promotoría campesina donde se enseña la importancia de conservar las Sabanas del Yarí, entre los municipios del Meta y San Vicente del Caguán, las comunidades rurales de esta región, históricamente ganadera, le apuestan a la conservación de la selva tropical más grande del planeta.
Los proyectos se vienen desarrollando en el marco del proyecto Amazonia Sostenible para la paz, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Colombia, el Ministerio de Ambiente y la Corporación Paisajes Rurales. La puesta en común de estas iniciativas se realizó en la Feria Campesina y Étnica por el Cuidado de la Vida del Yarí y la Amazonía, pensada y gestionada por los mismos miembros de la comunidad campesina e indígena del territorio quienes conformaron los más de 20 stands.
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Las Sabanas del Yarí son un ecosistema estratégico para la conectividad ambiental desde la Serranía de La Macarena hasta áreas protegidas de interés como el Parque Nacional Natural Tinigua y el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete.
Expedición Yarí, relatos de un territorio en cambio
En la feria también se expuso el primer video documental Expedición Yarí, relatos de un territorio en cambio, realizado por 15 jóvenes de la comunidad quienes exploraron durante semanas el territorio y contaron los esfuerzos que se están haciendo en estos departamentos para proteger la naturaleza.
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La recuperación de la conexión del bosque, la preservación de las especies y la recuperación de semillas y especies nativas han sido algunos de los propósitos de las comunidades del Yarí.
Un trabajo que no solo se ha caracterizado por la pedagogía ambiental, sino también por la implementación de apuestas a nivel nacional, como lo es el proyecto Amazonía Sostenible para la Paz, una apuesta del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, financiada por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente y ejecutada por Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que busca proteger 84 mil hectáreas de bosque Amazónico. “Llegamos a una zona con un antecedente de posturas en relación con el ambiente y con una fuerte presión por hacer sus sistemas productivos acordes con una agenda ambiental propuesta por las mismas comunidades”, señaló Miguel Mejía coordinador la iniciativa.