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Los jefes de Estado de los ocho países amazónicos de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) adoptaron, en este martes ocho de agosto, el primer día de la Cumbre de la Amazonía, la Declaración de Belém. El documento tiene 113 objetivos y principios transversales, pero no hay ninguna mención a la exploración de petróleo y solo dos menciones discretas sobre la deforestación cero.
No fue por falta de recordatorios por parte de la sociedad civil, incluso hubo líderes presentes en el evento. En la Marcha de los Pueblos de la Tierra por la Amazonia, que ocupó las calles de Belém durante la mañana de este martes, una de las demandas era por una Amazonia libre de petróleo. Además, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, en su discurso en la reunión de jefes de Estado, criticó lo que llamó “otro tipo de negacionismo” de los progresistas por no tener un acuerdo sobre el bloqueo al petróleo, el carbono y el gas.
Brasil fue el principal país que estuvo en contra de la inclusión de una meta sobre combustibles fósiles en el acuerdo. Luiz Inácio Lula da Silva ha dicho que la decisión del Ibama en contra de la perforación en la desembocadura del río Amazonas por parte de Petrobras no es definitiva. En cuanto al debate sobre la energía, el presidente dijo en su discurso que “Brasil desempeñará un papel central en la transición energética, liderando la producción de fuentes limpias como la energía solar, la biomasa, el etanol y el hidrógeno verde”.
Por su parte, Petro, comenzó su discurso diciendo que abordaría las discrepancias, dado que los consensos estaban en la Declaración. El líder colombiano afirmó que la crisis climática es producida por el consumo de petróleo, carbono y gas, la “energía del capitalismo desde la Revolución Industrial”. (También puede leer: Colombia, Brasil y otros seis países firman un acuerdo para salvar la Amazonia)
“Creo que ya no es suficiente llegar a la deforestación cero. Y más aún: la ciencia dice que, si arborizamos todo el mundo, no seríamos capaces de absorber lo que se emite cada año de CO2. La solución está en renunciar al carbono, al petróleo y al gas”, dijo el presidente. Y propuso adoptar en la Amazonia lo que llamó “prosperidad descarbonizada”.
El fragmento del texto final más cercano al debate sobre el petróleo es el objetivo de iniciar un diálogo sobre “la sostenibilidad de sectores como la minería e hidrocarburos en la Región Amazónica, en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”.
Deforestación cero
La Declaración de Belém menciona la deforestación cero en dos ocasiones. En la primera, plantea que sería “ideal alcanzar” el objetivo común para los países de la Pan-Amazonia en 2030. En la segunda, el texto señala que los Estados deben cumplir sus metas nacionales, incluida la de deforestación cero.
El acuerdo entre los países amazónicos presenta una nueva agenda común de cooperación en la Amazonia, considerando la acción urgente para evitar el punto de no retorno. Uno de los puntos importantes es la meta de movilizar 100 mil millones de dólares al año en financiamiento climático y promover el canje de deudas de los países amazónicos por acciones climáticas de los países desarrollados. La Declaración también menciona la demarcación de tierras indígenas y la cooperación policial contra actividades ilícitas. (Le puede interesar: Cumbre en Brasil: Petro propone crear una “OTAN Amazónica”)
“Es positivo que los jefes de Estado hayan reconocido el punto de no retorno de la Amazonia y la urgencia de evitarlo. Sin embargo, es necesario que se adopten medidas concretas y sólidas que sean capaces de eliminar la deforestación lo más rápido posible. Combatir y eliminar el oro ilegal y la contaminación por mercurio, que se ha convertido en un problema ambiental y de salud pública en la región, requiere igual atención y urgencia. También es esencial aumentar las áreas protegidas y los territorios indígenas”, dice Mauricio Voivodic, director ejecutivo de WWF-Brasil.
El Observatorio del Clima, coalición que reúne a más de 90 representantes de la sociedad civil, también se pronunció sobre la Declaración de la Cumbre. En un comunicado, afirma que “los 113 párrafos operativos de la declaración son una hermosa carta de intenciones, que tiene el mérito de revitalizar la olvidada OTCA y reconocer que el bioma está amenazado de alcanzar un punto de no retorno, pero que no ofrece soluciones prácticas ni un calendario de acciones para evitarlo”. Además, Marcio Astrini, secretario ejecutivo del Observatorio del Clima, dice que este es un “esfuerzo bastante inicial”.
“Un primer paso, pero que todavía no ofrece ninguna respuesta concreta al mundo en el que vivimos. El planeta se está derritiendo, estamos batiendo récords de temperatura todos los días. No es posible que, en un escenario como este, ocho países amazónicos no puedan poner en una declaración, en letras mayúsculas, que la deforestación debe ser cero y que explorar petróleo en medio de la selva no es una buena idea. En resumen, el documento pecó por la falta de contundencia. Es una lista de deseos, y los deseos son insuficientes”, afirma.
*Reportaje de InfoAmazonia para el proyecto PlenaMata.
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