Así avanzó la deforestación en la Amazonia entre julio y septiembre de 2024
Caquetá es el departamento con mayor número de alertas de deforestación en la región. Puerto Rico, San Vicente del Caguán y Cartagena del Chairá están entre los municipios más afectados.
Andrés Mauricio Díaz Páez
Luego de presentar las cifras de deforestación más baja desde que se tienen registros en 2023, Colombia tuvo dificultades para contener esta problemática en 2024. El monitoreo que estima, mes a mes, las hectáreas pérdidas de bosque en el país indica que la tendencia de gran parte del año fue en aumento.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) dio a conocer el pasado 31 de diciembre el boletín trimestral de Detecciones Tempranas de Deforestación (DTC), en el que identifica cuáles son los puntos del país en el que más hectáreas se estaban deforestando entre julio y septiembre de 2024. Además, entrega un panorama sobre cómo avanza esta problemática en la Amazonia.
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Luego de presentar las cifras de deforestación más baja desde que se tienen registros en 2023, Colombia tuvo dificultades para contener esta problemática en 2024. El monitoreo que estima, mes a mes, las hectáreas pérdidas de bosque en el país indica que la tendencia de gran parte del año fue en aumento.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) dio a conocer el pasado 31 de diciembre el boletín trimestral de Detecciones Tempranas de Deforestación (DTC), en el que identifica cuáles son los puntos del país en el que más hectáreas se estaban deforestando entre julio y septiembre de 2024. Además, entrega un panorama sobre cómo avanza esta problemática en la Amazonia.
De acuerdo con la entidad, en los departamentos que componen la Amazonia colombiana hubo un aumento en las alertas tempranas de deforestación. En Putumayo, Caquetá, Meta, Guaviare, Amazonas, Vaupés y Guanía, en esos tres meses del año “se estimó una deforestación de alrededor de 6.894 hectáreas. Es decir, se identificó un aumento del 26,8 % respecto a la deforestación estimada en el mismo trimestre de 2023 (5.438 hectáreas)”, aseguran en el boletín.
Los departamentos que más habrían contribuido a este aumento fueron Meta, en donde se deforestaron 1.358 hectáreas más que en los mismos tres meses de 2023; Amazonas, con un aumento de 700 hectáreas; y Caquetá, incrementando en 220 hectáreas el registro del año anterior.
Desde el primer semestre de año pasado, expertos advirtieron que la deforestación de la Amazonia disminuyó en 2023 por la influencia que había tenido el Estado Mayor Central (EMC), la entonces mayor disidencia de las extintas Farc. Como contamos en un artículo publicado en abril de 2024, para los primeros meses del año ya había preocupación en la región, pues, contrario al año anterior, el EMC ahora estaba incentivando la tala de bosque.
Por esto, se temía un aumento en la deforestación durante el año, y la tendencia del boletín publicado por el Ideam le da la razón a estas preocupaciones. El monitoreo satelital encontró 1.649 parches con deforestación superior a una hectárea en la Amazonía. De estos, 1.295 son áreas deforestadas de menos de cinco hectáreas, el 78 % de los puntos identificados.
Mientras tanto, 207 corresponden a áreas entre las cinco y las 10 hectáreas, y 112 al rango entre 10 y 20 hectáreas. Los casos más graves son 25 polígonos de deforestación entre las 20 y las 40 hectáreas, y 10 parches que superan las 40 hectáreas.
La mayoría de los 35 lugares con más área deforestada en la Amazonía están concentrados entre Meta (11 parches), Amazonas (10 parches) y Caquetá (ocho parches). En este último departamento fue donde se identificaron las estimaciones más altas de deforestación en el país.
Por otra parte, el Ideam informó que “se identificaron reducciones de deforestación en los departamentos de Vaupés (542 hectáreas menos que las deforestadas en el mismo trimestre en 2023) y Guaviare (267 hectáreas menos que las deforestadas en el mismo trimestre en 2023)”.
Los municipios con mayor deforestación en la Amazonia
Hay cuatro departamentos que presentaron un incremento preocupante en la deforestación entre julio y septiembre de 2024. Caquetá, con el 33 % de las alertas de deforestación; Meta, con el 29 %; Amazonas, con el 16 %; y Putumayo, que acumuló el 10 % de las estimaciones de deforestación.
El informe destaca varios casos denominados como “núcleos de deforestación”, que son lugares en los que las alertas tempranas indican altos volúmenes de tala, en períodos cortos de tiempo. Esto lo hacen con el fin de llamar la atención de las autoridades, y que se tomen acciones para enfrentar la problemática en los puntos más críticos. Para ese trimestre de 2024, en la región amazónica, todos los puntos críticos estuvieron en Caquetá.
El primer núcleo de deforestación que identifica el informe es el municipio de Puerto Rico, en donde hubo una “alta densidad” de alertas por deforestación. “Las veredas más afectadas en este núcleo corresponden a Palmar, Santana, Ramos y Yarumal”, señala el Ideam.
El punto se encuentra específicamente entre la quebrada Arenosa, al norte, y el río Guayas, al sur. Estas características lo hace un caso particular, pues se estima que el principal motor de la deforestación allí no fueron actividades ilegales, sino “los procesos biofísicos de deslizamiento de tierra o remoción en masa que se presentaron luego de las fuertes lluvias en este trimestre del año”.
Sin embargo, el informe llama la atención sobre actividades que pueden incrementar el riesgo de deslizamiento y que también se registran en esa región. Algunas de estas son la tala de árboles para introducir ganadería extensiva o para extraer madera ilegalmente, o la expansión de infraestructura de transporte no planificada, como vías terciarias.
El siguiente punto que destaca el informe son las Sabanas del Yarí, en San Vicente del Caguán. “Las veredas más afectadas en esta zona son Ciudad Yarí y Nueva Esperanza, que han registrado una significativa incidencia de deforestación. Este núcleo se encuentra en la jurisdicción de Corpoamazonía. Geográficamente, el área está delimitada por la parte alta del río Yarí y el interfluvio formado entre este río y el arroyo Caño Guayabo, fuentes hídricas relevantes que marcan la frontera de la deforestación de este ecosistema vulnerable.”, afirma el documento.
Allí, la deforestación sí estuvo impulsada principalmente por actividades ilegales: praderización para el acaparamiento de tierras o para establecer pastizales para la ganadería no sostenible; la expansión de carreteras ilegales, como la que se ha denunciado entre las sabanas del YArí y el PNN Serranía de Chiribiquete; y extracción ilegal de madera.
Finalmente, el informe destaca el caso de Cuemaní, en Cartagena del Chairá, en donde también hubo un alto número de alertas por deforestación. “Las veredas más afectadas son La Primavera, El Billar y Caño Perdido, así como la Zona de Reserva Forestal de la Amazonía en este sector del departamento”, establece el Ideam.
Allí también se presentan el acaparamiento de tierras y la ganadería extensiva como las actividades ilícitas que más incrementan la deforestación. Aunque, en este caso se trata de actividades que empiezan en áreas que ya han sido deforestadas anteriormente y que, según el Ideam, son dinamizadas por la presencia de vías irregulares. Allí también se trata de una vía en dirección al PNN Chiribiquete, esta vez desde el río Caguán.
El caso de Tibú
El único núcleo de deforestación que no estuvo ubicado en la Amazonia fue en Tibú, Norte de Santander. Allí, en las ceredas Campo Raya Alto, Caño Indio, Caño Toneles, Caño Troce, El Silencio, Los Cuervos, Mirador de Palmeras, Nuevo Sol, Puerto Las Palmas y Vetas Central, se presentó una alta deforestación entre julio y septiembre.
En este lugar, como viene advirtiéndose desde años anteriores, la deforestación es impulsada principalmente por los cultivos de uso ilícito, que se instalan en un importante número de hectáreas deforestadas.
“Otras causas, con un impacto más reducido sobre el bosque, fueron las prácticas insostenibles de ganadería extensiva, la agricultura en diferentes escalas (principalmente el monocultivo de palma de aceite), la extracción informal de carbón y la extracción de madera para su uso en las actividades agropecuarias y mineras. La expansión de la infraestructura de transporte no planificada sigue dinamizando estas actividades”, dicen los expertos en el informe.
Estas cifras son preliminares y hacen parte del monitoreo trimestral que presenta el Ideam. Se espera que, en julio de 2025, el Ministerio de Ambiente presente las cifras consolidadas para todo el 2024, en donde se encontrarán con mayor precisión las cifras de este delito en el país.
*Este artículo es publicado gracias a una alianza entre El Espectador e InfoAmazonia, con el apoyo de Amazon Conservation Team.
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